martes, mayo 31, 2016

"LA SABIA DE ARCOS "







Había en Arcos de la Frontera una curandera conocida como " La sabia", a quien acudían numerosas personas, la mayoría mujeres, en busca de la porción mágica que sanara sus males.

Tendría yo  doce o trece años cuando hallándome en el pueblo de vacaciones, mi madre me llevó con ella y media docena de mujeres a la consulta de esa señora.

Mientras que el coche de linea de  "Los Amarillos", avanzaba lentamente, crujiendo a cada bache y echando un chorro de vapor por el tapón del radiador, yo, medio dormido, miraba las luces amarillas del alumbrado de Arcos, que tintineaban a lo lejos y subían y bajaban siguiendo los vaivenes del coche.

Poco después de pasar la aldea llamada La Perdiz, las mujeres le exigieron al cobrador, un hombre con un ojo inmóvil, no recuerdo si era el suyo o tenía un ojo de vidrio,  un alto en el camino para satisfacer sus necesidades.
El Amarillo se detuvo en medio del camino y las mujeres corrieron a la cuneta, alzaron sus vestidos y se acuclillaron para hacer sus cosas.
 Había luna llena y yo podía verlas desde mi asiento. Mi madre alertó a sus compañeras de mi presencia,  pero éstas, creyéndome inocente, no hicieron caso.

Había una vecina muy guapa, hija de "La sillera", a la que mi hermano mayor miraba con ojos de cordero degollado sin osar decirle nada, habida cuenta de que ya tenía novia, y ella, sabiéndolo, me trataba con cariño y me  hacía carantoñas, intentando quizás  caer en gracia a mis padres.

Lo cierto es que ella se puso pegada al Amarillo frente a mi asiento, y el reflejo de la luz interior en la cuneta la iluminó tenuemente al subirse el vestido y bajarse las bragas, lo justo para que yo descubriera sus piernas y  el esplendor de su vientre poblado con una rizada mata de vellos.

Fue la primera vez que vi desnuda a una mujer, y era muy guapa, tendría unos 25 años, quizás menos. Esa imagen me acompañó durante toda mi adolescencia, pensaba en ella cuando en las noches de estudiante en Málaga acababa manchando mis sábanas.
 Me quedé impresionado, mudo de asombro, y pasé el día pensando en ella.

Esperamos turno en una salita mientras cada mujer entraba en la consulta de "La Sabia", y por la tarde, a las seis, bajamos a la parada ubicada junto al puente para esperar al Amarillo que nos llevaría de vuelta a Algar.
 Durante el viaje las mujeres comentaban su experiencia, alegres unas y desconcertadas otras: la Sabia había adivinado las comentarios incrédulos de algunas de ellas y cuando les llegaba el turno les decía que " Si no crees en mis poderes no puedo hacer nada por ti". Y las echaba.
No sé si en aquel tiempo existían los micrófonos ocultos, pero así sucedió.

 Las mujeres comentaban en el coche la composición de unos parches de plantas  naturales que la  bruja les había recetado para que se lo pusieran donde les dolía.
 Pero yo permanecía con la cabeza apoyada en el cristal de la ventana, como ausente,  recordando la estampa de un pubis velludo entre unas piernas muy  blancas y bien torneadas, ¡maravillosas!


 Mucha agua ha pasado desde entonces por el río Guadalete, pero sesenta años después, aún recuerdo con nitidez aquella estampa.

viernes, mayo 27, 2016

ODIOSAS VACACIONES


foto de  google images.

