Ayer, mi esposa y yo fuimos al
cine. Hacía un mes que no anunciaban películas de nuestro gusto y ya teníamos
ganas de volver a echar la tarde: cine y merienda en el centro comercial Bahía
Mar. Un amigo me recomendó la película «Los
hermanos Sister», que en el diario de
Cádiz la puntúan con cinco estrellas, y nos decidimos por ella.
Es una del Oeste, cosa extraña ya
en la cartelera del siglo XXI, pero recordé que las últimas que vi de ese género fueron buenas:
Bailando con Lobos, Sin perdón, Django… y ayer Los hermanos Sister.
Nada que ver con las anteriores.
Estuvo entretenida y presentaba
bonitos paisajes de montañas y ríos,
como suele ser en estas películas; pero no entiendo por qué la puntúan con el
máximo de estrellas. Con dos hubiera sido suficiente.
El argumento es el siguiente: Un
poderoso hacendado se entera de que un químico, buscador de oro, tiene una
fórmula para detectar el metal escondido en el agua de los ríos y envía a dos
asesinos a sueldo (los hermanos Sister) a buscarlo y secuestrarlo.
A partir de ahí, asistimos a una
serie de peleas y desafíos a muerte con sus dosis de violencia, hermosos
paisajes en el recorrido desde Oregón a San Francisco, y al descubrimiento de
una técnica nueva para hallar oro.
La película intenta transmitir
sin éxito una dosis de moralidad que solo consigue que parezca demasiado larga.
Ni fu ni fa.
