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jueves, octubre 04, 2012

RECUERDOS DE PEÑÍSCOLA

Complementando la entrada anterior os presento un par de videos cortitos del paseo marítimo de Peñíscola y de El Bufador.
También me traje como recuerdo unos cuantos ejemplares del libro editado por los organizadores del encuentro poético con todos los poemas leídos en el VII Encuentro de Poetas de la Red celebrado en la sala de Audiencias del castillo del Papa Luna.





Libro abierto por la página que contiene el poema a mi pajarita ninfa.








"El Bufador" es un fenómeno natural que se produce en Peñíscola cuando hay temporal y la mar está brava. Las olas penetran por la cavidad de la roca y la presión que origina en el interior ha creado este respiradero por el que sale el aire y el agua formando un geiser que a veces alcanza varios metros de altura. Es una de las atracciones importantes que ofrece esta preciosa ciudad mediterránea del levante español. Este video lo realicé en mi reciente visita a la ciudad el 28 de septiembre de 2012.



La playa norte de Peñíscola está formada por una larguísima franja de arena fina y amarilla de unos ocho km. que llega hasta Benicarló. A lo largo de ella se han construido tres lineas de calles pobladas por altos edificios de apartamentos de alquiler y hoteles, que en esta época otoñal aparecían vacíos a excepción de los hoteles que estaban ocupados mayoritariamente por clientes del INSERSO.

sábado, junio 23, 2012

MUSEO DE JULIO ROMERO Y MUSEO DE BELLAS ARTES


 Continuando con la crónica de mi visita a la ciudad de Córdoba, les presento el reportaje realizado en el Museo de Julio Romero de Torres y el Museo de Bellas Artes.




miércoles, febrero 08, 2012

MEDINA SIDONIA

 Ayer, día 7 de febrero, Carmen y yo  cumplimos 42 años de matrimonio. Para celebrarlo fuimos a Medina Sidonia, uno de los pocos pueblos de la Sierra de Cádiz que nos quedaba por conocer, a pesar de hallarse a sólo 53 kilómetros de mi casa.
El tiempo fue benévolo con nosotros y nos  regaló un  día  espléndido con el sol brillando en un cielo de puro añil durante todo el día.
 Catedral y plaza del ayuntamiento
 
 El Ducado de Medina Sidonia es el más antiguo de España, y  fue otorgado el año 1445 a Juan Alonso Pérez de Guzmán ( Guzmán el Bueno) por el rey    Juan II  en premio por sus servicios.
Medina Sidonia, fundada en la Edad del Bronce por los fenicios,  fue capital de provincia y sede episcopal. Es famosa también por  los  exquisitos dulces navideños que fabrican las monjas de sus conventos, los cuales exporta a toda la provincia. Miles de visitantes acuden al pueblo cada año a comprarlos, y hoy hemos podido ver excelentes muestras en los escaparates de las tiendas. Lástima que tanto a mí como a mi esposa,  nos esté vedado el azúcar, que si no...

Pero no todo lo que reluce es oro y nos hemos topado ¡cómo no! con la ineptitud de la administración local, lo cual  nos ha estropeado el viaje: ¿Cómo se puede concebir que un pueblo que ha abandonado su tradición agrícola y desde 2010 pretende vivir del Turismo mantenga cerradas  durante los días hábiles las ofertas interesantes que ofrece a los turistas?
 Antes de salir de casa he entrado en la página Web de Medina Sidonia y tomé nota de  las ofertas culturales y turísticas con la idea de  diseñar un recorrido que me ocupara  allí todo el día. En ella no dice nada de horarios de visitas. Cuál no sería mi sorpresa al llegar al pueblo al encontrarme
cerradas  las puertas  del Museo Etnográfico, que contiene una muestra de los artilugios agrícolas y manufactureros utilizados  en la comarca desde el origen de la ciudad,  y enterarme de que sólo abre los sábado y domingos. Las visitas guiadas  a la calzada y ciudadela romanas, a los museos, a la dehesa de toros bravos y a las caballerizas ducales no se realizaban por el mismo motivo.

