miércoles, julio 12, 2006

VISITA DEL PAPA A VALENCIA




















FOTOS CEDIDAS A LOS LECTORES POR CANARIAS 7 e INFORMACION.ES


El Papa no es papá —le dije ayer a mi hermano el mayor mientras tomábamos unas cervezas en el bar del Paquito, en la esquina de su casa. Había ido yo a visitarlo a Valencia, sin saber que esa semana llegaba el Papa de visita a la ciudad. El pobre tuvo que trabajar desde niño para ayudar en casa y no le dieron la oportunidad de estudiar como a mí, que era el más chico, y todo lo que ha aprendido ha sido a base de mucho esfuerzo y de fijarse en las cosas —, y por tanto no quiere decir que sea el padre de todos esos que van a verle, llamándole Santo Padre. Si lo llaman por ese nombre es porque es el título más alto que se le da al escogido por Dios para que lo represente en la Tierra.

—Po yo creo habé eccuchao que fue elegío en una eleccione zecreta aentro del Vaticano por un montón de cura, zin observaore ni interventore ni ná para controlá la limpieza del voto. Ezo no ectá bien en una democracia.
—Pero es que eso no es una democracia, sino una teocracia: Dios en el Cielo, y en la Tierra el Papa, y ellos tienen sus propias normas.
—Ah, ya… Pue po lo victo él no cree musho en Dió: ha venío eccoltao por un caza de la Fuerza Aérea, como zi Dió no fuera capá de proteger a zu reprecentante en este mundo. Y el Ectao ecpañó ha zacao a mile de policía de otro lugare para protegel-lo durante zu ectancia en Valencia, dejando a lo ciudadano abandonao y en mano de lo quinqui y delincuente.
  — ¡Hombre, eso es normal! Es un jefe de estado el que nos visita. Y como tal, recibe los mismos honores que cualquier jefe de estado.
  — ¿Y dede cuándo un jefe de ectado entra en un paí y monta un tinglao como éce para hacé zu campaña política contra el Gobienno que le recibe? ¿Tú ha victo que Jorge Búh llegue a Ecpaña y en una ciudad de lan má importante monte un ecpectáculo ací y comience a criticá al Zapatero po habé hesho lo contrario de lo que él decía? ¿Va, por cazualiá, nuestro Precidente a un paí árabe a decil-le que ezo de diccriminá a la mujere y la ablación del clítori ectá mal y que deben de cactigar a quien lo hace?
  Hombre, es que en España somos diferentes, ya lo decían antes, cuando mandaba Franco. Aquí somos hospitalarios, acogedores y sabemos convivir con personas de otras culturas. Recuerda que en la Edad Media vivíamos juntos y en paz los cristianos, los árabes y los judíos. Ahora no podíamos hacerle un feo al Papa.
  —Pero ¿No dice la Contitución que Ecpaña é un paí laico? ¿Por qué eza democtración de podé e injerencia en la política que la mayoría ha votao?
  —Mira, no le des más vueltas. España sigue siendo católica, y la prueba es que un millón de personas se ha desplazado para recibir a su Sumo Pontífice.
  —Un millón de cuarenta millone no é la malloría. ¿Por qué no pagan ello lo gacto que han ocazionao? Ahora el Gobierno deccontará de la pencione a lo viejo y lo parao ece montón de millone que ha coctao la fiecta del viejo eze. Porque de algún lao lo tendrá que quitá, ezo no ce debatió en lo prezupuezto del Ectao, digo yo…

