lunes, octubre 31, 2011

SOY UN CONSENTIDO: MI MUJER TIENE UN AMIGO EN MI CASA

Desde que el pasado mes de  marzo mi esposa y yo  vimos por vez primera una ninfa en el chiringuito del pantano de El Gastor, mi mujer no ha cesado de hablar de ella: que si se le enseña, habla;  que es muy cariñoso; que si se le suelta en la casa  revolotea y viene a tu mano;  que si me  gustaría tener uno, que si...  
Cada vez que íbamos al hipermercado se detenía en las tiendas de animales para mirar a las ninfas. Y al final, a pesar de que ver a los pájaros enjaulados me ponen triste, la pasada semana compramos una ninfa y una jaula.

Pronto advertimos que era un pájaro grande y necesitaba tener más espacio. La jaula me parecía pequeña, pues si bien era adecuada para la cría de canarios o periquitos, a la ninfa le impedía  extender las alas y revolotear.
  


Así que, ya puestos, el día 25 pedimos una jaula grande por internet, y hoy, día 31, nos la ha traído el agente de SEUR.
Viene desmontada y sin manual de montaje (¡vaya tela!), y más de una imprecación se me ha escapado mientras trataba de  darle la misma forma que aparece en las fotos de la tienda.
Para que tengan ustedes una idea del tamaño, el paquete mide 100 cms de alto x 60 centímetros de ancho y 20cm de grueso. Pesaba 19 kilos. 
Es una jaula de barrotes fuertes cuyos alambres estructurales tienen 4 milímetros de diámetro y los otros normales 2 milímetros

La altura total de la jaula es de  143 cm, y la jaula sola, sin el carrito soporte, 91 centímetros. La anchura es de 56 cms y de fondo 46 cm. La hemos puesto en el mismo rincón que estaba la jaula anterior para que el ave pueda ver las plantas verdes de  las macetas,  los coches y  la gente que pasa por la calle.

Las jaulas que habíamos visto en las tiendas de chinos a mitad del precio que nos ha costado tenían los alambres de 1 milímetro de espesor pintura incluida: me parecían  tan  finos que si se me ocurre raspar la pintura, seguro que se rompen. ¡Y las ninfas, como todas las cacatúas, muerden los barrotes!
 Bueno, pues era eso lo que quería decirles: que desde hace unos días me veo desplazado en el corazón de Carmen: todo su cariño y dulzura  son para  su simpático amigo.
¡Pensar que después de tantos años juntos ahora me es infiel con un pájaro...!
  Le gusta mucho sentarse en el balcón y observarlo.
Pero mi rival me cae bien con su cresta de coloridas plumas y sus provocadoras  carreras y cantos  para llamar mi atención. 

domingo, octubre 30, 2011

“Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio”

Ayer , mi esposa y yo fuimos al cine.
Mirando la cartelera nos percatamos de que entre los mismos géneros de siempre: películas policiacas, dramas de la guerra civil, o comedias matrimoniales, había una totalmente diferente, una que nos refrescaría las ideas y nos sacaría de la rutina:   “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio”


Es una muestra del cine de aventuras en estado puro, una película divertida elaborada excelentemente y dirigida por  la mano magistral de Spielberg.



Tintín,  el famoso reportero de los tebeos de nuestra juventud, adquiere por un módico precio la maqueta de un precioso barco en un mercadillo. Aún  no ha terminado la compra cuando dos personas intentan por todos los medios comprársela. Tintín rechaza las ofertas, ignora que dentro de uno de sus mástiles se esconde un secreto en forma de pergamino, y eso será el motivo de que sucedan cosas extrañas en su apartamento…



 A partir de ahí la película es una incesante persecución llena de aventuras en todos los elementos: agua, tierra y aire, que mantienen como hipnotizado al espectador independientemente de la edad que tenga.

La sala estaba llena de niños y adolescentes, acompañados de sus padres, y al percatarme de ello temí que el bullicio que forman los niños en el cine me impidieran disfrutar de la película; pero, curiosamente, todos guardaban silencio con  los ojos desmesuradamente abiertos, atrapados por la historia y las espectaculares imágenes  proyectadas en la pantalla. Eso sí, detrás de mí había dos niños de entre cuatro a seis años que no entendían nada y el señor que los acompañaba se lo iba explicando, lo que indica que no es una película para niños demasiado niños, aunque la espectacularidad de las imágenes los tenía encandilados.