Sólo hemos podido recorrer las calles del pueblo y visitar la catedral, previo pago de 2,50 euros cada uno.
¡Ésa es otra guinda! Hay que sentarse y tomar  poleo menta para digerir la poca vergüenza de la Iglesia.  « La verdad os hará libres», dijo Jesucristo. Fíjense en el detalle de la entrada que dice: Se agradece su donativo. Es una mentira más grande que la propia catedral: no es un donativo, es el precio de una entrada sin la cual no te permiten la visita. Un donativo es algo que se da voluntariamente; una entrada es el precio que se abona para poder entrar en un local. 

 
¿Por qué mienten? ¿Es que los donativos no pagan impuestos a Hacienda? No lo entiendo. Tampoco entiendo porqué no aparece en el tike el precio de la entrada que hemos abonado. De esta forma ni el fisco ni nadie  puede controlar los ingresos. Ahí hay algo raro. 
De acuerdo, a mí nadie me pone un cuchillo en la garganta para que entre en la catedral, si lo hago es porque me interesa verlo todo, ya que me he desplazado hasta el pueblo. Siendo la catedral lo único que puedo visitar, estoy dispuesto a pagar la entrada y lo hago sin rechistar; pero eso de que conste en alguna administración que yo he donado una cantidad para el mantenimiento de la catedral y que ésta  se mantiene gracias a los donativos de los turistas, me hace sentir cómplice de un fraude. Porque es mentira. Yo no he donado nada, he pagado 5 euros por poder acceder con mi esposa al interior del  templo. Es un matiz.
 
Me disponía a  pagar las entradas cuando mi esposa me señaló un cartel que prohibía hacer fotos, y me guardé el dinero; pero el empleado me dijo que podía hacer todas las fotos que quisiera sin usar el flash, y accedí.
 Mereció la pena: la arquitectura gótica de las catedrales es la misma en todas partes, pero además de mobiliario medieval como sillas de la Inquisición o un baul de más de 500 años comprobé que antes también había maestros chapuceros y la prueba queda descaradamente visible a los ojos del público: tomaron mal las medidas y el último arco no alcanza el pilar que debía sustentarlo y para no destruir la catedral entera y comenzar de nuevo hicieron un arreglo que queda fatal. 
 
No sé nada sobre qué les sucedeció a los responsables, pero habida cuenta del poder absoluto de los reyes de entonces y la crueldad de la Inquisición  no me extrañaría nada que pagaran tamaño error con sus vidas.
En Medina Sidonia, un pueblo de 11, 700 habitantes, he observado con satisfacción  una amabilidad y cortesía hacia el visitante  inusuales  en estos tiempos: preguntabas algo y te acompañaban hasta mostrarte el sitio o la dirección correcta, y si no lo sabían lo preguntaban a otros.
Mientras desayunábamos en el  acogedor restaurante   La Vista de Medina, desde cuya terraza se  contempla un precioso paisaje  de colinas ondulantes de tonos verdes que llega hasta el mar, a 40 kms a vuelo de pájaro, un  jóven, orgulloso de su pueblo, me informó   de la importante y  atractiva oferta cultural que  podía disfrutar en Medina; pero se mostró contrariado cuando le dije que estaban cerradas de lunes a viernes. No conforme con mi respuesta, sacó su móvil y llamó a Información y Turismo para informarse.
 
    

Total, que puesto que  los días laborables en Medina Sidonia el turista sólo encuentra restaurantes y tiendas de souvenirs —algo que en El  Puerto los tengo a patadas, pues si  le arreo un puntapié a una piedra  hallo un restaurante  debajo—, no he querido gastarme ni un céntimo más en el pueblo y nos hemos ido a comer a una venta de carretera  de cuya excelente oferta gastronómica y  servicio me había llegado el eco de la publicidad  del boca a boca: La Venta Andrés
    

Está ubicada en la salida 17 de la autovía Jerez a Los Barrios, en el cruce con la carretera de  Arcos y Medina. En frente existe otra venta más grande, más nueva y más lujosa, pero yo iba buscando ésa porque me la habían recomendado por su cocina casera.


Es una venta antigua con algunas reformas que la hacen confortable y cálida. Se puede comer en la terraza o en el salón comedor.

  Nos recibió Salvador, un joven muy amable y servicial, que nos ofreció la carta al tiempo que nos informaba de la existencia de un Menú del Día  de la casa a elegir entre cuatro primeros y cuatro segundos platos. 
Mi mujer y yo nos miramos: estamos a régimen, pero por un día  ¿quién se va a enterar?
De primero, yo elegí “Berza de tagarninas”, Carmen “Sopa de puchero”. 
 
