martes, junio 28, 2016

PAN Y CIRCO





Todo continúa igual, de nada valen las elecciones que hemos realizado desde el inicio de la etapa democrática. Andalucía sufre un mal crónico desde siempre: el desempleo.
Y Cádiz, la ciudad con más alto porcentaje de parados de España (43% en 2014) sólo vive para el fútbol. Como si el deporte solucionase sus más acuciantes problemas.
Estarán todo el mes quejándose en las tiendas y bares de la falta de trabajo y acudiendo a las organizaciones humanitarias para pedir alimentos y ayudas para el pago de la luz, agua y viviendas. Nunca acudirán a una manifestación sea cual sea su lema, incluso se mofarán de los que participan en ella; pero para recibir y apoyar a su equipo serán los primeros, la mejor afición del mundo entero.
Hace dos años mi esposa y yo, que estamos jubilados y no nos afectaba el tema, participamos en sendas manifestaciones contra el paro y los recortes en Cádiz y Jerez, y entre las dos no había dos mil personas, la mayoría jubilados y estudiantes. 
Yo veo bien que la gente que puede disfrute viajando y comiendo bien; que tenga una pasión por el deporte o alguna otra actividad cultural, pero los que no tienen trabajo y dependen del susidio y las ayudas sociales deberían antes que nada luchar por tener sus necesidades cubiertas y poder así crecer y desarrollarse como personas, pues sin trabajo no hay libertad, se es esclavo del estómago y del sistema. 
Ojalá salieran a la calle para pedir trabajo igual que ayer para recibir al Cádiz.

Menos mal que ya está el Cádiz Club de Fútbol en segunda; se acabaron los problemas, todo el mundo tiene trabajo y Cáritas y los bancos de alimentos y comedores sociales podrán destinar sus ayudas a otras ciudades.
¡Gracias, gracias gracias! El Fútbol nos salva y elimina esa mancha de ser los números unos en desempleo de España y Europa
El fútbol nos ciega y nos llena de alegría y orgullo mientras el país lleva seis meses sin Gobierno y con temor a gastar otros 140 millones de euros en unas terceras elecciones.

jueves, junio 16, 2016

LA ENERGÍA DE FEDERICO GARCÍA LORCA


Siempre me han gustado las ciencias paranormales; de hecho hice un curso en París sobre alguna de sus materias, por eso cada vez que leo sobre alguna experiencia  nueva me intereso mucho en ella.

Así fue como mi  amigo Miguel García, casado con mi amiga y compañera de colegio Luisa González, me hizo escuchar en su chalet de Navalagamella (Madrid) las grabaciones que hizo en compañía de un constructor de obras de Morata de Tajuña en una solitaria y oscura sala  del Palacio de Linares, en Madrid. Psicofonías llamaban a eso. La verdad es que se me erizaban los escasos vellos que tengo al oír aquellos sonidos parecidos a lamentos, a alguien pidiendo ayuda.

Han pasado 18 años de aquella experiencia y no he vuelto a saber nada del efecto en mi amigo, sólo sé que no volvieron a entrar en el palacio.

Y ahora, tantos años después, voy a Málaga a presentar mi novela, El amargo sabor de la miel " y  entre los presentes me presentan a Miguel Arance, quien  me ofrece la revista " Al Alba",editada por la asociación poética  "Ana León Ramos", de la que él es Presidente.
En ella Miguel relata una experiencia paranormal que cuando menos es  impactante:
Realizando una vista a la casa de Lorca, cree ver la carabela del poeta en la ventana. Le hace unas fotos y efectivamente se ven unos ojos idénticos a los que presenta Lorca en una fotografía.
 Esa imagen se la entregó a un estudioso de la Universidad, que aún está investigándola. La ha llevado a una universidad americana que dispone de medios más sofisticados y analizando los resultados no afirma ni contradice lo que entiende el autor de la fotografía:  esa imagen significa que Federico García Lorca está enterrado en su misma casa y él quiere que se sepa.
 Miguel está empeñado en descubrir la verdad y ha publicado su descubrimiento en algunas revistas en papel y digitales.
Personalmente yo distingo entre las sombras claramente un ojo, que puesto al lado del de Lorca  tiene un cierto parecido.