 Lo único negativo del film, en mi modesta opinión, es el papel que interpreta uno de los más importantes personajes de la película: el capitán del barco. Su exagerada necesidad de beber alcohol para recordar las cosas,el mostrar continuamente los armarios del buque y los baules llenos de botellas es una velada incitación a la bebida que no me parece adecuada para una película infantil.
Pero claro, si la película está basada fielmente en el cuento original...
Se trata pues de una película de  aventuras  en el más amplio sentido de la palabra: diversión asegurada para toda la familia. La acción y el humor unidos durante ciento cinco minutos con tanta naturalidad que el espectador se deja llevar y disfruta del  maravilloso espectáculo. Los adultos disfrutabamos tanto o más que los chavales.

domingo, octubre 16, 2011

¡ AQUÍ NO HAY QUIEN VIVA !

foto de la manifestacion de los indigandos el 15 de Octubre en Jerez
                                             
 Los que me conocen dicen que soy un hombre conflictivo, que cuando no tengo un problema me lo invento, que si tengo un pasado lleno de borrones, que miro a la gente con los cristales opacos del orgullo y la soberbia, que miro debajo las alfombras…  ¡Vaya tela!  ¡Si yo sólo he reclamado esporádicamente mis derechos!
Por ejemplo, sin ir más lejos: lo que me sucedió hace poco  con una mujer rica que  regresó de las vacaciones. 

Resulta que desde hacía cuatro años yo me  colocaba cada día en la puerta de una casa señorial situada junto a la  iglesia, y la dueña salía cada mañana a eso de las doce, me saludaba con un escueto “Buenos días”  y me entregaba un euro, con el cual yo me iba a Mercadona y compraba una bagueta de pan y una lata de atún, o un litro de leche, o de vino, para echarle ánimo y perder la vergüenza.
 Pero hete aquí que este verano, a finales de julio, regresó de pasar un mes de vacaciones en Canarias y, tras mi  saludo amable interesándome por su estado y el de su familia, ella me entregó el acostumbrado  euro. Yo miré la moneda moviendo la cabeza y escuchando dentro de mí una voz que decía: "¡No lo permitas!, llevas cuatro años de antigüedad; tienes derechos adquiridos."

—Señora, disculpe, pero ésa no es la cuenta —le dije.

