viernes, febrero 25, 2022

"ESPEJO PÚBLICO", QUÉ VERGÜENZA DE PROGRAMA



Que vergüenza he pasado viendo la entrevista que ha realizado Susanna Griso en su programa Espejo Público a una ciudadana rusa afincada en Marbella. Bochornosa la actitud de Susana ante una pobre mujer que ha aceptado responder las preguntas de una reportera. Se ha acharnado en sus acusaciones provocando el malestar de la mujer como si ella fuese quien ha ordenado invadir Ucrania. Ella sólo decía que en Rusia su familia estaba preocupada por la guerra, y que se comunicaba con ella para estar informada. Tres o cuatro veces repitió que ELLA ESTÁ EN CONTRA DE LA GUERRA, pero Susana se había empeñado en oírla decir lo contrario.
Me he sentido mal, no hay derecho, esto no lo hace una buena periodista: el periodista debe informar siendo objetivo en todo momento, no tomar partido por un bando.
Les prometo que nunca más veré un programa presentado por esta señora. Nunca jamás. El odio que emanaba de su rostro congestionado, los ojos brillantes y casi escupiendo las palabras al dirigirse a la mujer me dio miedo. Comentamos en casa que si hubiera sido ella la reportera le pega a la entrevistada. ¡Qué vergüenza, por Dios!

miércoles, febrero 23, 2022

RECUERDOS DEL DÍA EN QUE PELIGRÓ LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

 ¡Buenos días, amig@s!

Mientras me desayuno una tostada de aceite puro de oliva de la cooperativa Virgen de los Remedios sita en Olvera (Cádiz), acompañada de jamón ibérico de Los Pedroches ( Córdoba), me viene a la memoria aquel nefasto día del 23 F.
Si en España fueron momentos de terror e impotencia, imaginaos lo que sentíamos quienes estábamos a miles de kilómetros de distancia.
En mis Memorias lo cuento tal como lo sentimos un grupo de trabajadores españoles en Sudáfrica:

"El día 23 de febrero de 1981 fue un día como los precedentes: muy caluroso, con algún repentino aguacero y trabajo muy duro.
Ese día, después de cenar, estábamos tomando unos güisquis en el salón cuando un soldador de Algeciras, que se comunicaba a diario con su familia a través de una emisora de onda corta, nos dijo que se había producido un golpe de estado en España. Y todos dejamos de hablar y de tirar dardos contra la diana para acercarnos al él y tratar de entender lo que sucedía. Fuimos a la sala de televisión y vimos en directo a Tejero irrumpiendo en el Parlamento.
Y la noticia corrió como la pólvora en el campamento. Los trescientos españoles que trabajábamos en la refinería nos apelotonamos delante de las oficinas, exigiendo nuestros pasaportes y que nos llevasen al aeropuerto.
El jefe nos dijo que no sabía nada, que las noticias eran confusas y que, de todas formas, el avión de Iberia había salido a las seis de la tarde y no había vuelos para España hasta el día siguiente a la misma hora. Todos queríamos hablar por teléfono con la familia y se formó una cola. Yo me fui con un amigo en un taxi a Secunda, el pueblo más cercano, para hacer la llamada desde un restaurante que solíamos visitar los fines de semana. Y en poco más de media hora pude hablar con mi esposa.
Ella estaba asustada.
—Juani, han pasado tanques por la avenida hacia el centro de Valencia. Al ver a los guardias pegando tiros, yo he apagado el televisor, he acostado a los niños enseguida y he cerrado puertas y ventanas. ¿Tú vas a venir?
—Es que no hay avión hasta mañana por la tarde.
—Estoy asustada, Juani. He llamado por teléfono a tus padres y les he dicho que no salgan de su casa.
—Cariño, estamos todos en la oficina exigiendo nos lleven de vuelta a España, veremos qué hace la empresa. Cuídate, mañana te llamo con lo que haya.
Cuando regresamos al campamento, pasada la media noche, vimos que repetían la noticia en la televisión, y algunos guardias civiles saltaban a la calle por las ventanas del Parlamento, y más tarde aparecía el Rey en la pantalla. Todo había terminado.
Al día siguiente fuimos a trabajar muy alterados y cansados. Pero no podíamos quedarnos en la cama, pues si no fichas la entrada al trabajo no cobras el día. Y pasamos las diez horas de jornada como pudimos, contentos después de todo, al saber que todo se había solucionado."
CARRETERA Y MANTA. MEMORIAS DE UN EMIGRANTE ESPAÑOL RETORNADO.
Puede ser una imagen de alimentos, interior y texto que dice "REDMI NOTE7 JUÀN PAN GARCÍA"