Y por supuesto que voy a seguir con mucho interés los trabajos de mi nuevo amigo Miguel Arance. Vean ustedes las fotos y lleguen a sus propias conclusiones.





lunes, junio 13, 2016

LAS RELACIONES SOCIALES.



Como el agua que gotea sobre un mismo lugar constantemente puede modificar la superficie de la roca, así mismo el  comportamiento nuestro hacia las personas puede modificar la relación que nos une a ellas.

 La acción del goteo puede ser constructivo o destructivo según los elementos que aporte a la superficie que lo recibe y soporta:
Un incesante goteo de agua neutra  con un Ph7 sobre una piedra produce un desgaste y llega a horadarla, pero si ese agua es alcalina deposita cal sobre la piedra y se va acumulando llegando a crear con el tiempo figuras tan originales y maravillosas que atraen el interés del turismo.
 Son las estalactitas  y estalagmitas que me han maravillado al visitar cuevas como la de Las Piletas, La gruta de las Maravillas o las cuevas de Nerja.

 Sucede lo mismo con nuestra actitud en las relaciones sociales. Ésta puede hacer mella y destruir a la persona o puede hacerla crecer aportando alegría y conocimientos enriquecedores.

Son  las críticas malintencionadas, los desaires, la intolerancia y el desprecio lo que van minando gota a gota la roca en que se fundamenta la amistad que nos une a  las personas de nuestro  entorno, llegando a destruirla.

  En cambio,  el trato amable y desinteresado, la disposición a colaborar, el aceptar la persona tal cual es, con sus defectos y virtudes, y el respeto a su forma de ser y de pensar sin intentar cambiarla y convertirla en un apéndice nuestro,  hacen que esa amistad crezca y se eleve por encima de todo, sean cuales sean los diferentes niveles económicos o culturales.  

En los dos últimos años he sentido ambas experiencias: la de quienes me han despreciado y apartado de sus círculos por mi humilde nivel económico y cultural, y la de quienes me han  enriquecido y hecho crecer con sus conocimientos, su trato amable y desinteresada amistad aun sabiendo que no poseo títulos nobiliarios ni académicos, y que lo poco que he logrado ha sido con muchísimo esfuerzo, sin herencias, enchufes ni subvenciones.


Es la amistad de estas últimas personas la que cuido y quiero como oro en paño. Las otras, me importan un bledo.

miércoles, junio 08, 2016

VA DE CINE.



El pasado sábado fui a ver dos cortometrajes de cineastas africanos en versión original.

En una hora vi dos películas, y aunque técnicamente no le encontré ningún fallo, no me gustaron porque los temas estaban trillados, "dejá vu".
La primera película  muestra a un matrimonio de ancianos que se odian y se hacen la vida imposible entre ellos, duermen en habitaciones separadas, y entre escena y escena recuerdan tiempos felices.
La segunda, muestra a un joven que se gana la vida en una sala de cine abordando a los hombres.
Nada nuevo: cuando yo estuve trabajando en París, era normal en los cines de sesión continua ver sentarse a tu lado a una mujer o a un hombre y que te ofrecieran sus servicios sexuales en en el mismo asiento o en los WC.

Soy muy observador. En el cine los fallos vienen a buscarme. En las series, también.

 Por ejemplo, anoche en la serie "El Caso" que emitió TV1, vi dos cosas tan increíbles, que me llevé las manos a la cabeza:
En la escena se ve al policía y al periodista de El Caso en el campo mirando al supuesto asesino mientras éste cava en el lugar donde enterró a su víctima, una joven desaparecida a la que la familia y la policía buscaban desde hacía muchos años.
Cuando aparece el ataúd, se ve un hoyo de un metro de profundidad y al lado la verdadera montaña de tierra que había sacado del mismo.
Pues bien, en un momento dado, el asesino coge del suelo una astilla de madera podrida y sucia y se la clava al comisario en el costado. Éste cae al suelo gravemente herido, pero le da tiempo a disparar al asesino.
Primer fallo: el periodista, en vez de llevar al comisario urgentemente al hospital, se entretiene en enterrar al asesino echando a paladas la enorme montaña de tierra extraída del agujero en su sitio, y luego alisa el terreno para que no se note nada.