El sol se había ocultado tras la montaña, dibujando una orla escarlata en las nubes grises que flotaban en el atardecer; una brisa fresca se movió entre los árboles del aparcamiento y acarició el rostro de Manuela, una septuagenaria que, de pie junto a la esquina del local, admiraba el espectáculo que se dibujaba en el firmamento.
«¿Necesita algo, señora?», le había preguntado la empleada. Y ella había le había sonreído mientras negaba con la cabeza.
Su hija le había echado sobre los hombros la mantilla de punto de lana que la anciana había hecho con sus propias manos diez años antes, cubriendo con ella sus brazos y espaldas y dejando visibles solamente sus huesudas y sarmentosas manos; luego le pasó el brazo por los hombros, rodeó el local y la acompañó al WC de señoras. Una vez dentro, le dijo: «Mamá, haz lo que tengas que hacer sin prisas, porque tardaremos mucho en parar otra vez. Mientras, voy a comprar agua fresca y cigarrillos en la tienda. Ahora vuelvo».
Ya no recordaba qué hacía allí ni cuánto tiempo había pasado desde que salió de los servicios. El sol ardoroso de la tarde había dejado paso al viento suave y fresco del noroeste y al maravilloso lienzo de color fuego que recortaba las aristas de la montaña y adornaba el cielo con nubes oscuras de ribetes morados. La empleada de la tienda no cesaba de mirarla y ella no sabía por qué.
De pronto la sorprendió un enjambre de luces giratorias, rojas y amarillas, y un recuerdo infantil de feria surgió de las profundidades de su cabecita de cabellos ondulados y blancos, y la hizo sonreír. Dos personas se apearon del vehículo y se acercaron a ella.
«Tiene que acompañarnos, señora», le apremiaron los agentes.
Ella posó en ellos su mirada cansada y neutra. Al ver que ella no reaccionaba, la ayudaron a entrar en el vehículo y se volvieron por donde habían venido.
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Registrado el 27 de mayo de 2013

miércoles, mayo 25, 2016

MIS CUADROS

Harto de la hipocresía que habita en los grupos poéticos, donde prima el Quién Es quien lo escribe, su currículo y su nivel económico, antes del Cómo lo dice. Donde se busca notoriedad y fama a toda costa, donde se ensalza a cualquier amigo aunque no entiendan muy bien lo que dice, me refugio en mis pinceles.
Ellos me permiten abstraerme del mundo y expresar las imágenes que me han impactado y otras que ocupan mi mente.

 Mis dos últimos trabajos:
Playa de Poniente en El Puerto de Santa María.


 Bodegón

miércoles, mayo 18, 2016

"EL AMARGO SABOR DE LA MIEL"






Fragmento de la novela:

....–¿Qué te ha pasado, hija mía?, ¿por qué lloras?
–Por nada, mamá. Está claro que para encontrar un trabajo
decente hay que estar afiliada al partido gobernante, o quitarte
las bragas y bajarte al pilón –le contestó irritada.
–¡¿Pero qué dices, mujer…?! – respondió ella, alarmada
por el lenguaje empleado por su hija.
Mari Luz se encerró en su habitación, renunciando a dar
más explicaciones.
Al anochecer llegó Miguel para invitarla a ver una película
en los multicines. Mari Luz salió con él y le puso al corriente de
todo lo ocurrido. Al principio su amigo parecía muy indignado;
pero luego acabó aconsejándole que aceptara lo sucedido como
la cosa más natural del mundo con estas palabras:
–En todas las empresas los directivos intentan conseguir
los favores de sus empleadas. Hay mucho acoso sexual en los despachos;
la mayor parte de ellos no se denuncia ni sale a la luz por
diferentes motivos: unas veces, las víctimas no quieren perder el
puesto de trabajo; otras se callan y evitan así que sus cónyuges se
enteren de los tocamientos y demás abusos a los que han sido sometidas,
por temor a verse repudiadas. También sucede lo contrario:
hay empleadas que provocan ellas mismas esas situaciones
para lograr un ascenso o un matrimonio. Tú no te atormentes y
olvida esta desagradable experiencia. Mejor aún: que te sirva de
lección a la hora de confiar en la gente.
Al salir del cine decidieron ir a cenar y se sentaron en la
terraza de un restaurante ubicado en la Ribera del Marisco. Las
ramas de las palmeras del parque danzaban alegres, animadas por
la brisa marina. La Luna lucía escondida tras las ramas de una palmera
y, enternecida, les observaba con una sonrisa pícara pintada
en su cara redonda. Las terrazas de la Ribera estaban ocupadas y
la gente buscaba desesperadamente una mesa libre para sentarse
y pasar la velada. Al otro lado de la calle había niños jugando en
un jardín infantil, vigilados por sus padres; los paseantes compraban
bisutería, libros, helados y chucherías en los quioscos. Ya en
la sobremesa, Miguel le recordó que hacía dos años que salían
juntos y que desde el primer día estaba muy enamorado de ella.
Le confesó que la amaba con locura. Entonces sacó un estuche
de su bolsillo y se lo entregó: contenía una preciosa sortija con
un diamante. Mari Luz la aceptó, dichosa, y desde aquel momento
quedaron comprometidos. Se miraron a los ojos con ternura y se
besaron. Cuando salían del restaurante, Miguel pasó un brazo por
los hombros de su novia, la atrajo hacia sí y la besó en la mejilla.
Luego le dijo:
–¿Sabes, Mari Luz?: En la empresa Contenedores del Sur
las cosas comienzan a arreglarse: van a hacer fijos a unos cuantos
obreros, y creo que estoy en la lista. Con una nómina fija, los bancos
me concederán los créditos que solicite. Y entonces podremos
casarnos.










