sábado, mayo 28, 2011

Los Mossos d`Escuadra

Foto del diario La Voz de Asturias

Supongo que habéis visto las cacerías que organiza de vez en cuando la nobleza inglesa, en que un selecto grupo de la sociedad montado a caballo y ayudado por sus peones, tocan cornetas para sacar de sus escondites a la fauna aterrorizada, y envían tras ella a una jauría de perros enloquecidos y hambrientos para perseguir y destrozar a los indefensos ciervos y jabatos que creían vivir libremente en el bosque, ignorando que cumplían una misión: la de satisfacer el voraz apetito, la codicia y vanidad de una clase social privilegiada.

Eso es lo que sucedió ayer en la plaza de Catalunya.

Una jauría de Mossos d´Escuadra sedientos de sangre fueron lanzados contra los indefensos ocupantes de la plaza: los indignados contra el sistema político que nos ha hundido en la miseria y nos ha hecho pagar injustamente a las clases medias y bajas los errores cometidos por los banqueros y especuladores que se ocultan en la sombra.

Al sonido de las trompetas de sus siervos (los periódicos y tertulias radiofónicas y televisivas en que los más afamados profesionales, mercenarios al servicio del sistema que les paga, se encargan día tras día de desacreditar despectivamente — aunque sin argumentos—, los ideales de los titulados universitarios, profesionales sin trabajo, hipotecados sin futuro y de cualificados librepensadores que acampan en la plaza y debaten propuestas, intentando buscar una salida a los problemas que sufre la inmensa mayoría de ciudadanos), el selecto club del Condado de Barcelona (sigue siendo eso, a pesar del disfraz democrático) ha ordenado a sus mayordomos enviar a sus perros de presa a sus plazas y perseguir y morder sin escrúpulos a cualquier ciudadano que se cruce con ellos, sin distinguir entre turistas, paseantes curiosos o molestos barceloneses indignados.

Los Mossos d´Escuadra (el nombre me recuerda a los “Mozos de cuadra”, personal entrenado para mantener limpia las caballerizas y a los animales perfectamente dispuestos para ser montados por su amo y llevarle adonde se le antoje, obedeciendo al más mínimo toque de espuela o tirón de brida), se han ensañado salvajemente con ellos, sin mirar si son mujeres u hombres, si alguna de aquéllas estaba embarazada o no, golpeando indiscriminadamente en la cabeza, en los senos, en los vientres o en las espaldas.

En las citadas jaurías de perros ingleses, pertenecen todos a la misma raza, llevan las mismas manchas en su pelaje, los mismos dientes, la misma lengua babeante. Los de ayer iban todos vestidos igual, armados igual, todos ocultan el rostro bajo sus máscaras. Es imposible distinguirlos unos de otros. Ni pueden identificarlos, para que puedan rendir cuentas ante la “justicia”.

Ayer quedó demostrado en Barcelona que no vivimos en una democracia real, que todo es una gran mentira: Mandan los mismos. Se han disfrazado de demócratas pero son los de antes, los de siempre. Y tienen sus mismos palacios, las mismas tierras, los mismos criados, las mismas jaurías de perros. Éstos eran antes de color gris; ahora van de azul oscuro. Qué pena de país.

¡DEMOCRACIA REAL YA!

jueves, mayo 26, 2011

EL RABO DE TORO

A mediados de los años ochenta estuve trabajando en Córdoba y tuve ocasión de degustar su gastronomía típica en el hostal en que me hospedaba y tapeando por los bares. Por ejemplo: es el único lugar en que he estado —y han sido muchos— donde me han puesto de tapa con la cerveza un par de hojas tiernas de lechuga con sal.

Y es también en Córdoba, donde parece ser que se inventó la receta, donde mejor cocinan el "Rabo de toro". En todo caso, allí lo preparan deliciosamente y mucha gente hace cola en los restaurantes especializados para degustarlo. Desde entonces, cada vez que he ido a esta ciudad, solo o con la familia, lo he pedido.

El rabo de toro es caro y tiene tan poca carne que en la plaza del mercado se vende entero. Si no fuera así, la gente compraría sólo la parte más gruesa y el resto nadie lo querría. Está formado por un hueso en forma de estrella de cinco o seis puntas que contiene entre cada una de ellas una porción de carne gelatinosa, muy sabrosa, que da un sabor delicioso a la guarnición que lo acompaña.

