“Éramos pocos y parió la abuela”
Siempre hemos tenido problemas de paro en Andalucía, pero cuando uno trabajaba disfrutaba cogiendo el co che un domingo frío y llevando a su familia a desayunar o comer a una venta. Hacerlo en la del Pollo era una pasada: ponían los vasos de café en tubos más grandes que los de la cerveza, y unas rebanadas de pan de pueblo de dos o tres centímetros de espesor. Y para untar el pan lo que quisieras: aceite del bueno, manteca o pringá.Las mesas estaban siempre llenas, había gente esperando o comprando teleras de pan. Así ha funcionado durante décadas.
Pero hete aquí que llegaron los listos del Gobierno y que comenzaron a poner obstáculos y a prohibir cosas, como servir la manteca y la pringá en un plato y el aceite en jarritas. Hay que ponerlas en cápsula pequeñas, plastificadas (más plástico para contaminar) debidamente documentadas con fechas de caducidad, lugar de procedencia, marca etc.
Pues se han cargado el negocio. Ya no resulta interesante ir hasta la venta para tornar café igual que el del bar de mi barrio.
Pasará lo mismo con el turismo y las reservas de hoteles y agencias de viaje: antes dabas el DNI y era suficiente; ahora debes indicar hasta la fecha del bautismo. Y lo peor: el numero de cuenta y de tarjeta, la caducidad y el DNI. Y eso es lo malo, que tus datos bancarios se guardan durante tres años en el establecimiento y en la policía, y cualquier empleado o funcionario la puede usar y vaciarte la cuenta. No me fío de nadie. Porque, quién vigila al guarda? Ya hemos visto como al Jefe de la Policía le han encontrado decenas de millones en billetes emparedados, más lo que tendrá en el extranjero.
https://www.elmundo.es/madrid/2024/11/12/673270bbe4d4d882078b4599.html
¡Qué contradicción más grande, por Dios! Por un lado te envían mensaje de la policía "No deis el numero de cuentas y los datos personales a quienes te lo pidan por internet, Tu banco nunca te pedirá datos por internet".
Y ahora te obliga a dárselos a desconocidos para poder reservar un billete o habitación.
El Gran Hermano anunciado por Orwell está aquí. ¡Tened cuidado! Veremos cuántos turistas aceptan esas condiciones para venir a España