viernes, mayo 13, 2016

AUTORRETRATO


 Y aquí os presento el segundo  cuadro que he pintado en estas dos últimas semanas. Esta vez se trata de mi autoretrato.
Hacía mucho tiempo que no pintaba y he podido comprobar que afortunadamente no he perdido muchas facultades.
La pintura me relaja muchísimo, y me olvido de personas que pululan en Facebok cuya hipocresía y soberbia  no merecen dedicarles un segundo de mi tiempo ni mi amistad.




También retomo en breve las presentaciones de mi tercera novela,EL AMARGO SABOR DE LA MIEL.  El día 11 de junio será en Málaga. Este es el cartel:

lunes, mayo 09, 2016

EL INVIERNO.

  A continuación dos mini relatos a partir de un mismo enunciado. Se trata de un ejercicio de creación literaria donde el profesor escribir un párrafo del relato y el alumno debe continuarlo y darle el final que cree oportuno. El primer párrafo, hasta donde dice "No sentiría este miedo ridículo que la atenazaba", es el que ha proporcionado el profesor. Todo lo que sigue es mío.
Yo he escrito dos historias diferentes: Invierno y Soledad.




EL INVIERNO

Entró en el largo camino de tierra hasta que llegó a la vieja cancela. Estaba entreabierta pero no lo suficiente. Hizo un gesto de fastidio y se bajó de su pequeño Renault blanco, abrió las hojas lo más rápido que pudo y se metió en el coche con la respiración entrecortada. No era tarde pero ya estaba oscuro, aún faltaba mucho para que llegara la primavera. Entonces no le daría miedo bajarse del coche, miraría incluso las florecillas silvestres alineadas al borde del camino y no sentiría este miedo ridículo que la atenazaba.

Entró en la casa a sabiendas que no pegaría ojo en toda la noche: el viento se colaría por las rendijas de las ventanas silbando como si fueran lamentos de almas errantes; las ramas desnudas y angulosas de  los árboles  parecerían fantasmas agitando sus brazos esperando un auxilio que nunca llegaría, y las nubes oscuras pasarían raudas regando el suelo con sus lágrimas, añorando el ambiente cálido y seco de la Costa del Sol.

Y ella se quedaría quieta observando el jardín desde la ventana. Sobre todo el pequeño rincón bajo los chopos donde  a veces le parecía ver a su marido tambaleándose y pidiendo ayuda.

Durante diez años habían compartido la casa.  Fue una época terrible, en que obedecía sumisa a sus deseos, soportando  las afrentas y los golpes, tragándose las lágrimas y las palabras y maquillándose concienzudamente  para no destapar el drama que estaba viviendo.

 Al fin se había ido, la gente comentaba en las tiendas y  los bares que él  la había abandonado y se había marchado lejos, al fin del mundo.

