miércoles, febrero 23, 2022

RECUERDOS DEL DÍA EN QUE PELIGRÓ LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

 ¡Buenos días, amig@s!

Mientras me desayuno una tostada de aceite puro de oliva de la cooperativa Virgen de los Remedios sita en Olvera (Cádiz), acompañada de jamón ibérico de Los Pedroches ( Córdoba), me viene a la memoria aquel nefasto día del 23 F.
Si en España fueron momentos de terror e impotencia, imaginaos lo que sentíamos quienes estábamos a miles de kilómetros de distancia.
En mis Memorias lo cuento tal como lo sentimos un grupo de trabajadores españoles en Sudáfrica:

"El día 23 de febrero de 1981 fue un día como los precedentes: muy caluroso, con algún repentino aguacero y trabajo muy duro.
Ese día, después de cenar, estábamos tomando unos güisquis en el salón cuando un soldador de Algeciras, que se comunicaba a diario con su familia a través de una emisora de onda corta, nos dijo que se había producido un golpe de estado en España. Y todos dejamos de hablar y de tirar dardos contra la diana para acercarnos al él y tratar de entender lo que sucedía. Fuimos a la sala de televisión y vimos en directo a Tejero irrumpiendo en el Parlamento.
Y la noticia corrió como la pólvora en el campamento. Los trescientos españoles que trabajábamos en la refinería nos apelotonamos delante de las oficinas, exigiendo nuestros pasaportes y que nos llevasen al aeropuerto.
El jefe nos dijo que no sabía nada, que las noticias eran confusas y que, de todas formas, el avión de Iberia había salido a las seis de la tarde y no había vuelos para España hasta el día siguiente a la misma hora. Todos queríamos hablar por teléfono con la familia y se formó una cola. Yo me fui con un amigo en un taxi a Secunda, el pueblo más cercano, para hacer la llamada desde un restaurante que solíamos visitar los fines de semana. Y en poco más de media hora pude hablar con mi esposa.
Ella estaba asustada.
—Juani, han pasado tanques por la avenida hacia el centro de Valencia. Al ver a los guardias pegando tiros, yo he apagado el televisor, he acostado a los niños enseguida y he cerrado puertas y ventanas. ¿Tú vas a venir?
—Es que no hay avión hasta mañana por la tarde.
—Estoy asustada, Juani. He llamado por teléfono a tus padres y les he dicho que no salgan de su casa.
—Cariño, estamos todos en la oficina exigiendo nos lleven de vuelta a España, veremos qué hace la empresa. Cuídate, mañana te llamo con lo que haya.
Cuando regresamos al campamento, pasada la media noche, vimos que repetían la noticia en la televisión, y algunos guardias civiles saltaban a la calle por las ventanas del Parlamento, y más tarde aparecía el Rey en la pantalla. Todo había terminado.
Al día siguiente fuimos a trabajar muy alterados y cansados. Pero no podíamos quedarnos en la cama, pues si no fichas la entrada al trabajo no cobras el día. Y pasamos las diez horas de jornada como pudimos, contentos después de todo, al saber que todo se había solucionado."
CARRETERA Y MANTA. MEMORIAS DE UN EMIGRANTE ESPAÑOL RETORNADO.
Puede ser una imagen de alimentos, interior y texto que dice "REDMI NOTE7 JUÀN PAN GARCÍA"


1 comentario:

  1. Horrible vivir esa experiencia estando lejos de la familia Pan, somos sobrevivientes hace tantos años de estos políticos locos...Un abrazo como siempre.

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