En Córdoba lo ponen con patatas fritas, que es como debe ser y a mí más me gusta; pero Carmen no quiere que yo abuse de ellas: que si engordan mucho, que si el colesterol... Y ayer me puso un platito pequeño de rabo solo, y una ensalada.

Yo comparto la receta con ustedes y lo acompañan como quieran.

INGREDIENTES:

1 rabo de toro

100 gramos de jamón serrano

1/2 kg de zanahorias

3 cebollas, media cabeza de ajo, un tallo de apio, perejil, laurel, pimentón, picante, tomillo y sal.

1/2 vaso de los de agua, de aceite

1 vaso de vino tinto.

Se trocea el rabo cortando por las extremidades de cada vértebra y se lavan las rodajas con agua fría. Luego se ponen en una cacerola y se echa agua hasta cubrirlos.

Se cortan en rodajas dos cebollas y las zanahorias y se añaden al rabo de toro.

Se añade el perejil, el apio, laurel, tomillo y un poco de sal.

Se pone la cacerola al fuego y cuando comience a hervir el agua se le quita la espuma que ha soltado, se pone la tapa de la cacerola y se deja cocer despacio durante una hora si lo hace en una olla Express; cuatro o cinco horas si es en olla normal, comprobando que no le falte caldo hasta que esté tierno.

Mientras tanto, se toma una sartén y se pone a calentar el aceite. Se rehogan los ajos picados junto con el jamón cortado en pequeños cuadritos. Se añade la otra cebolla picada muy fina, una hoja de laurel y el pimentón.

Cuando comience a tomar color, se añade el vino y un par de cacitos del caldo en el que se ha cocido el rabo.

Acabado el refrito, se echa todo en la cacerola que contiene el rabo y cuando comience a hervir se rectifica de sal y se sirve acompañado de patatas fritas.

Carmen me puso un platito así y una ensalada:

martes, mayo 24, 2011

LA GRUTA DE LAS MARAVILLAS


Ayer, lunes, me levanté temprano, hice el desayuno y luego desperté a mi esposa y le sugerí de irnos a visitar la Gruta de las Maravillas. A las siete y media ya estábamos en ruta. Durante las dos horas y media que tardé en recorrer los 210 kms que hay hasta Aracena, un pueblo situado al norte de la provincia de Huelva, Rajoy no cesaba de lanzar proclamas en la radio como si hubiera machacado en el ring a su rival Zapatero. Inútil cambiar de emisora; todas decían lo mismo. No sé si es que me he perdido algo, pero para mí que los problemas siguen siendo los mismos que había antes de ayer para los españolitos de a pie. Como si estas elecciones no nos hubieran costado suficiente dinero, ahora exige que se adelanten las otras, las generales. O sea: aún nos queda por delante soportar un año dedicado exclusivamente al acoso y derribo del Gobierno.

Pero a lo que íbamos: Aracena y su maravillosa gruta.

En el verde paisaje destaca este pueblo de paredes blancas y rojos tejados. Sus casas no tienen el encanto rústico de las de la Sierra de Cádiz, o de las Alpujarras granadinas, sino que parecen edificaciones nuevas.

Está situado a los pies de un monte, en cuya cima se alzan los restos de una fortaleza, y junto a ella, puertas abiertas, velas encendidas y naves desiertas, una bonita iglesia.

Del castillo no queda nada, todo está derruido. Encontramos pegadas al muro a una oveja con dos crías que parecían estar ahogándose de calor. Buscamos en los alrededores al pastor y se lo comunicamos, pero él dijo que ya sabía que estaban allí, que no les pasaba nada. Les hice una foto y nos fuimos algo intranquilos.

Luego entramos en la iglesia e hice algunas fotos para el recuerdo, pues, seguramente, no volveremos más a Aracena. Y no es que no me haya gustado, al contrario, me ha encantado.

La gruta hace honor a su nombre: ¡es una maravilla, algo extraordinario y original, de lo mejor que se puede visitar en varios cientos de kms a la redonda!

Se entra por una casa normal en una calle céntrica y se va por un camino interior de 1300 metros de longitud, bajando y subiendo niveles por escaleras construidas por el hombre. Vamos viendo las estalactitas y estalagmitas que cubren techos y paredes formando curiosas figuras. Hay una sala llamada de “Los Desnudos” debido a los órganos sexuales masculinos que cubren los muros. Algunas mujeres miraban a sus parejas y sonreían. Mi mujer los miraba con ojos como platos. «Las comparaciones son odiosas», le dije al oído.

Caminábamos bordeando un estanque de agua transparente y color turquesa, de entre cuatro y diez metros de profundidad, que reflejaba el maravilloso entorno natural que nos rodeaba.