Y ella  lanzó su mirada contra mí con los ojos saltándole de las cuencas y los labios estreñidos  con tanta rabia, que me encogí y me cubrí la cara con los brazos.
— ¿Pero cómo se atreve? ¡Encima que le doy un euro cada día…! — me espetó
–Pues a eso me refiero, señora —alegué yo muy serio y compungido—, que me falta el euro que corresponde a cada día que ha faltado usted. Yo he estado en mi puesto, clavado como una farola, iluminando su puerta con mi presencia. Según mis cuentas, usted me debía haber dado treinta y un euros con el de hoy…
Y ella, con los ojos encendidos como los faros de los camiones;  las venas del cuello, hinchadas como rabos de lagartos; las tetas, como las montañas rusas:  bajando y subiendo; y  respirando fuerte y agitadamente, casi silbando: ¡Ah... ah..., ah...! (Yo creí  que ella tenía un orgasmo). Y de pronto exclamó:
— ¡¿Habrase visto?! ¡Pero qué te has creído, imbécil! ¡Que te den!
Y me dejó plantado.
 ¡Joé, qué modales!, pensé. ¡Yo creía que la riqueza iba acompañada de la educación y la cultura! 
Y oí la vocecita interior, que me decía: "¡No te cortes, díselo!" Y yo, colocando las dos manos junto a la boca como altavoz, grité:
— ¿Sí?¡Pues entonces búscate a otro pobre, que con éste no presumes más de riqueza  ni de buenas obras ante los vecinos! ¡Ea!, ya está dicho.
Y me fui.
Cuando me acercaba a mi casa, salió de detrás de un contenedor de basuras la Depresión. Se abalanzó a mí y aferró mi garganta, ahogándome y dejándome sin fuerzas, encogido, angustiado y lagrimoso. Y la vocecita que antes me azuzaba, ahora se pasó al otro bando y me reprochaba: "¿Pero qué has hecho, idiota? ¿Adónde vas a ir ahora, quién te va a dar de comer, quién te dará trabajo?"
Llegué a mi casa arrastrándome y deprimido (¡Claro, si llevaba a cuestas la  Depresión!) y me  senté en la cocina, crucé los brazos sobre la mesa y hundí mi cabeza en ellos para disimular  mi pena.
 Mi mujer, que es muy lista, se dio cuenta enseguida de que me pasaba algo y me preguntó:
—¿Qué te pasa, cariño?
— Nada.
— Venga, cuéntamelo.
—Que he perdido mi puesto de  trabajo
—¡Joé! Cómo ha sido eso.
— Pues ya ves: Mi genio.
—Bueno..., pues ya encontrarás otro.
— ¿A mi edad? Soy un desgraciado, si supieras cuánto lamento no poder darte todo lo que quisiera y te mereces… Me gustaría ser una persona rica y famosa, algo así como Etoo, Iniesta, Casillas o Zapatero… O el Rey, para darte un palacio donde vivieras como la Reina, que es lo que te mereces.
Y ella que me acaricia la mejilla y dice:
— No seas bobo, ¡con lo que yo te quiero así!

¡UF! ¡UF! ¡UF! Esas cosas no se pueden decir así de golpe en un día como este. ¡Miren, miren!: tengo la piel  como  papel de lija; los vellos, como puntas de alcauciles.

Y al oír eso me levanté, la abracé y, recordando una frase que leí el otro día en la feria del libro, le dije:
— “No te quiero por cómo eres, sino por cómo me siento yo cuando estoy contigo.”
Y entonces, ella, que jamás había oído esa frase y creyó que me había salido del alma, se derritió. Dejó caer al suelo el vestido y lanzó el sujetador al aire —que vino a caer sobre la olla Express—, las bragas volaron sobre el frigorífico, dejando a San Pancracio sin perejil... Total, que hube de hacerle el amor allí mismo. Y después del revolcón, aún sudorosos  ambos,  le prometí buscar trabajo cuanto antes.

Ahora que lo pienso: tengo un par de poesías publicadas en el libro de poemas que me traje de Sigüenza, y creo que eso  favorecerá  mi currículo y me será más fácil encontrar un nuevo trabajo.
 ¿Se imaginan la cara de papa hinchada de orgullo de mi  jefa  presumiendo de tener en su puerta a un pobre que además es poeta?

Sí, ya sé: pensarán ustedes que  carezco de dignidad, de orgullo, que es  una vergüenza  tener a mi familia así… ¿Pero qué quieren que haga? En Andalucía siempre ha sido así. Nada ha cambiado: con la Monarquía, la Dictadura, o con la Democracia, gobierne la Derechala Izquierda…, el  andaluz  pobre siempre ha sido humillado y obligado a vivir de subsidios y  limosnas.  Y no voy a ser yo, a mi edad, quien cambie eso.

Aquí, todos tan contentos; nadie se levanta:  Del 1,236,739 habitantes que tiene la provincia de Cádiz, según los últimos datos del INE del año 2010, y manteniendo una de las tasas de desempleo más altas de Europa, sólo unas seis o siete  mil personas en toda la provincia salieron a la calle ayer  para protestar por  la mala gestión del Gobierno, la corrupción  política en general, los recortes de derechos y  la falsa  Democracia que impera en España.



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sábado, octubre 15, 2011

LOS EREADERS, EL FUTURO

Hoy quiero mostrarles mi último capricho: un lector de libros electrónico, lo que los entendidos llaman «ereader».


