jueves, marzo 24, 2016

LAS VACACIONES DE SEMANA SANTA

 

Cuadro de  Viktor Vasnetsov ( 1887)

VACACIONES DE SEMANA SANTA
"Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos."

Millones de personas en España y Europa disfrutan en estos momentos de la Semana Santa, otros han tenido que trabajar y solo disponen del puente desde el Jueves Santo hasta el domingo, o hasta el próximo martes en la Comunidad Valenciana. 


Al mismo tiempo, el terror nos araña las tripas sabiendo que en cualquier momento y en cualquier ciudad podemos ser víctimas de una bomba asesina, pues a pesar de las medidas de seguridad, nadie es capaz de detectar a un terrorista a tiempo entre nuestros vecinos o compañeros de universidad para impedir que hagan explotar su cuerpo en un vagón de metro o en la sala concurrida de un aeropuerto o anden de trenes.


Los atentados en Bruselas han colocado en la segunda página de los medios informativos la terrible situación que sufren los refugiados sirios, que son echados de Europa por la puerta de atrás, Turquía, que intentará rentabilizar los 6000 millones de euros que han cobrado por hacer el trabajo sucio de Europa.


La Europa de las libertades y derechos que deslumbró nuestros ojos prometiendo bienestar para sus ciudadanos se ha quitado la máscara y se muestra con la crueldad de la antigua Revolución Industrial: la explotación del hombre por el hombre, eliminando libertades y derechos adquiridos y reforzando los cuerpos de seguridad, promulgando leyes contra las libertades y actualizando los medios de represión para usarlos sin piedad contra quienes disidan o protesten contra ellas.


La nave Europa hace aguas por todos lados: los países del norte, los más ricos, niegan asilo a los que lo necesitan. Los países del sur, en plena crisis económica y de valores, exigen que sean los países ricos quienes acojan a los refugiados.


Unos por otros la casa sin barrer; nadie quiere a los refugiados en sus casas. Al final, la UE ha acordado contratar a otro para que los recoja, sin preguntar en qué condiciones cumplirá su contrato

Es verdad que las redes sociales se han llenado de poemas reivindicando el derecho de las personas a ser recibidos, como lo fueron los españoles en su día. 

Es fácil escribir un poema. Lo difícil es compartir una casa y una nómina.

Es verdad que existe un malestar general por la solución que está dando la UE, pero, insisto: nadie quiere a los refugiados en su casa; los quiere en la del vecino. El día en que un español ceda una casa o una habitación para darle techo a un refugiado saldrá en todos los periódicos. En Grecia son diferentes, al parecer la gente está albergando a los que pueden. Incluso los que están sin empleo, están decididos a compartir el hambre. Pero es que aquí ya hay cientos de miles de familias compartiendo las exiguas pensiones y los hogares con sus hijos y nietos.

¿Que nos depara el futuro?

Tras el paso del caballo rojo por el Medio Oriente, ¿el caballo negro del Apocalipsis inicia su andadura por Europa?

Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: "Ven". Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande.

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: "Ven". Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano.

Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino»