Para acompañar la comida  nos puso un plato de ensalada, pan de pueblo  y dos cervezas.
De segundo, yo elegí pollo al ajillo; Carmen, merluza asada con menestra de verduras.




 
Ya no había  cabida para la tarta de queso y nata del postre y nos conformamos con el café.
 Esperábamos pagar mucho más de lo que nos costó: 17 euros los dos.
Felicitamos a los  dueños por  la exquisita cocina y salimos del local. Durante el camino de regreso mi mujer y yo hemos comentado lo bien que habíamos comido y lo amable que había sido Salvador, el camarero que  nos había atendido.
 Venta  Andrés  es un lugar para detenerse a comer bien y barato. Nos ha gustado mucho y pensamos volver.

 Si les apetece ver todas  las fotos que hice de Medina, pinche sobre el libro.

lunes, noviembre 28, 2011

I ENCUENTRO DE POETAS ANDALUCES DE AHORA

 Amig@s, perdonad mi ausencia, no os he olvidado, solamente he asitido a un encuentro entre amig@s internáutas que aman la poesía, cuyo resumen os invito a leer en esta nueva revista:


Publish at Calaméo or browse others.

Se me olvidó pasar el corrector ortográfico y ahora advierto dos faltas  de ortografía que clama al cielo. ¡Me cachis en la mar!




jueves, agosto 04, 2011

IV ENCUENTRO DE POESÍA EN LA RED

Hola, Amig@s: No sé si ya os he comentado que los próximos día 23 y 24 de septiembre se celebrará el IV Encuentro de Poesía en la Red en Sigüenza, Guadalajara, en el cual me he inscrito para leer, si mi crónica afonía me lo permite, un par de poemas.
Al Encuentro acudirán más de sesenta poetas de todos los rincones de España y alguno del extranjero, quienes, en una sesión maratoniana que comenzará a las 16 horas, subirán al estrado para recitar o dar lectura a sus poemas, dos cada uno.
La sesión finalizará con una espléndida cena en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Los poemas leídos serán recogidos en un libro que ya se está preparando y estará esperándonos en el recital para que nos llevemos un recuerdo del Encuentro.
La portada será la que ilustra esta entrada; el precio aún no lo sabemos, pero según he entendido rondará entre los 6 y 10 euros.
Si os interesa, todo lo relacionado con este acontecimiento lo podéis leer en las numerosas entradas de este enlace.

jueves, julio 07, 2011

ALCORA


¡Hola, amig@s, ya estoy de vuelta!
He tenido que acortar las vacaciones, pero las retomaré en cuanto pueda. Me quedaba ir a Denia (Alicante) y pienso hacerlo pronto. Mientras tanto iré poniéndome al día con vuestros blogs y correos. He traido fotos y videos de Castellón, y del desfile de Moros y Cristianos de Benetuser, que iré colgando aquí poco a poco. Hoy les presento la ciudad de Alcora, un lugar habitado desde el IV milenio A.C. según atestiguan los restos arqueológicos encontrados en la localidad. Fenicios, romanos y árabes invadieron la zona y dejaron sus huellas; pero eso fue mucho antes de mi llegada, yo sólo les muestro lo que he visto con mi cámara. Espero les guste. Abrazos.

martes, mayo 24, 2011

LA GRUTA DE LAS MARAVILLAS


Ayer, lunes, me levanté temprano, hice el desayuno y luego desperté a mi esposa y le sugerí de irnos a visitar la Gruta de las Maravillas. A las siete y media ya estábamos en ruta. Durante las dos horas y media que tardé en recorrer los 210 kms que hay hasta Aracena, un pueblo situado al norte de la provincia de Huelva, Rajoy no cesaba de lanzar proclamas en la radio como si hubiera machacado en el ring a su rival Zapatero. Inútil cambiar de emisora; todas decían lo mismo. No sé si es que me he perdido algo, pero para mí que los problemas siguen siendo los mismos que había antes de ayer para los españolitos de a pie. Como si estas elecciones no nos hubieran costado suficiente dinero, ahora exige que se adelanten las otras, las generales. O sea: aún nos queda por delante soportar un año dedicado exclusivamente al acoso y derribo del Gobierno.