Me dolía estar enganchado casi todo el día al ordenador leyendo y escribiendo mientras dejaba a mi esposa  sola en el salón viendo la televisión, o en la terraza, escuchando música y haciendo bonitas mantas de lana a ganchillo.
Ahora, gracias a este artilugio, podré estar con ella adonde quiera que vaya. Podré leer en el tren, en el autobús y en parques y plazas, sin cargar con voluminosos libros y sin dañarme la vista como sucede con otros modelos, pues éste es anti-reflectante, de los llamados de  "tinta electrónica".
Para eso he elegido un modelo que tiene las siguientes características:
1º Un tamaño ligero de peso y que se pueda transportar fácilmente. En el bolsillo de un chaquetón, por ejemplo. El lector mide  17x 12 centímetros, un centímetro más por cada lado en su funda, y pesa 393 gramos con su gruesa funda de piel de búfalo; pesa menos de 200 gramos sin su funda.


2º Que sea libre y pueda bajarse libros de cualquier parte. Algunas operadoras, como Telefónica, están a punto de sacar sus propios «ereaders», pero sus clientes sólo podrán tener acceso a las tiendas que la operadora ha concertado. Tengo entendido que con el Kindler de Amazon sólo se puede comprar en la tienda de  Amazon.


Yo me he bajado de momento diez libros de internet en formato ebup, más tres libros  que me han enviado por email  en formato PDF:  dos de Frederic Forshite,  y «La mano de Fátima», de Idelfonso Falcones, un libro que deseaba leer hace tiempo, pero me lo impedía su precio, 25 euros, demasiado alto para mí, que me he fijado un límite máximo en la compra de libros.
3º Que tenga wifi, para acceder a internet en casa y en los hoteles, pues si voy de viaje me gusta poder leer mi correo y comentarios en las redes sociales y en mi blog.

4º Que sea capaz de leer toda clase de formatos de documentos y no solo el  EPUB.
Ya he dicho que estoy leyendo La mano de Fátima, que está en PDF, y también  he bajado mi poemario y mi novela  desde mi ordenador.


5º Que sea económico.
Para lograr esto hay que buscar mucho, pues los precios difieren.
Hay ofertas en la red del mismo modelo con funda y cargador por 240 euros
En Carrefour costaba 199 euros sin funda y sin cargador.

Después de esperar dos semanas, he recibido el lector bkAvant, nueva versión, en la FNAC  por 159 euros, gastos de envío incluidos. Hoy he visto que han  bajado el precio, ¡me cachis en la mar!, y lo ofrecen por 139 euros.

La funda en piel gruesa, dicen que de búfalo, la he conseguido por 17 euros, gastos de envío incluidos. Ofrecen otra funda en tela, más ligera y económica, pero dada la fragilidad de la pantalla no es aconsejable.
Y el cargador original  cuesta 7´50 en Bk Store, más gastos de envío;  en FANAC  13´50 euros. Yo he comprado uno con las mismas prestaciones en Carrefour por 9`90 euros.
En total, el  caprichito me ha salido por 186 euros. Pero, ¡claro!, según mi Carmen, eso supone quedarme sin regalo  por mi cumpleaños el mes que viene, y mucho me temo  que también sin el regalo de Reyes.

 Pero yo estoy  contento: más vale un pájaro en mano que cientos volando.

lunes, octubre 10, 2011

¡PENA NEGRA !


Andaluz que con las carnes abiertas,
buscas un trabajo que no encuentras.
Al igual que tus padres y ancestros
tus hijos son carne del destierro.
Llevarán por el mundo la melancolía
y amargura que genera el recuerdo

¿Cuándo podrá nuestra Andalucía
esta tierra que tanto amamos
procurarnos alimento y cobijo
sin darnos a la inclusa del exilio
como mala madre de sus hijos?

A trabajar en vendimias y fábricas,
a servir a ricos o a cuidar enfermos,
Con el alma rota, aunque sonriendo
van los andaluces en trenes y barcos
huyendo del hambre, al extranjero...


Y mientras tanto todos aquellos
que llenaron nuestros corazones
de esperanzas y de sueños
Aquellos en quienes confiamos
pagándoles tan buenos sueldos...


Aquellos que debían conseguirnos
lo que tantas veces prometieron:
Tierra, Pan y Libertad
pasan la legislatura hablando
sobre cambios de sexo
y subidas del gas.