Cientos de focos, ocultos tras las rocas, iluminan las paredes y producen en las figuras de paredes y techos diferentes tonalidades y sombras, y el visitante tiene la sensación de estar en otro mundo: ¡un mundo mágico! Una suave música se escucha a lo largo del camino. La joven guía que nos acompaña nos va explicando todo lo que ella sabe del lugar: año de descubrimiento, obras realizadas para poder acceder y mostrarla al público, investigaciones que se realizan para mejorar el monumento y los trabajos que se están llevando a cabo para abrir al público nuevas galerías en fase de exploración.

Y nos llevó a un lugar en que se producía algo milagroso: en las profundidades de la gruta, agarrado firmemente a la pared húmeda, brillante y lisa como el mármol, cuelga inexplicablemente un pequeño helecho de color rojizo que descubrieron hace más de treinta años. Uno años se muestra débil, enfermizo; otros crece vigorosamente y expande sus diminutas ramitas.

Creedme, amig@s: la Gruta de las Maravillas es algo maravilloso, fuera de lo común. Algo que una vez visto nunca se olvida. Si tenéis la ocasión, no os la perdáis.

¿Por qué digo entonces que no pienso volver a Aracena? Porque odio la injusticia. Soy así, no puedo evitarlo. Y también me pasa que cuando me doy cuenta de que me están robando descaradamente a punta de pistola se me oprime el pecho, me falta aire y me entran ganas de gritar; es lo que mi mujer llama “el pronto”; pero luego recapacito y pienso: “Bueno, ya que he venido, ¿qué voy a hacer sino aguantarme y pagar?”

Aracena vive de su gruta, todos sus negocios funcionan en torno a la gruta. Y todo es caro, muy caro. Luego se quejan de que la gente se vaya al extranjero de vacaciones; aquí nos gusta asesinar la gallina de los huevos de oro.

El desayuno que ven ustedes en la mesa me costó 12 euros. Ya lo ven en la foto: café con leche, tostada de pan y jamón. ¿Cuánto nos costaría la comida? Mejor no os lo digo. Lo tomamos en un bar mientras esperábamos el turno de entrada a la gruta, a la que se accede en grupos de no más de 25 personas. En el billete indica la hora en que puedes entrar.

Otra cosa:

Te dicen al entrar en la gruta que está terminantemente prohibido sacar fotos en el interior, y pegado en el muro de piedra otro anuncio advierte que hay video vigilancia. Te aconsejan comprar postales para el recuerdo. Vale, las compro, no es la primera vez que me prohíben hacer fotos del lugar que visito.

Pero lo que más me molestó es lo siguiente: llevaba caminando un centenar de metros por la gruta y, cuando menos lo esperaba, la chica que nos guía me dice: «¡Quieto!» Y de pronto se iluminó la sala con la luz cegadora de un flash al hacerme la foto. Mi esposa venía detrás y le sucedió lo mismo. A todos por igual. ¿Qué pasaba? Pues que un señor había obtenido del Ayuntamiento la exclusiva para hacer fotografías en el interior de la gruta. A nosotros nos prohíben sacar las cámaras para que ellos se enriquezcan haciendo fotos para el recuerdo, que luego ofrecen por... ¡5 euros! La entrada general cuesta 10 euros. Hay descuentos a jubilados y niños.

O sea: de un lado está el Ayuntamiento (o tal vez la Junta de Andalucía), que mantiene a unos cuantos funcionarios dedicados a cobrar las entradas en la caja, al personal de mantenimiento de la gruta y, además, paga la luz y los materiales para su perfecta conservación, y sólo me pide 6 euros por una entrada. Por otro lado un señor, que no gasta nada en luz ni en salarios, planta su trípode y sus focos en una sala y se enriquece haciendo fotos a todo el que entra. Luego, al terminar la visita, nos espera en la puerta de salida, nos va enseñando las fotos y dice que son a 5 euros cada una, casi igual que el precio de la entrada. ¿Pero qué tejemanejes se traen aquí? Yo no quise la foto, le dije que no la había encargado; pero mi mujer regresó y pagó los diez euros por las dos que nos había hecho.

«Qué vamos hacer, Juanillo, es el único documento gráfico que nos queda de la visita», me dijo.

Pero no es justo. No lo digo por los 10 euros de las fotos; eran bonitas e igual se las hubiera comprado. Diez euros más o menos no me saca de pobre ni me hace más rico. Es por el hecho de que a mí me prohíban usar mi cámara y a otros se lo permitan porque les reporta beneficios. ¡Qué descaro, qué poca vergüenza!