Pero a lo que íbamos: Aracena y su maravillosa gruta.

En el verde paisaje destaca este pueblo de paredes blancas y rojos tejados. Sus casas no tienen el encanto rústico de las de la Sierra de Cádiz, o de las Alpujarras granadinas, sino que parecen edificaciones nuevas.

Está situado a los pies de un monte, en cuya cima se alzan los restos de una fortaleza, y junto a ella, puertas abiertas, velas encendidas y naves desiertas, una bonita iglesia.

Del castillo no queda nada, todo está derruido. Encontramos pegadas al muro a una oveja con dos crías que parecían estar ahogándose de calor. Buscamos en los alrededores al pastor y se lo comunicamos, pero él dijo que ya sabía que estaban allí, que no les pasaba nada. Les hice una foto y nos fuimos algo intranquilos.

Luego entramos en la iglesia e hice algunas fotos para el recuerdo, pues, seguramente, no volveremos más a Aracena. Y no es que no me haya gustado, al contrario, me ha encantado.

La gruta hace honor a su nombre: ¡es una maravilla, algo extraordinario y original, de lo mejor que se puede visitar en varios cientos de kms a la redonda!

Se entra por una casa normal en una calle céntrica y se va por un camino interior de 1300 metros de longitud, bajando y subiendo niveles por escaleras construidas por el hombre. Vamos viendo las estalactitas y estalagmitas que cubren techos y paredes formando curiosas figuras. Hay una sala llamada de “Los Desnudos” debido a los órganos sexuales masculinos que cubren los muros. Algunas mujeres miraban a sus parejas y sonreían. Mi mujer los miraba con ojos como platos. «Las comparaciones son odiosas», le dije al oído.

Caminábamos bordeando un estanque de agua transparente y color turquesa, de entre cuatro y diez metros de profundidad, que reflejaba el maravilloso entorno natural que nos rodeaba.

Cientos de focos, ocultos tras las rocas, iluminan las paredes y producen en las figuras de paredes y techos diferentes tonalidades y sombras, y el visitante tiene la sensación de estar en otro mundo: ¡un mundo mágico! Una suave música se escucha a lo largo del camino. La joven guía que nos acompaña nos va explicando todo lo que ella sabe del lugar: año de descubrimiento, obras realizadas para poder acceder y mostrarla al público, investigaciones que se realizan para mejorar el monumento y los trabajos que se están llevando a cabo para abrir al público nuevas galerías en fase de exploración.

Y nos llevó a un lugar en que se producía algo milagroso: en las profundidades de la gruta, agarrado firmemente a la pared húmeda, brillante y lisa como el mármol, cuelga inexplicablemente un pequeño helecho de color rojizo que descubrieron hace más de treinta años. Uno años se muestra débil, enfermizo; otros crece vigorosamente y expande sus diminutas ramitas.

Creedme, amig@s: la Gruta de las Maravillas es algo maravilloso, fuera de lo común. Algo que una vez visto nunca se olvida. Si tenéis la ocasión, no os la perdáis.

¿Por qué digo entonces que no pienso volver a Aracena? Porque odio la injusticia. Soy así, no puedo evitarlo. Y también me pasa que cuando me doy cuenta de que me están robando descaradamente a punta de pistola se me oprime el pecho, me falta aire y me entran ganas de gritar; es lo que mi mujer llama “el pronto”; pero luego recapacito y pienso: “Bueno, ya que he venido, ¿qué voy a hacer sino aguantarme y pagar?”

Aracena vive de su gruta, todos sus negocios funcionan en torno a la gruta. Y todo es caro, muy caro. Luego se quejan de que la gente se vaya al extranjero de vacaciones; aquí nos gusta asesinar la gallina de los huevos de oro.

El desayuno que ven ustedes en la mesa me costó 12 euros. Ya lo ven en la foto: café con leche, tostada de pan y jamón. ¿Cuánto nos costaría la comida? Mejor no os lo digo. Lo tomamos en un bar mientras esperábamos el turno de entrada a la gruta, a la que se accede en grupos de no más de 25 personas. En el billete indica la hora en que puedes entrar.

Otra cosa:

Te dicen al entrar en la gruta que está terminantemente prohibido sacar fotos en el interior, y pegado en el muro de piedra otro anuncio advierte que hay video vigilancia. Te aconsejan comprar postales para el recuerdo. Vale, las compro, no es la primera vez que me prohíben hacer fotos del lugar que visito.

