¡Hola,
amig@s!
Estoy
de vuelta de mi viaje a Córdoba, ¡La ÚNICA! No en balde los Califas la eligieron como capital del Ándalus. Desde pequeño, sentía fascinación por Córdoba. El tren Expreso de Andalucía se detenía casi una hora en la vieja estación cada vez que finalizaba el curso escolar y me iba a mi pueblo, y luego, cuando regresaba al colegio tras finalizar mis vacaciones.
Entonces, sudorosos y agotados por las largas horas de viaje, nos asomábamos a las ventanillas a tragarnos el humo espeso de la máquina y pintarnos el rostro de hollín, y, jadeando de calor como pollos enjaulados, llamábamos a gritos al gitanillo de no más de diez años que iba de un lado a otro, descalzo, con un botijo lleno de agua fresca, ofreciendo a los viajeros un trago por "la voluntad". Mucho a llovido desde entonces...
Entonces, sudorosos y agotados por las largas horas de viaje, nos asomábamos a las ventanillas a tragarnos el humo espeso de la máquina y pintarnos el rostro de hollín, y, jadeando de calor como pollos enjaulados, llamábamos a gritos al gitanillo de no más de diez años que iba de un lado a otro, descalzo, con un botijo lleno de agua fresca, ofreciendo a los viajeros un trago por "la voluntad". Mucho a llovido desde entonces...
Este
viaje se lo prometí a mi esposa hace un
par de años cuando ella vio en Canal Sur Televisión un reportaje de los patios
cordobeses; pero hasta ahora no he podido complacerla por una razón u otra.
¡Misión cumplida!
Vengo
cargado con 710 fotos que me llevará varios días organizar para mostrároslas.
De momento las he dividido en 12 carpetas: Museo de Arte y Julio Romero de
Torres, Parques y jardines, calles de Córdoba, Patios de Córdoba, El Alcázar,
Puente Romano y Torre de Calahorra, De
Tapas, Casa Andalusí, Casa de Sefarad, Museos, Palacio de Viana, Palacio
de la Diputación.
Me he
pateado con mi mujer el barrio de la
Judería varias veces en todas direcciones para visitar 30 de
los 60 patios distribuidos por toda la ciudad, los cuales competían en el Concurso
de Patios del mes de mayo.
Son patios
particulares que abren gratuitamente sus puertas al público en estos días.
Hemos degustado especialidades gastronómicas en la Judería.
Hemos paseado por sus calles engalanadas de primavera
Hemos
gozado de un tiempo espléndido, alcanzando temperaturas de hasta 34 grados, lo
que nos conducía a sentarnos en la sombra de bellísimos parques.
He
visitado la casa de Julio Romero de Torres y he admirado sus obras, ya saben
ustedes: «Julio Romero de torres, pintó a la mujer morena, con el rostro de misterio y el alma llena de pena»
Lamentablemente,
no dejan hacer fotos en el interior, cosa incomprensible puesto que en el mismo
patio, en la puerta de en frente, se halla el Museo del Arte, donde se pueden fotografiar todos las obras, incluidas algunas
de Julio Romero.
Así mismo hemos
entrado en el Museo Arqueológico para conocer las raíces cordobesas y ver en
qué ocupaban su tiempo quienes nos precedieron.
El
Alcázar de los Reyes Cristianos es una maravilla que no podíamos obviar, y por
ello entramos dos veces: una para admirarlo de día; otra para ver el
espectáculo de sus fuentes de noche.
La Casa de Sefarad, una muestra de cómo
vivían los judíos cordobeses y su denuncia por el trato recibido por la Iglesia católica, la misma que tanto
preconiza el Amor.
Casa
Andalusí, testigo de nuestra manera de vivir en el medievo.
El
Puente Romano y la Torre
de Calahorra. Ésta fue construida por los árabes para proteger el puente romano, entrada a la Ciudad de los Califas. Actualmente es un museo.
El
Palacio de Viana es una prueba más de cómo en este país los reyes y los nobles
siempre han vivido de puta madre y no hubo capricho que les fuera denegado. Sirva
de ejemplo la biblioteca del salón del marqués, compuesta de 7000 volúmenes, gran parte de ellos
tratando de la caza, pasión endémica de la Nobleza.
Tampoco
permitieron hacer fotos del interior y sus colecciones, auténticos tesoros artísticos, a pesar de cobrar a 8 euros por cabeza. Quizás la nobleza evita escandalizar a los ciudadanos con
la ostentación pública de sus riquezas, sabiendo que mientras ellos suplantan a Dios en España, el pueblo llano vive, como siempre ha sido, en la pobreza.