  —Hombre, ellos también han sacado dinero vendiendo recuerdos: fotos pañuelos, gorras, agua embotellada, rosarios supuestamente bendecidos, ect. Es como cuando fuimos a la romería del Rocío, ¿te diste cuenta del negocio que tienen montado allí?
  — Zi, pero laz obra que ce han hesho en Valencia para el ecenario, el alumbrao, la zeguridad, la retranmicione en la cadena pública de radio y televición, lo pañale…todo ezo lo pagamo entre tó, aunque yo cea ateo.
  — ¿Qué dices de pañales? Estás desvariando.
  — ¡Cómo! ¿No te dicte cuenta de que el Papa andaba tó encogío y con la pierna abierta? ¡Lo dodoti, hombre! El hombre no puede dejá la miza ni la ceremonia de apertura para irce al cuarto de baño, no; é un viejo de 78 año, y a eza edá ce zufre de incontinencia y ce mean en lo calzone y la pata abajo ci no hay un retrete cerca. Pue, ¡hacta ezo lo pagamo nozotro! Al probe hombre lo han tenío de un lao pa otro, de receción en receción; luego hizo lo diccurso, el teatro, la Caballé… Y durante ece tiempo él zin moverce, con la mano junta zobre zu vientre, aguantando… Y entre tanta mile de enfermera no habían hesho ninguna cura para atendé al Papa.
  —No son enfermeras, son monjas.
 —¿Zí? Po como llevan la toalla eza por la cabeza como la enfermera, po yo creía que eran ezo: enfermera. Y mientra tanto, toa la ciudá pata arriba, zin autobuce y zin metro, la calle cortá al tráfico... Meno mal que ya ce fue el hombre.
  —Bueno, hombre, por unos días que recibimos a las familias más buenas y honestas de España, no te vas a poner a llorar, ¿Verdad?
  —¿La má guena? ¿Por qué?, ¿ porque no joen como la demá? Pregúntale al Beni, que ha pazao to er día barriendo el lugá donde han pazao la noshe. ¡Estaba toíto el zuelo lleno de condone!
  —Muy raro eso que dices; ellos son del OPUS, y practican la castidad hasta el matrimonio.
  —¡Opú, opú, opú!, decían ella cada vé que le empujaban el zipote para entro. Meno mal que ya pazó tó, que el hombre ece ce fue, que zi no, ce queaban toa la jovene de Valencia preñá.
  —Sí, se fue muy rápido, llegó al avión, saludo un instante y enseguida despegó el aparato.
   ¡Claro! Lo que él quería é llegá a zu caza y centarce delante dun televizó grande, con pantalla LCD y vé el partío entre Italia y Francia. El tiempo jucto de llegá, lavarce de lo dó día de traciego, curarce laz hería, comé, una ciectecita que é una coctumbre llevá al Vaticano por loz Obizpo y embajaore , y luego, a la ziete, vé el partío.
   — ¿Estás loco?, ¿de qué heridas me hablas?
  —¡Hombre…! Le dieron una paliza zoberbia, lo he victo en la televición y oío en mi Mp3. Por tóa palte que iba: en el ectrao, en la catedrá, en la ectación del metro… ziempre tuvo zu espalda llena de cardenale…
   — Muy gracioso, hombre. Y ¿qué más has visto en televisión?
  —Que el pobre ce creía que era un montruo del ecpectáculo, como la Madonna o Zekira. ¿Lo victe con lo brazo en alto zaludando al público decde el eccenario, mientra la multitú gritaba “a por ello, oeee. A por ello, oee ”? Apena uno centenare aplaudiendo. No ce le ocurrió hacé lo minmo que Zakira en el ectadio de Berlín: cantá mientra movía el culo contra laz ingle del negro. ¡Ezo zí que hubiera zio un éccito!, ver al Papa bailá y mover el tracero pegaíto al cuerpo de un negro fuerte como el Makelele y contemplá abzorto cómo ce elevaba del zuelo, mirando hacia el cielo y bendiciendo a la multitú. Pero no, no hacía má que elevá lo brazo y zonreí, con la cabeza un poquitín incliná, no zé zi vigilando po zi ce le zalía la orina por bajo la zotana o porque tenía daño en la cervicale.
  —¡Venga, paga ya y vámonos! ¡Qué falta de respeto, por Dios! Hay que respetar las creencias religiosas de los demás, ¿aún no te has enterado?
  —¿Zí? Y la mía qué, ¿Quién la recpeta? ¿Quién ma preguntao a mí zi quiero que venga eze zeñor aquí a molectarme durante má de una zemana zin poé conducí ni í a trabajá por cauza de lo cambio originao por ece viaje y sin podé vé un programa de televición que no zalga él en la noticia?
Están tó el año pidiendo dinero pa laz ONG que trabajan en condicione infrahumana en Hicpanoamérica, India, África, y rezultan que ce gactan má dinero en ecte viaje que el que reciben tóa laz ONG junta, ¿de qué me vale poner una X en la cazilla de “Finez Zociale” en mi declaración de la renta zi luego pagamo tó ezo viaje, aunque zeamo ateo u no creamo en Dio?
  —Eso es lo mismo, ateo es aquél que no cree en Dios.
  —¡Venga lla, hombre! Te juro que lla no iré má a votá por ningún parázito de ezo que no gobiennan zin pedí tu opinión pa ná. ¡Venga lla! Camarero, cobre la cuenta, que paga mi hermano, que para ezo yo ha trabajao musho para que é valla al colegio. Y que le vallan dando pol culo a tó ellos.