Intuyen el tiempo que hará en la tarde
y engalanados con trajes de Armani,
acuden maquillados y bien peinados
en coches de lujo, chófer y escoltados
a sentarse a la mesa con los mismos
que a los jornaleros han despreciado.

¡Pena negra de gente noble y buena!
con el alma rota dejan casa y familia
obligada a emigrar a tierra extranjera

¿Es que no hay tierras de labranza en Andalucía?
¿Dónde los cotos de caza, dónde las dehesas?
¿No hay manos laboriosas en Andalucía?
¿Volverán los cuchillos a sembrar la tierra?
¡Pena negra, pena negra, pena negra!

jueves, octubre 06, 2011

¿QUÉ PUEDE HACER UN JUBILADO MILEURISTA EN ESPAÑA?

Algunos amigos me escriben preguntándome qué hago durante el día y cómo vivo el rol de jubilado mileurista en España, y hoy voy a satisfacer esa curiosidad contando lo que hice ayer:
Me levanté a las cinco de la mañana para escribir un poco. A las ocho preparé el desayuno: café y tostadas con aceite de oliva para mí, y con mantequilla para mi mujer.
Los miércoles, mi esposa suele ir a una iglesia del centro de la ciudad para ver a san Judas, patrón de lo imposible. Allí charla durante unos minutos con él y le pide que ayude a nuestra hija, que lo está pasando verdaderamente mal. Yo le he dicho varias veces que lo que hace es una tontería; pero no hay manera de hacérselo entender. Yo no quiero quitarle la ilusión y espero en la puerta mientras ella se desahoga contándole los chismorreos al santo y le pide por favor que haga un milagro, ignorando que éste ya hace años que fue despedido por su ineficacia, tiene su carnet de paro en el bolsillo y cobra el subsidio de desempleo como casi todo quisque en Andalucía.
Yo me quedo esperando unos diez minutos en la puerta, soportando la mirada osca del mendigo rumano, de no más de treinta años, que desde hace cinco o seis ocupa la esquina del portal sentado en el suelo (ya debe tener contrato fijo) y saluda con un sonoro ”Buenos días” a todo el que entra, para que lo tenga en cuenta y reparta con él el donativo que piensa dejar en la iglesia. Yo no entiendo a la gente: comprendo que si viven mal en su país emigren para mejorar su situación y mantener a su familia, yo lo hice; pero para mendigar... Mejor quedarse en su casa, ¿no? Mi Carmen acabó su chateo mental con san Judas y al salir le dio 50 céntimos al rumano. Luego nos fuimos a la plaza del mercado a comprar el pescado fresco.
Y como nos fuimos andando para hacer ejercicio (la plaza está a dos kilómetros de nuestra casa), pues a las once nos sentamos a tomar café para recuperar fuerzas.
La plaza del Mercado de mi ciudad (bueno, mejor dicho: la ciudad donde vivo, no sea que Hacienda me aplique el Impuesto de Patrimonio) es redonda y tiene dos plantas. En la planta baja se encuentra el pescado, la carne y embutidos. En la primera planta está la verdura, la fruta y las especias. Fuera, en la calle, hay unos puestos de ropa y abalorios.
Plaza de Abastos. Óleo de José Luis Molina Mora