Pero lo que más me molestó es lo siguiente: llevaba caminando un centenar de metros por la gruta y, cuando menos lo esperaba, la chica que nos guía me dice: «¡Quieto!» Y de pronto se iluminó la sala con la luz cegadora de un flash al hacerme la foto. Mi esposa venía detrás y le sucedió lo mismo. A todos por igual. ¿Qué pasaba? Pues que un señor había obtenido del Ayuntamiento la exclusiva para hacer fotografías en el interior de la gruta. A nosotros nos prohíben sacar las cámaras para que ellos se enriquezcan haciendo fotos para el recuerdo, que luego ofrecen por... ¡5 euros! La entrada general cuesta 10 euros. Hay descuentos a jubilados y niños.

O sea: de un lado está el Ayuntamiento (o tal vez la Junta de Andalucía), que mantiene a unos cuantos funcionarios dedicados a cobrar las entradas en la caja, al personal de mantenimiento de la gruta y, además, paga la luz y los materiales para su perfecta conservación, y sólo me pide 6 euros por una entrada. Por otro lado un señor, que no gasta nada en luz ni en salarios, planta su trípode y sus focos en una sala y se enriquece haciendo fotos a todo el que entra. Luego, al terminar la visita, nos espera en la puerta de salida, nos va enseñando las fotos y dice que son a 5 euros cada una, casi igual que el precio de la entrada. ¿Pero qué tejemanejes se traen aquí? Yo no quise la foto, le dije que no la había encargado; pero mi mujer regresó y pagó los diez euros por las dos que nos había hecho.

«Qué vamos hacer, Juanillo, es el único documento gráfico que nos queda de la visita», me dijo.

Pero no es justo. No lo digo por los 10 euros de las fotos; eran bonitas e igual se las hubiera comprado. Diez euros más o menos no me saca de pobre ni me hace más rico. Es por el hecho de que a mí me prohíban usar mi cámara y a otros se lo permitan porque les reporta beneficios. ¡Qué descaro, qué poca vergüenza!

Me dio tanta rabia que ya no quise más visitas guiadas para ver monumentos y museos ni gastar un sólo céntimo más en ese pueblo, y a la hora de la comida, en vez de ir al restaurante que nos habían recomendado, regresamos a Cádiz y nos detuvimos cerca de Lebrija, en la “Venta María Luisa”, un lugar que conocía de cuando iba a trabajar a Sevilla.

A mi esposa le encantó el sitio. Pedimos el menú del día. Tenían varios a elegir. El menú que pedimos estaba rico, rico, como dice Arguiñano, y sólo nos costó 15 euros por los dos.

1º plato:

Crema de verduras blancas con trocitos de jamón (lo mismo para los dos)

2ª plato

El mío: Tortilla de patatas con relleno de queso, jamón york, y rebozada con bechamel y salsa de tomate. De guarnición unas tiras muy finas, como pajas, de patatas fritas

Mi esposa: Chuletitas de cordero con patatas a lo pobre.

Postres:

1 Descafeinado con leche

1 Helado de la casa: nata, chocolate y pasas.

Bebidas:

Tres cervezas y pan

La verdad es que a pesar de todo el balance ha resultado muy bueno: hemos visto la gruta de las Maravillas, algo inolvidable, y hemos comido muy bien. El día soleado y caluroso; la carretera tranquila. La única pena es no poder mostraros las imágenes de lo que vi bajo la tierra.Podéis ver fotos en este enlace:

http://spainonline.com/es/visorfoto.asp?IdFoto=582&IdContenido=420&IdProvincia=21

En línea negra, el trayecto recorrido=210 kms




























































domingo, abril 10, 2011

PASEANDO POR GRANADA

De mi viaje a Granada poco queda ya por contar, pues si dicen que una imagen vale por mil palabras, las numerosas fotos que os he mostrado hablan por sí solas.

Quiero, no obstante, hablaros sobre la ciudad, su centro histórico y su gente, por si algún día vais que sepáis lo que os podéis encontrar.

Granada es una ciudad limpia. En una semana sólo he contabilizado 5 cacas de perros, cuando en Cádiz y mi ciudad, El Puerto de Santa María, éstas abundan de tal manera que las aceras parecen tableros de ajedrez, y debes caminar cabizbajo para sortearlas. Y en Granada he visto varios contenedores para excrementos caninos, cosas que no he visto por esta zona.

