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domingo, julio 28, 2024

LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS.

 Imagen de la red, ignoro su autor




Ayer, sobre las 8 de la tarde, irrumpió espectacularmente en la orilla del Sena un corredor de la prueba del maratón. Un enjambre de reporteros se abalanzó sobre el deportista, un abuelo centenario, para interrogarle.

—Oiga señor, ¿Qué hace usted corriendo si aún no han comenzado las pruebas? Hoy toca la presentación de los Juegos...

—Acabo de llegar, Supongo que los demás participantes han llegado antes.

—¿Pero de qué participantes habla, señor?

— De los que salimos en el maratón de los Juegos Olímpicos de París en 1924

Última hora: varios periodistas , empujándose unos a otros por sacar la mejor foto, se cayeron ayer al río Sena. Solo cinco han sido rescatados

miércoles, julio 17, 2024

A MITAD DE JULIO

 



¡Buenos días, amig@s! Estamos a mitad de semana, y lo siento por quienes han venido a disfrutar de ella por vacaciones. Tranquilos, no es nada personal, es el sistema. Todo se acaba, lo bueno y lo malo, y a ustedes les ha tocado ir pensando en el regreso a casa recordando el privilegiado clima de este lugar y dejando para los empleados públicos, que pagamos los ciudadanos locales,  el recoger las toneladas de basura que cada amanecer aparecen en nuestras playas. ¡Y éstas  no son excrementos  de perros!

En fin, la vida sigue independientemente de la educación urbana y respeto que cada cual tenga por los demás, y la Naturales y el Medio Ambiente.

Ayer, la Bahía de Cádiz fue la protagonista: en cada una de sus ciudades costeras pasearon en barco a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, lo cual produjo el lleno de bares y restaurantes del entorno y no se podía ni reservar  mesa.

En otro orden de cosas, mi pequeño pichón sigue creciendo entre mis macetas.  La madre ya no se queda quieta las 24 horas sobre el huevo y el polluelo. Ahora pasa más tiempo buscando comida en el campo para traérsela a su hijito, que en el nido.

 En solo una semana, mi pequeño okupa ha duplicado su tamaño, y pienso que en dos semanas  más ya se habrá ido con la madre a conocer mundo, si antes no se cae a la calle y la «generosidad» de la gente y sus mascotas no acaban con su vida. Yo le he puesto una pequeña red enfrente  para que lo retenga en caso de que se resbale por la pendiente del alféizar; pero no confío mucho en ella porque la madre, al entrar y salir, la pisa y baja la altura de protección.

En fin, tampoco puedo hacer mucho más porque si la paloma nota que estoy manipulando su espacio es capaz de irse y abandonar al polluelo.

Confío en las palabras del Maestro Jesús: «Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.» Mateo 6:26