Me dio tanta rabia que ya no quise más visitas guiadas para ver monumentos y museos ni gastar un sólo céntimo más en ese pueblo, y a la hora de la comida, en vez de ir al restaurante que nos habían recomendado, regresamos a Cádiz y nos detuvimos cerca de Lebrija, en la “Venta María Luisa”, un lugar que conocía de cuando iba a trabajar a Sevilla.

A mi esposa le encantó el sitio. Pedimos el menú del día. Tenían varios a elegir. El menú que pedimos estaba rico, rico, como dice Arguiñano, y sólo nos costó 15 euros por los dos.

1º plato:

Crema de verduras blancas con trocitos de jamón (lo mismo para los dos)

2ª plato

El mío: Tortilla de patatas con relleno de queso, jamón york, y rebozada con bechamel y salsa de tomate. De guarnición unas tiras muy finas, como pajas, de patatas fritas

Mi esposa: Chuletitas de cordero con patatas a lo pobre.

Postres:

1 Descafeinado con leche

1 Helado de la casa: nata, chocolate y pasas.

Bebidas:

Tres cervezas y pan

La verdad es que a pesar de todo el balance ha resultado muy bueno: hemos visto la gruta de las Maravillas, algo inolvidable, y hemos comido muy bien. El día soleado y caluroso; la carretera tranquila. La única pena es no poder mostraros las imágenes de lo que vi bajo la tierra.Podéis ver fotos en este enlace:

http://spainonline.com/es/visorfoto.asp?IdFoto=582&IdContenido=420&IdProvincia=21

En línea negra, el trayecto recorrido=210 kms




























































sábado, mayo 21, 2011

DEDICADO A LOS ACAMPADOS EN LA PUERTA DEL SOL Y EN OTRAS PLAZAS DE ESPAÑA


¿Qué hay más allá de los alambres? ¿Quiénes viven confortablemente en las casas del fondo, ajenos a lo que sucede en la parcela? ¿Qué es esa sombra que impide la caricia del sol a la yerba? ¿Las alambradas son para evitar que entren o para impedir que salgan? ¿Quién querría robar miseria? ¿Quién come de los rastrojos? ¿Quién puede escapar del yugo y vivir sus sueños?


Tierra abandonada, reposo de aves zancudas y refugio de ratas; tierra fértil, cuyos dueños ni cultivan ellos ni a otros dejan. La han cerrado con alambres de púas y puesto en venta, a través de especuladores sin conciencia.


Pero, ¡Oh, milagro, qué veo!: De entre los secos y agonizantes rastrojos han nacido brotes verdes llenos de savia. Sus tallos floridos se levantan, insolentes, y se plantan, desafiantes, ante la valla erizada de púas, exigiendo su lugar bajo el sol. Simbolizan para la vegetación presa, que agoniza aplastada por la sequía y el fuego del mediodía, un soplo de vida, la esperanza de un nuevo renacer, de seguir siendo la verde parcela que siempre fue.

Como tú, flor silvestre, han nacido en España otras flores que cubren, valientes y desafiantes, el asfalto de las plazas. Están hartas de ser pisoteadas, de respirar aire contaminado, de beber aguas fecales, de ser alimento de voraces aves de rapiña, de servir de cebo en las épocas de caza de votos, de la falta de atenciones y de ser moneda de cambio de los especuladores que mandan sin piedad en el mercado.

Y al igual que han depositado en ti su esperanza las mustias flores y secos rastrojos de tu entorno, una enorme masa humana maltratada, humillada y extenuada, presa de un sistema cruel e injusto, se arremolina en torno a ellas y grita, y exige y clama... Un rayo de esperanza alumbra desde ahora todas las plazas de España. ¡Que no se apague!

viernes, mayo 20, 2011

¡VIVA EL ALCALDE!



El señor Alcalde es el de la chaqueta azul y pantalón claro

Hoy me he llevado una grata sorpresa: ¡He conocido al Alcalde! Mejor dicho: lo he visto desde mi ventana. Iba bien trajeado, con una pala en la mano; estaba plantando un árbol ante los niños del colegio de mi barrio.