FIN

Nota: El narrador no se hace responsable de las opiniones vertidas por esos dos hermanos.

martes, julio 04, 2006

ALGAR de Santa María Guadalupe









ALGAR es un pequeño pueblo situado a horcajadas sobre un monte. Está a 20 kilómetros de Arcos de la Frontera, en el corazón de la provincia de Cádiz. Pertenece al grupo de los llamados "Pueblos Blancos” de la Sierra de Cádiz, y esto es así porque sus casas son blancas, encaladas cada año, y la blancura destaca sobre el paisaje.
Algar es un pueblo relativamente joven, no ha cumplido aún ni tres siglos de historia, y su fundación tiene algo de mágico:
Cuentan que allá por los años 1750, un rico hacendado, don Domingo López de Carvajal, que vivía en su palacio de El Puerto de Santa María, viajaba de regreso de México, donde tenía minas de oro. En mitad del oceano Atlántico sufrieron una tormenta que puso en peligro la vida de todos los pasajeros: los golpes de mar zarandeaban la nave de un lado al otro, tenía sus amarres rotos y la carga suelta por la cubierta… todo presagiaba el hundimiento rápido de la goleta en que viajaban. Fue entonces que don Domingo López de Carvajal se puso de rodillas ante un cuadro de la patrona de México, Nuestra Señora María de Guadalupe,que él había comprado en el país azteca, y que había sido pintada por un artista anónimo. Desesperado y preso del miedo y la ansiedad, don Domingo le hizo esta promesa:
“Virgen santa, María de Guadalupe: si me salvas de morir en estas aguas, te construiré una iglesia en el sitio más seco de la provincia de Cádiz. Y para que vayan a verte compraré todas las tierras alrededor de la iglesia, la tuya, y construiré viviendas y se lo daré todo a los más pobres del lugar”.
Milagrosamente, el mar se calmó y don Domingo se salvó y llevó a su mansión el cuadro de la Virgen. Años más tarde, en los días 15 y 16 de agosto de 1757 el hombre cumplió su promesa: le compró por 155,200 ducados de vellón al Ayuntamiento de Jerez de la frontera la llamada Dehesa de Algar, una finca de 5,220 aranzadas, equivalentes a cuatro mil metros cuadrados cada una, en total 2,080 hectáreas. La dividió en parcelas y las repartió entre las noventa familias más pobres de la Sierra de Cádiz. En el centro de la finca, sobre un monte, edificó el pueblo: una pequeña iglesia del mismo estilo que había visto en México; una posada para albergue de los caminantes; una cárcel para alborotadores y bandidos; la casa del Ayuntamiento y un palacio para él mismo.
Para labrar las tierras le dio a cada colono una yunta de bueyes y los aperos de labranza, y edificó una casa con granero para cada uno. Fue en 1776, tras largos años de pleitos con el Concejo de Jerez, cuando por fin se escribieron los nombres de los 90 colonos que debían recibir las tierras.
Por su gesto bondadoso, don Domingo recibió de Su Majestad Carlos III el título de Marqués de Atalaya Bermeja y Vizconde de Carrión.
Este pueblo, construido en la zona más seca de la provincia en lo alto de un monte, tiene en su límite Sur uno de los mayores embalses de Andalucía: El Guadalcacín.
Este pantano abastece a Jerez y a toda la Bahía de Cádiz, una población de ochocientas mil personas, que aumenta casi a un millón durante el verano, debido al turismo.
En este pueblo nacieron mis abuelos, mis padres, mis hermanos y este que escribe. Aún quedan en el Algar personas que llevan el apellido Pan, y unas ruinas conocidas como “El rancho de los Panes”.
En los años sesenta hubo una gran emigración de familias hacia el norte de España y Europa. Con ellas se fue la mía.
http://www.cadiznet.com/algar/