domingo, marzo 20, 2016

LA EDAD DE LA INOCENCIA




foto de internet

Lloraba un niño desconsolado cuando acabaron sus vacaciones. Mas no era porque  regresaba a la escuela, sino porque dejaba a una nueva amiga que había conocido en la playa.
Sus padres le animaban diciendo que la vería al año siguiente cuando alquilaran de nuevo aquella casa, pero él intuía que nunca más volvería a encontrarla.
¿Por qué los padres eran tan crueles?, ¿por qué  de su amiga lo separaban?, se preguntaba.
¡Cuánto la quería! ¡Más que a su propia hermana!
 Le gustaba cogerla de la mano y los dos juntos caminar hacia el agua. Admiraba su larga y sedosa melena enmarcando su bonita cara. Jugaban a enterrarse en la arena, a hacer castillos y a las damas. Y, por la noche, ambos escribían cartas para intercambiárselas a la siguiente mañana.
 Ella decía que  le gustaba el cine, leer cuentos y soñar con hadas: ¡quería ser maestra!
 A él le gustaba el fútbol. De hecho, quería ser futbolista para comprarle a sus padres un barco velero y una bonita casa. También le compraría otra a ella, ¡no faltaría más!, para tenerla cerca y que lo viera cuando entrenaba.
 Un día el chico se aprovechó de que su amiga estaba distraía y le estampó un beso en la mejilla. Ella le miró perpleja, luego sonrió y le devolvió el beso.
Desde entonces él le pasaba el brazo sobre los hombros y ambos caminaban por la playa.
Un amor inocente, como inocentes eran sus palabras. Un amor que nunca se olvida, aunque por sendas distintas sus vidas caminaran.
 Han pasado los años y nunca han vuelto a estar juntos. Se escribían cartas cada día, al principio; luego más espaciadas, hasta que se perdieron las ganas.
 Ella nunca llegó a ser maestra, dejó de estudiar y se convirtió en mamá. Ama a su marido y vive para sus hijos. Él tampoco llegó muy lejos en el fútbol: una torcedura de tobillo mal sanada dio al traste con sus ilusiones, y acabó trabajando en una fábrica.

Pero a veces, en la largas noches de insomnio a causa de los problemas que vivir conlleva, sus pensamientos vuelan, y ambos se encuentran en alguna parte del cosmos. Y se besan. Y en el beso ponen todo el calor y el cariño que en la vida echan en falta.

Juan Pan García - registro: 1603206950057 Safe Creative.

jueves, marzo 10, 2016

MI VIAJE A LORCA

Hacía tiempo que deseaba viajar a Lorca para abrazar y animar a mi amiga Amor Hernández, pero ésta se negaba a recibir visitas mientras estuviera recibiendo los embates de  la terrible enfermedad que ha destrozado su futuro profesional y con ello su vida. Es ahora cuando ella anuncia que ha vencido al enemigo que la mantenía postrada, que  me apresuré a ir a verla.

Sin pensarlo dos veces, mi esposa y yo decidimos tomarnos dos semanas de vacaciones pasando por  Lorca para ver a nuestra querida amiga, y continuar luego el viaje hasta la  Comunidad Valenciana para pasar unos días con la familia.
¡Qué alegría al encontrarnos! ¡Amor estaba guapísima! Igual que antes de que el monstruo la atacara.


Evidentemente, su durísima batalla contra el mal ha dejado secuelas en su cuerpo y alma, que espero con el tiempo se subsanen.
He comprobado que cada vez que programo los viajes con antelación algo sucede que me lo echa a perder. Por eso esta vez fue  pensarlo y hacerlo sin avisar para darle la sorpresa.
Pero ya lo he dicho varias veces: yo voy a la playa y ese día no hay agua.
El trayecto fue desagradable por el temporal de lluvia y nieve que nos cogió  por la provincia de  Granada. Yo no llevaba cadenas y conducía preocupado. Me enteré por la radio de que el Puerto de la Mora lo habían cerrado, era por donde yo pasaba antes de que se construyera la autovía A 92. Pero finalmente no hubo problemas, las máquinas quitanieves estaban prestas para dejar limpia la autovía, y en el tiempo que tardé en la travesía no hizo falta que intervinieran. Siguiendo la marca que dejaban los automóviles y camiones se podía conducir bien.
Cuando llegamos al hotel y llamé a nuestra amiga  surgió otro problema: Amor tenía para ese día otros planes: su hijo mayor  pilotaba un coche en un rally que se realizaba en un pueblo a unos treinta kms de Lorca. La carrera puntuaba para el Premio de España y ella no podía dejar de asistir al evento, por lo que hasta la noche no podríamos verla en su casa. Al final la sorpresa que quería darle me la llevé yo.
El problema lo solucionamos reservando una noche más en el hotel para así poder pasar unas horas más  el día siguiente con ella.

Por la mañana, mientras ella atendía las labores de  su hogar, fuimos a visitar el castillo de Lorca, llamado " La Fortaleza del Sol", y después de comer y echar una siesta fuimos a merendar con ella.