No es creíble. En tiempos de Franco, cualquier policía estaba protegido y no hacía falta que enterrasen al asesino para ocultar que lo habían matado; la Ley de Fugas estaba en vigor y nada le hubiera pasado al comisario por pegarle un tiro y declarar lo sucedido.

Segundo fallo: el comisario debía casarse al día siguiente, y aún gravemente herido acude a la boda, perdiendo el conocimiento delante de todos en el momento de intentar besar a la novia.
Yo creo que para entonces la herida causada por una madera llena de tierra húmeda y podrida ya le habría producido cangrena. No es creíble que un comisario de policía impelido por el mismo Ministro del Interior a obligar al asesino a señalar el lugar donde había enterrado a su víctima, acuda a la iglesia gravemente herido ocultando su estado incluso a la novia, como si una boda no pudiese aplazarse dado la gravedad del novio.
Lo lógico es que el periodista, tras realizar una llamada a la policía para explicar lo que había pasado y acudan al lugar del suceso, hubiera llevado al comisario urgentemente al hospital. 
¿Qué temían?
¿Quieren decir que un Gobierno capaz de requisar toda una edición del periódico, obligando a toda la Prensa nacional a guardar silencio sobre un caso de malversación de fondos de un familiar de un ministro, no puede cambiar la agenda del cura para que la boda se celebre cuando el comisario se haya curado?
¿Y esta era la mejor serie de TV1?
¡Venga ya!
Reconozco que me gusta la periodista y la serie está muy entretenida la sigo desde que comenzó; pero creo que a veces nos toman por críos.

jueves, junio 02, 2016

VÍBORAS


Cuando la víbora inyecta el veneno y éste se expande sin remedio la víctima sufre las consecuencias.
A menos que alguien la atienda inmediatamente y haga un inciso y succione y escupa la ponzoña.
Lo mismo sucede cuando alguien por causas personales calumnia a una persona en los grupos que ambos frecuentan con el fin de alejar el peligro de que ésta hable sobre su doble vida. El veneno se  expande y daña células de confianza, rompe amistades, impide invitaciones a eventos...
Me preguntaba yo por qué en los tres últimos meses algunas personas que conozco desde hace años se han alejado de mí y me han borrado como amigo, o no me han invitado a  asistir a  Encuentros poéticos, como el de este fin de semana en Úbeda. 
Ha sido gracias a la información de un conocido que he encontrado la respuesta en los comentarios de una entrada publicada en Facebok:
Una señora ¿poeta o predicadora?, con la que mantuve una intensa amistad, a la que invité a su primer recital poético en Málaga hace cuatro años e introduje en los grupos poéticos, llegando a hacerse con la dirección de algunos de ellos, ahora es mi peor enemiga: me ha echado de los dos grupos que dirige.
No contenta con eso, a juzgar por lo que ha recomendado a sus amigas que hagan,  ha enviado mensajes privados o llamado por teléfono a mis contactos y amigos  para contarles una película: 
Les dice que soy un sujeto despreciable, que conoce al menos a cinco mujeres que se han ido de facebok por mi culpa porque han tenido problemas conmigo, y que es hora de avisar a mis compañer@s de grupos para que estén prevenidas. 

¡MENTIRA! 

Me hubiera gustado que diera sus nombres para contrastarlo, calumniar es fácil. Lo malo es que algunos amigos y conocidos míos le han hecho caso y ya no me hablan ni escriben.

Este es su comentario del día 26 de enero en la página de una amiga suya (antes también lo era mía), que fue la primera en abandonarme cuando discutí con la difamadora hace dos años.

"En ese caso igual hay que ir dando toques de atención a las personas de bien. Yo sé de cinco personas que han tenido problemas con el mismo sujeto, dos de ellas se fueron de face, otras tantas se largaron a tiempo."

Por caballerosidad no comento sobre el motivo de nuestra brusca separación y posterior enemistad.
Al leer esos comentario las he bloqueado a las dos para siempre, he borrado sus direcciones y números de teléfono. Para mí ya no existen.
El tiempo  pondrá a cada cual en su lugar.