Foto antigua de la Plaza de Abastos
Nosotros vamos sólo a comprar el pescado fresco, pues la carne y los productos congelados ya lo compramos en Mercadona. Y ayer, en la bolsa roja que nos regalaron en el museo de Alcora, nos trajimos: atún, acedias, gallo, salmon y marrajo.
Ignoro a cuánto pagan ustedes el pescado. Lo que hay sobre la mesa me costó 23 euros: el atún estaba a 7 el kilo, el salmón a 6, las acedías a 6, el marrajo a 6, y el gallo a 7.
No sé, Carmen dice que debemos hacer dieta, que tenemos mucha panza y hay que comer mucho pescado; pero yo no veo que eso me adelgace.
La verdad es que ayer yo hubiese preferido comerme un par de huevos fritos con patatas en vez del pescado: los huevos fritos me encantan y son más baratos; pero Carmen me lo tiene vedado por que dice que aumentan el colesterol. Y me puso un filete de atún a la plancha con patatas asadas en el microondas.
Después de leer mi correo y atender algunos blogs amigos, pagar una multa que me ha llegado de Tráfico (al parecer me cogió el radar cuando me dirigía a Sigüenza) por internet y echarme una siesta, nos fuimos a Carrefour a ver las tiendas de ropa, electrónica y libros. Luego me eché entre pecho y espalda tres cañas de cerveza con un amigo picoleto jubilado, al que reproché su poco prestigio en el Cuerpo de la Benemérita ya que sus compañeros me habían denunciado siendo yo amigo suyo, y después me fui para casa a leer un rato y ver las noticias y una peli en televisión.
¡Ea, ya ha pasado el miércoles! Menos lo de pagar la multa, casi todos los miércoles vienen a ser lo mismo.

lunes, octubre 03, 2011

UN RECUERDO MUY ESPECIAL


Pinchad en el enlace de abajo: veréis algo muy bonito del V Encuentro de Poetas enla REd
Un trabajo realizado y compartido por la poeta bloguera
Lunska Nicori (Begoña García Treviño)
¡Gracias, amiga!
https://picasaweb.google.com/113784407011341949384/VEncuentroDePoesiaEnLaRedSiguenzaGuadalajara23Y24DeSeptiembreDe201102#5658737046868648354

domingo, octubre 02, 2011

EL DESAHUCIO


El viernes, viendo cómo se llevaba a cabo un desahucio en la televisión de Jerez, me acordé de Alberti y de su inmortal poema.Y mis dedos convulsos escribieron estos versos y los uní a los suyos:

EL DESAHUCIO

¡Abuela, ya vienen!
la niña se pega a su falda
La anciana la abraza
derramando lágrimas

Alza la vista al cielo
Y en silencio
Rota el alma
grita su desconsuelo:

“Un desgraciado accidente
se llevó a mis hijos.
Antes perdí a mi marido
y ahora me quitan la casa
Amoroso y dulce nido
en que nacieron mis hijos
Dime, qué mal he cometido”

Una manada de monstruos
se acerca porra en mano
vestidos de negro y con botas
ocultos tras escudos y cascos

¡No pasarán! Grita.
sus huesudas manos
si delicadas antaño
aferran a la niña

En sus húmedos ojos
Brilla la locura
Y con voz rauca,
de hombre, maldice
al Gobierno que permite
de los bancos tal usura

Viene con ellos un sujeto
vestido de negro que lleva
un documento en la mano
y con voz metálica, fría,
ordena el desahucio.

Y las fieras saltan sobre ellas
las empujan y maltratan
las pegan y amenazan
la niña llora, la abuela grita

Grita con voz de hombre...
¿pero dónde los hombres?

Gritan, y cuando gritan
parece que están solas...

Miran, y cuando miran
parece que están solas...

Sienten, y cuando sienten
¡parecen que están solas!

¿Es que ya Andalucía
se ha quedado sin nadie?

¿Es que acaso en los montes andaluces
no hay nadie?

¿Es que en los mares y campos andaluces
no hay nadie?

¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta?
¿Quien mire al corazón sin muros del poeta?

¡Tantas cosas han muerto...
que no hay más que el poeta!

¡Cantad alto!
Oiréis que oyen otros oidos.

¡Mirad alto!
Veréis que miran otros ojos...

¡Latid alto!
Sabréis que palpita otra sangre...

No es más hondo el poeta...
en su oscuro subsuelo, encerrado...

Su canto asciende a más profundo
cuando , abierto en el aire,

ya es de todos los hombres...

sábado, octubre 01, 2011

SIGÜENZA, LA CIUDAD MEDIEVAL

Como veo que ELSA, mi blog de viajes, es poco conocido y recibe pocas visitas pongo aquí mi última entrada en ese blog.
En ella explico mis experiencias en la hermosa ciudad de Sigüenza: dónde comer, ir de copas y tapear; donde alojarse; los precios...

Espero os guste.