Resulta que los árboles que hay en la plazoleta que limita con la valla del colegio son jacarandas, cuyas flores forman una tupida y resinosa alfombra azul en el suelo, y, cuando pisas sobre ella, se te pegan las flores a las suelas de los zapatos y te las llevas a tu casa, manchando el parqué. Las raíces de estos árboles han deformado el suelo, levantando crestas de losetas tan altas, que si no vas mirando hacia abajo tropiezas con el borde y te rompes las narices, la pierna o los brazos. La mayor parte de las veces, sin llegar a caerte, te tuerces los tobillos al pisar en falso.

Y nunca ha venido nadie a solucionar eso.

¡Y ahora viene el señor Alcalde del Puerto de Santa María, del P. P, a plantar otro árbol al otro lado de la valla!

Dicen que lleva ya cuatro años como Alcalde y es la segunda vez que lo veo por aquí. ¡Soy tan despistado...! Cosa curiosa: las dos veces que lo he visto en mi barrio estábamos en vísperas de elecciones.

Reconózcanme ustedes que la imagen es tierna: vean a los niños observando a su Alcalde desde el lugar elegido por los maestros para salir en la foto del periódico de mañana y aplaudirle mientras éste trabaja con la azada como un destripaterrones preocupado por la Naturaleza y la conservación de nuestra flora. ¡Aynsssssssssss, si es que dan ganas de abrazarle!

No sé por qué utilizan siempre a niños para anuncios contra el hambre, contra el sida... Ni por qué la Casa Real, los políticos, deportistas y famosos acuden desbordando de amor y bondad a hospitales infantiles y escuelas para entregar sus regalos en el Día de Reyes. Estoy seguro de que lo hacen altruistamente. Las cámaras que siempre les acompañan y actúan como notarios son amigos y admiradores que los siguen y deean inmortalizar esos momentos para presumir ante sus hijos y nietos. Como hoy en mi barrio.

Miren, estoy tan contento que no les quiero hacer esperar y me adelanto a darles la noticia antes de que salga en el Diario de Cádiz.

¿Qué a qué partido pertenecen los maestros? ¡Y eso qué importa, coño! No me sean quisquillosos ni mal pensados. Fíjense solo en el rostro feliz de los niños.

martes, mayo 17, 2011

SI EXISTE DIOS

Como a incauto insecto en tela de araña

Me has atrapado, niña, me has atrapado...

Me he enamorado de ti, me gustan tus risas,

tus manos, tus pies, tu cabello y tus pestañas.


Tus grandes ojos, niña, me vuelven loco.

Ellos me están matando, poquito a poco.


Tus labios, mi niña, son dos claveles rosas.

Por besarlos, yo haría cualquier cosa


Tu cara, mi niña, es de porcelana.

Sólo por acariciarla, daría mi alma.


Tus senos, mi niña, vasijas de leche y miel.

Eres ágil y vivaz, cual gacela

inteligente, alegre, compañera.

Cuerpo firme, piel de seda, largas piernas,

Cimbreña, como el junco en la ribera.


Si en verdad existe Dios, creador de tantas cosas:

la Luna y las estrellas, los mares y la Tierra,

las nubes y los vientos, el lobo y las ovejas,

el amor y el veneno, las mujeres y las rosas.

Por favor le pido, ya que dicen es tan bueno,

sabiendo cómo te amo, me conceda este sueño:

Abrazarte, fundirte a besos, estrechar tu cuerpo,

recorrer con mis manos tus sedosos humedales

sentir tus débiles quejas y estremecimientos

y aplacar la sed de nuestras ansiosas bocas

gozando ambos, hasta alcanzar el cielo.

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lunes, mayo 16, 2011

¡Democracia Real Ya!

Ayer tarde me olvidé de la Feria que se celebra en mi ciudad y cogí el tren de cercanías para asistir a la manifestación convocada en Cádiz por la plataforma de ciudadanos descontentos con la política, denominada “¡Democracia Real Ya!”

La manifestación tuvo lugar a la misma hora en cincuenta ciudades españolas y, según cuentan hoy algunos diarios españoles, asistieron miles de ciudadanos, siendo Madrid y Barcelona las que mayor número de participantes congregaron.

A la celebrada en Cádiz yo calculé que asistieron poco más de mil personas, pues, a ojo de buen cubero, ocupábamos una superficie en la calle de 80 metros de largo por seis de ancho, lo que nos da 480 metros cuadrados, y colocando dos personas por metro cuadrado en algunos puntos y tres en otros más apretados sale esa cantidad aproximada de 1000 personas.

