martes, diciembre 28, 2021

LOS SANTOS INOCENTES

 

¡Buenos días, amig@s!

 Hoy es el día de los Santos inocentes, tened pues cuidado, no sea que os gasten una broma. Aunque en la actualidad esa costumbre ha venido a menos, y las bromas que se hacen no pasan de ser un muñequito de papel pegado en la espalda.

¡Antes si que eran buenas! ¡Cuánto se disfrutaba, dios mío!

Recuerdo una vez, en la década 1960, cuando los niños pijos lucían sus motos Montesa y Bultaco por las calles de mi pueblo, pavoneándose ante las mozas, que baboseaban mirándoles y contando con los dedos las posibilidades de éxito de una aventura con ellos.

Al otro lado estábamos nosotros, los don nadie, imaginándonos solteros de por vida mientras tirábamos algún petardo para hacernos ver.  Pero era el día de los Santos inocentes y no debíamos pensar en otra cosa que en divertirnos.

Aprovechando un receso en que los moteros entraron en el bar acompañados de varias chicas, nos acercamos a una moto Ducati 250 y colocamos un grueso petardo entre el tubo de escape y el motor, y regresamos a nuestro puesto en la plaza. Al cabo de diez o quince minutos salieron los moteros dispuestos a lucirse dando varias vueltas más con sus motos. El de la Ducati se sentó  en ella , se puso cómodo y miró a las chicas sonriendo un segundo antes de darle con el pie a la palanca de arranque.

¡BLOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMM!

La explosión hizo retumbar los cristales de las casas, la cabeza del motorista saltó por los aires y la moto salió ardiendo.

¡Inocente, inocente, inocente!, gritábamos nosotros.

La madre del chico se abalanzó sobre nosotros gritando:

   ¡ Asesinos, asesinos, habéis matado a mi hijooooooo!

— Señor, que hoy son los santos inocentes. Si no le gustan las bromas, quédese en su casa. ¡Por favor, cuánto aguafiestas en este pueblo, joer!

Pues eso: que tengáis cuidados con que no os la peguen.  Au revoir, me amís

 

 

martes, diciembre 21, 2021

LOS REYES MAGOS

 


Los Evangelios hay que entenderlos, la gente camina a ciegas desde hace 20 siglos. Yo antes también. Ya no.

Hace más de 65 años que las monjas me regalaron por Reyes el Nuevo Testamento, que por cierto: vaya un regalo para un niño de diez u once años. Pero como no tenía otra cosa, me lo leí cientos de veces para verificar lo que nos decía el cura desde el púlpito:
“Pedid y se os dará”, según el evangelio de Lucas 11: 9, decía elevando los brazos.

Mentira.

La gente no cesa de pedir derechos sociales y laborales desde hace años y no se los dan. Se ven obligados a manifestarse un día sí y el otro también. Incluso con violencia, cortando puentes, vías ferroviarias y carreteras, o destrozando bienes inmobiliarios. La gente no para de pedir que baje la luz y sucede lo contrario. Que cesen los crímenes machistas, y cada día hay más. Que la Justicia es igual para todos, y ocurre que algunos se libran del castigo pronunciando la palabra mágica: “Lo siento, no lo haré más”.

Ese versículo del Evangelio no dice la verdad, hay que olvidarlo, y ha sido ahora, cuando tengo un pié más pa llá que pa cá, que me he dado cuenta.
Hay que fiarse del otro, el que dice “Dad y se os dará”, Evangelio de san Lucas 6; 38. O sea, que de generosidad, nada, es un trueque: tú me das; yo te doy. Es la única forma de que te den lo que pides, y entonces se cumple el versículo anterior, lo de “Pedid y se os dará”. Parece un lío pero es sencillo. Se entiende. Uno está acostumbrado a que el médico te diga:
—Tiene que guardad reposo y hacer mucho ejercicio.
— ¡Pero doctor! Es contradictorio.
—¿Wat ist the problem?

«Dad y se os dará». Este sí que es verdad, una pena no haberme dado cuenta antes.
Le he ingresado un donativo a un señor de la Sierra de Huelva y esta mañana he recibido con sorpresa un paquete de 5 kilos y medio para pasar la Navidad. ¡Qué amable! Así funciona esto : Yo te doy , tú me das. Y quedamos contentos y agradecidos mutuamente.
Eso de pedir y esperar a que te den, requiere más paciencia que la de un rumano a la puerta de Mercadona.

Para que te den, hay que dar antes.

Si los trabajadores de Astilleros dieran algo, recibirían su equivalente en poco tiempo, sin necesidad de bloquear puentes ni carreteras, jodiendo el quehacer de los demás.
Nota: Esta frase solo sirve para cosas materiales, no emocionales, pues le he dado un beso a la esposa de un amigo y me ha dado una guantá que me ha retumbado tó el cerebro. Repito: solo es válido para cosas materiales.

miércoles, diciembre 15, 2021

LAS INUNDACIONES DEL EBRO



¡Buenos dias, amig@s!
Me decía una amiga y compañera de trabajo parisina: “Los días se siguen unos a otros; pero no se parecen: cada uno tiene su propia identidad”. Y es verdad.

Al fin de semana maravilloso que pasé con mis hijos y mi nieta le siguen tres días de resfriado de abundante mucosidad que me mantiene encerrado, bien arropado y sentado ante la tele pero sin ganas de mirarla, teniendo a mi alcance el paracetamol y el jarabe expectorante.


Me río yo de las inundaciones del Ebro: con los pañuelos que llevo yo gastados desde el lunes habrían secado todas las calles inundadas que muestran insistentemente en los telediarios.
Lo mío es estresante, puesto que un resfriado te coge por sorpresa, te mima y te mantiene tres o cuatros días acobardado y sin fuerzas ni ganas de mirarte, hasta que se cansa de ti y te abandona hecho una mierda.


Las inundaciones del Ebro, en cambio, son previsibles y tendrían solución si un Gobierno de Estado acometiera, sí o sí, la construcción de canales para trasvasar el agua hacia las cuencas del Suroeste. Algo que jamás han consentido los agricultores ribereños del Ebro, que se consideran propietarios exclusivos del río. Prefieren ver cada año perdidas sus cosechas y pedir ayudas antes que enviar el agua sobrante a Murcia y Almeria, cuyos productos alimentan España y Europa.
Digo bien, SOBRANTES, pues no se trata de desviar el río sino de construir un canal a un metro de altura sobre el nivel normal del agua de manera que todo el agua que supere ese nivel cuando llueva mucho se dirija por los canales construidos hacia las cuencas sedientas del Suroeste.
Así se hizo hace unos veinte años entre los río Guadiaro y Majaceite, impidiendo que el agua sobrante de los temporales se pierda en el mar tras causar daños en sus riberas, y se dirija al pantano de Guadalcacín, que abastece de agua a media provincia de Cádiz.
Pero el problema está en que los catalanes siempre se han opuesto a los trasvases y los sucesivos gobiernos, atados de manos por el apoyo de aquellos para seguir gobernando, dejan perderse tan preciado líquido en el mar y aceptan pagar los costes de las pérdidas ocasionadas por el temporal.
¿ Y qué pasaría si la gente me votara a mí como Presidente del Gobierno? Yo ofrecería a los ribereños del Ebro elegir entre dos opciones:
1ª Trasvasar el agua sobrante.
2ª Desviar el río desde su nacimiento en Cantabria.
Y que salga el Sol por Antequera.