 Amor es una persona admirable, su historia no deja indiferente a nadie, es un modelo a seguir para enfrentarse a la adversidad sin desfallecer.
Entre todos los nombres existentes en la  nomenclatura el de Amor es el más apropiado a su personalidad, pues ella es eso: amor incondicional por los cuatro costados. Es una verdadera amiga, de esas que  "Se quedan a tu lado cuando todos los demás se han ido, de las que conocen cada uno de tus defectos y aún así te quieren, de las que te valoran por lo que eres y no por lo que tienes". Es un tesoro para sus amig@s, que somos much@s. Basta con que  ella escriba en su página un simple ¡Hola! para que se llene con cientos de comentarios y alabanzas.


 Amor está escribiendo su segundo libro. Del primero, donó todos sus beneficios a la Cruz Roja de Lorca. Estoy deseando que lo presente al público.

martes, marzo 08, 2016

LA FORTALEZA DEL SOL

 LA  FORTALEZA DEL SOL



Dejando a un lado la alegría de ver a mi familia y los momentos felices que he vivido con ella, si yo tuviera que hacer una crónica de mi reciente viaje al levante español destacaría mi visita a Lorca, la ciudad del terremoto.
 Es la segunda vez que la visito y  la primera que subo a al monte en que se haya la majestuosa Forlaleza del Sol y me intereso en conocer su historia.
 Es la señal de identidad de la ciudad, el símbolo de la lucha continuada entre el reino nazarí de Granada y el reino cristiano de Castilla. En el castillo se revive la historia a través de actos culturales durante todo el año. Tiene un teatro al aire libre donde se representan historias vividas en ese lugar. El día que fui no había programada  ninguna.
Junto a ella se halla el Parador Nacional de Lorca, donde trabaja un amigo. Este me invitó a disfrutar de una sesión de Spa pero la rechazamos; no es la primera vez que pernocto en hoteles que obsequian con una sesión completa y gratis y no las aprovecho. Vivo en una ciudad con playas y no me he bañado este año.
Soy muy raro.
Apenas desayunamos, mi esposa y yo decidimos visitar el castillo. No pudimos verlo todo y quizás nos dejamos lo mejor: las entradas a la sinagoga y a la torre Alfonsina en visita guiadas. Pero el horario de la visita no cuadraba, pues a la misma hora de la entrada a ambos monumentos habíamos quedado con nuestra amiga Amor Hernández y su marido para tomar el aperitivo.
Nos conformamos pues con visitar el interior de la fortaleza y la torre del Espolón, que duró dos horas.
El castillo tenía en su origen dos partes separadas: una para la población civil, otra para la guarnición militar.
Según íbamos escuchando a través del aparato que nos habían prestado a la entrada, la fortaleza del Sol fue edificada el siglo XI y en ella han habitado diferentes reyes moros y cristianos. También tuvo un gran protagonismo en el siglo XIX en la lucha contra los franceses. En esa ocasión , las autoridades lorquianas negociaron con el invasor ofreciéndoles sus servicios a cambio de que respetaran la ciudad  y a su habitantes y no destruyeran nada. Así fue.
 A pesar de que cientos de edificios sufrieron daños con el terremoto y aún se están reconstruyendo, el castillo, con sus gruesas paredes de piedra y arcilla, apenas lo notó. Solo una piedra descentrada en el arco de una puerta da testimonio de la fuerza del seísmo.
Solo quedan las murallas y en su interior algunas aljibes convertidas en salas de exposiciones, y las caballerizas, actual cafetería y tienda de regalos. El lugar en que habitaba la gente es ahora un gran jardín.

 Me llamó la atención una catapulta, es la primera que veo, y he visitado numerosos castillos. Ignoro su antigüedad, no decían nada sobre ello; pero sé bien que es una reconstrucción ya que la madera no hubiera resistido el paso de los siglos al aire libre sin descomponerse. En cualquier caso, recogía fielmente el modelo y la técnica que usaron los defensores de la fortaleza o sus atacantes.

































































Restos de una vivienda civil