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lunes, julio 28, 2025

LA FINAL DE LA COPA DE EUROPA FEMENINA



 

Desde hace unos tres años, no veo nunca el fútbol, solo lo veo en diferido cuando juega una final la Selección Española. Entiendo que el fútbol es un deporte de riesgo que un jugador puede realizar durante diez o doce años si antes no se queda incapacitado por lesión para realizar este o cualquier otro deporte.

Entiendo que el futbol mueve mucho dinero y es lógico que los jugadores estén bien pagados; pero que a un chaval se le pague su peso en millones de euros, tal como en Mali pagaban anualmente al heredero del trono su peso en oro, me parece escandaloso, También los trabajadores que construyen una central eléctrica mueven mucho dinero luego para las empresas eléctricas y, sin embargo, solo cobran el salario de convenio.

 Ya vemos las estupideces que hace un joven delantero con el dinero que está recibiendo comprando cosas innecesarias, habiendo miles de personas que pasan hambre o trabajan pero viven en los aeropuertos porque no pueden pagar el alquiler. Que un jugador al levantarse cada día gane dos o tres millones de euros por jugar un par de horas de entrenamiento o partido no entra en mi mente. Con mi dinero no lo harán, no veo ni los partidos gratis por televisión, ni mucho menos entro en un estadio. Hubo un tiempo en que también estaba tan drogado con el fútbol que fui a Paris a ver el Real Madrid contra Saint Étienne en copa de Europa; pero ya no.

Pero anoche hice una excepción y puse la 1ª para ver a la Selección Femenina. Hoy, leyendo los titulares de la prensa y escuchando las crónica de radio y televisión, creo que yo no vi el mismo partido, tal vez me equivoqué de estadio.

El equipo me recordó al Atlético de Madrid, que se harta de correr en el campo y domina el partido, pero es incapaz de meter goles. Kiko, mi paisano, ya dijo una vez siendo jugador y líder del equipo: “No le metemos un gol ni al arco iris”.

Ayer, en el partido que yo vi, que no es el mismo que analizan hoy los periodistas, pasó lo mismo: Salma Paralluelo, una delantera que lucía larga cabellera, recibió tres veces un pase excelente de otra compañera estando ella frente a la portería y fallaba el tiro o ni siquiera le daba al balón. ¿Por qué seguía jugando? ¿No había suplentes? Luego falló el penalti. Vi mucho ego en las jugadoras, todas querían marcar y llevarse la medalla, en vez de pasar el balón a otras mejor situadas. Yo vi un partido nivelado, con ocasiones para ambos equipos. El título lo merecían por igual y solo uno debía llevarse la copa; pero que de cinco penaltis las españolas solo marquen uno, no es tener mala suerte, es no estar preparadas para eso. Lo siento, es lo que pienso.
Es mi opinión personal, que no tiene que ser necesariamente compartida.

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