He podido ver varios urinarios públicos en las calles, cosa de que carece también el lugar en que vivo.

Me ha llamado la atención el elevado número de jardines y fuentes que adornan sus numerosas plazas y avenidas, y los parques rebosando de verdor.

Sus edificios son agradables a la vista, no tienen mucha altura ni son impactantes rascacielos de vidrio como en las grandes urbes, sino que muestran una dulce mezcla de estilos: árabe, renacentista y moderno.

El agua es muy fina, fresca e insípida; se puede beber tranquilamente en cualquier fuente.

Granada conserva la tradición de poner tapas gratis en los bares, y el guía que nos acompañó en la vista a la Alhambra insistió en que si entrábamos en un bar y pedíamos una cerveza o vino, debían de poner una tapa, y en caso contrario exigirla. A nosotros nos la han puesto siempre; pero no es nada del otro mundo: en mi barrio, el Bar Andalucía las pone también y sólo cuesta 1 euro la cerveza o copa de vino. En Granada, la caña cuesta 1`80 y el vino depende de si es vino de Granada o de otro lugar, pero mínimo 2´50 euros la copa.

En Granada te cobran por todo, incluso por entrar en la catedral. Y eso que no es para tanto, es una catedral similar a cualquier otra. La más importante de España, por el número de visitas, creo que es la de Santiago de Compostela, y sin embargo, cuando estuve en ella nada me cobraron por entrar y sacar fotos. En la de Granada, media docena de guardas jurados velan para que no se hagan fotos. Pero yo las hice.

No es por nada, pero las reformas, el mantenimiento de los edificios religiosos, y los sueldos de los curas y obispos salen del erario público, de nuestros impuestos, y por tanto creo que tengo derecho a entrar libremente en ellos. ¡Y tuve que pagar 7 euros por cada uno: 3´50 para ver la tumba de los Reyes Católicos y otros 3´50 por la Catedral! ¡Y encima me prohíben hacer fotos para que ellos puedan vender sus postales!

La verdad es que yo no quería entrar, me indignaba lo que creo que es un abuso; pero un matrimonio amigo, que asistió al IV Encuentro de Poesía en la Red nos dijo: « No se os ocurra marcharos de Granada sin ver la Catedral», y mi esposa hizo el resto. Al final entramos, y hice al menos 70 fotos: dos hice a escondidas en la Capilla Real, a pesar de los seis vigilantes, y el resto en la catedral, que más que una iglesia parecía un mercado: un centenar de personas abandonadas a su aire, dando vueltas por las espaciosas naves y haciendo fotos sin respetar los carteles de prohibición. Nada indicaba que allí se celebrasen ritos religiosos, pues nunca vi las puertas grandes abiertas, sino sólo aquélla por donde había pagado la entrada, que a su vez era tienda de recuerdos.

Otra cosa: si os despistáis y no encontráis alguna calle o lugar, no preguntéis a jóvenes sino a personas mayores, guardias o profesionales de la hostelería. Dos veces preguntamos a jóvenes, estudiantes, a juzgar por las carpetas o libros que llevaban bajo el brazo, y en ambos casos nos enviaron en sentido contrario al que se hallaba la calle que buscábamos. Eso no me había sucedido antes en ninguna ciudad de las muchas que he visitado.

Sin embargo, en las dos ocasiones, después de caminar durante un buen rato y dándonos cuenta de que nos habían tomado el pelo, pues según el mapa que habíamos olvidado en el hotel, nos alejábamos del lugar que buscábamos. Le preguntamos a unas personas mayores y éstas fueron tan amables, que estaban dispuestas a acompañarnos hasta el sitio, que estaba no más lejos de cincuenta metros de donde antes le habíamos preguntado a los estudiantes.

No deseo aburriros con casi 300 fotos de Granada ciudad, y además, aquí me cogería mucho espacio y ralentizaría aún más el ya lento blog. Por eso os invito a elegir el tema que os interese pinchando entre los que os indico a continuación:

Catedral, Real Capilla y Monasterio de la Cartuja.

De paseo por Granada.

Parque de Tecnológico y de la Ciencia.

Hotel Saray de Granada


Espero que os guste.