Inicio de la manifestación en la Plaza de españa

Arriba: Paso por la avenida del puerto. Debajo: Paso por Puertas de Tierra

Ante la puerta de la Delegación del Gobierno

La manifestación tardó dos horas en recorrer el kilómetro que hay entre Plaza de España y Puertas de Tierra.

El Diario de Cádiz no menciona nada en su versión digital de lo que sucedió ayer en la ciudad, y sí informa de las realizadas en otras capitales andaluzas. Curioso, ¿no? Siendo el periódico decano de la provincia, ha sabido adaptarse a todos los cambios de gobierno que se han sucedido a lo largo del pasado siglo y lo que llevamos de éste, como hace el camaleón, animal que sobrevive protegido en la Bahía. Ahora toca proteger al sistema político en vigor; hace treinta y cinco años llevaba el yugo y las flechas en la portada. El caso es que si en la edición en papel tampoco dice nada, está privando a sus lectores de la crónica de una protesta que el periódico no puede ignorar, pues la manifestación pasó por delante de sus oficinas y en los balcones había un grupo de periodistas observando, que fueron abucheados.

Para obtener información puntual de lo acaecido ayer en España:

La Voz Digital: http://www.lavozdigital.es/

El País: http://www.elpais.com/articulo/espana/Miles/ciudadanos/casa/curro/miedo/exigen/futuro/digno/elpepunac/20110516elpepinac_12/Tes

El Mundo: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/05/15/espana/1305478324.html

Volviendo a la manifestación, siento vergüenza de que en una capital de provincia que ostenta el triste record europeo del desempleo con 180 mil parados, sólo mil personas salgan a la calle para pedir un cambio en las prioridades de nuestros gobernantes y políticos en general, cuando en 2005 y 2009 llenaron el estadio Carranza y las calles gaditanas dando gritos y tocando bocinas durante horas, y rompieron la fuente de las Puertas de Cádiz al celebrar el ascenso del equipo local a segunda división. ¿Dónde estaba ayer el 30% de parados? ¿Dónde los cientos de familias que acuden diariamente a Cáritas a pedir ayuda? ¿Dónde los que llenan los comedores sociales?

La verdad es que yo nunca me he creído esa cifra. Si así fuera, estarían los comercios sin clientela, las familias sin comer... Hubieran explotado ya. La economía sumergida, añadida al subsidio de desempleo, explica que haya dinero para celebrar carnavales, ser socios del Cádiz C.F. llenar los bares y disfrutar de Canal Plus y de teléfonos móviles de última generación.

Lo que pasa es que, salgan o no a la calle, la situación es insostenible: se ha perdido una generación bien preparada en formación profesional y universitaria, cuyos miembros, además de títulos y diplomas, llevan docenas de cursillos a sus espaldas, y se mantienen con la ayuda de los padres sin trabajo, sin cotizar para tener derecho a la jubilación y sin futuro a la vista.

Al parecer esto es sólo el comienzo, un ensayo. Próximamente, y no sé si alegrarme o no por ello, pues será prueba de que los problemas persisten, seguirán más protestas. La plataforma "Democracia Real Ya" surgió en abril en la Universidad, no necesita a sindicatos complices del Gobierno para convocar a la gente, y no está dispuesta a dar marcha atrás.

domingo, mayo 15, 2011

El SISTEMA DE VIDA OCCIDENTAL SE ACABA


"Si no se para por la razón se parará por la catástrofe". Jose Luis Sampedro
¿Alguien en este puto mundo le hará caso?

sábado, mayo 14, 2011

TERTULIAS Y ENCUENTROS


Un nutrido grupo de personas cultas y adineradas debatían sobre lo divino y lo humano. Entre ellos, un enano mileurista escuchaba, admirado ante tanta sabiduría. Animado por la calurosa bienvenida y las bellísimas propuestas solidarias que prodigaban los ponentes, el enano quiso participar en el debate de igual a igual, y subió al estrado encaramado en unos zapatos de altos tacones, con que intentaba ocultar su escasa altura. ¡Pobre iluso!

Nada más abrir la boca, cien pares de ojos clavaron en su figura sus escáneres; sus invisibles rayos clasistas penetraron hasta sus huesos y, tras procesar las imágenes, dejaron grabado en el tórax del farsante un fosforescente triángulo amarillo.

Tras el debate, el enano se ha quedado solo y olvidado; pero algo positivo ha aprendido de esta experiencia: es de ególatras debatir sobre cambios solidarios capaces de solucionar los problemas que acosan a millones de nuevos pobres en este país y los del tercer mundo, sentado en la mesa de un restaurante cuyo menú no baja de los 40 euros.