 Sí, aún faltaba mucho para la primavera. Los chalés de al lado se llenarían de gente los fines de semana, y entonces ella podría invitar a sus vecinos a merendar mientras los niños jugaban en el jardín,  donde florecerían los rosales que había plantado sobre su tumba. Sólo tenía que aguantar tres meses más.






jueves, mayo 05, 2016

LA SOLEDAD






foto de google images

Entró en el largo camino de tierra hasta que llegó a la vieja cancela. Estaba entreabierta pero no lo suficiente. Hizo un gesto de fastidio y se bajó de su pequeño Renault blanco, abrió las hojas lo más rápido que pudo y se metió en el coche con la respiración entrecortada. No era tarde pero ya estaba oscuro, aún faltaba mucho para que llegara la primavera. Entonces no le daría miedo bajarse del coche, miraría incluso las florecillas silvestres alineadas al borde del camino y no sentiría este miedo ridículo que la atenazaba.


Pero ahora los chalets contiguos estaban deshabitados y ella se hallaba sola en  la urbanización. Momentos antes, la radio del coche había anunciado que un grupito de dementes se  habían fugado del psiquiátrico,  situado  a tres kms de la   finca.
Condujo despacio hasta la casa y antes de bajarse del coche miró alrededor. Todo parecía en orden, tal como ella lo había imaginado: una ventana estaba abierta.
Reflexionó un momento sobre lo que estaba haciendo y finalmente se decidió a bajar, al fin y al cabo ella venía  buscando la aventura.
El día anterior se llevó un susto de muerte cuando al salir de la ducha se encontró a un joven de unos treinta años en la puerta del baño observándola. Ella dio un grito y salió corriendo desnuda hacia el salón,  sorteando los muebles hasta llegar a la puerta y salir al jardín y liarse a dar vueltas, seguida de cerca por aquel  sujeto con cara de ido, que no cesaba de chillar mientras corría.

 Ella continuaba corriendo en círculos, pues la  cancela estaba cerrada y recordó que la llave se hallaba  colgada en su sitio tras la puerta de la cocina. Finalmente, resollando y sin fuerzas,  cayó al suelo, quedando a merced del vigoroso hombre que la perseguía.
Fue entonces que él se acercó mostrando una sonrisa estúpida y colocando una mano en su nalga, dijo: ¡Tú la llevas!
Y echó a correr.
Hoy  era ella la que venía a buscarlo. Hacía seis meses que faltaba su marido y ella quería volver a sentir y vibrar como la  mujer que era. Disfrutaría del sexo con aquel desconocido y luego lo echaría fuera, advirtiéndole que llamaría a la policía si volvía a verle.
Pero al entrar en la casa se quedó pasmada: El sujeto había venido acompañado de media docena de hombres.

—Nosotros también queremos jugar— exclamaron al unísono.



martes, mayo 03, 2016

REGRESO A MIS PINCELES



Como mis amig@s saben , también me gusta la pintura. Hace años me dio por pintar y llenar las paredes de mi casa de cuadros. Los hay hasta encima del armario envueltos en telas.
Luego comencé a escribir novelas, relatos y poemas y a ponerlos en este blog y más tarde en Facebok. Las redes sociales tienen magia, te embrujan y te roban todo el tiempo. Y, en mi caso, hasta la dignidad, pues una persona maléfica, para quien antes yo era el mejor amigo del mundo, se ha encargado de difundir calumnias  acerca de mi persona, y muchas amistades me han abandonado. Peor para ellas.
 Hoy, desencantado del mundillo poético, que no de la Poesía, vuelvo a retomar los pinceles y mis relatos, y solo esporádicamente, para contentar a l@s amig@s leales que me quedan, publicaré en facebok.
Al fondo se ve en la foto la plataforma petrolífera ODIN, en la que yo trabajé durante los años 1982-83. El lienzo es de 1984, fue uno de los primeros cuadros que pinté. 

 Después de un año sin pintar, he realizado con gran parecido este retrato de mi mujer. Espero os guste.