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viernes, noviembre 25, 2005

RELIGIÓN EN LA ESCUELA








Hace una semana, las calles de Madrid se vieron colapsadas por una masiva manifestación de personas que reclamaba libertad de enseñanza, y para decir NO a la reforma del Gobierno en materia de Educación. Los informativos de las televisiones privadas españolas, y las páginas de la prensa escrita publican notas a favor de la inclusión de la Religión al mismo nivel que las otras asignaturas en todos los centros docentes del territorio español. Apelan para ello al "derecho constitucional de los padres a proporcionarles a sus hijos una educación religiosa acorde con sus creencias y a elegir libremente el centro educativo" para recibir la enseñanza elegida. Por ello acusan al Gobierno de todos los españoles de actuar de forma anticonstitucional porque ha decidido que la educación religiosa es una cosa personal y no colectiva, y que por ello el que la quiera tener que se la pague de su bolsillo, además de declarar la asignatura como opcional y sin relevancia en cuanto a la nota final del curso escolar. Hoy, viernes 25 de noviembre, los representantes de la Iglesia, de los padres, y de los partidos políticos que convocaron la manifestación –una cita a la que acudieron cientos de miles de personas–, han roto las negociaciones.
Viendo el panorama, no dejo de preguntarme cómo puede haber tanta caradura y tanta desfachatez para exigirle esas cosas a este Gobierno. Intento comprender el por qué de las cosas que están sucediendo y llego a las siguientes conclusiones:

1º Hay que remontarse a los hechos ocurridos en España en la mitad del pasado siglo para entender mejor lo que está sucediendo en nuestros días en relación a este tema.
Hay que decir por qué la asignatura de Religión estaba evaluada anteriormente con la misma potencia, con las mismas consecuencias para el alumno, que las Matemáticas, la Física o cualquier otra asignatura.

2º Hay que decir también el porqué de que el Estado financie a los profesores de Religión, aunque éstos no tengan el título oficial universitario para poder impartir esas clases en los centros escolares (son sacerdotes o miembros de la Iglesia los que imparten la asignatura).

3º También hay que conocer lo que dicen las leyes y acuerdos salidos del Parlamento para saber si se están cumpliendo en relación con esta materia.

Retomando los puntos anteriores uno a uno, encuentro que:
1º En los años inmediatamente posteriores a la segunda Guerra Mundial, los países aliados vetaron la entrada de España en la ONU y la dejaron en estado de aislamiento cultural, político y comercial por haber ayudado y pactado con los representantes máximos del fascismo, Hitler y Mussolini, enviándo tropas para luchar junto a los alemanes contra todos los ejércitos aliados: La División Azul.
Anteriormente, en nuestra horrible Guerra Civil, la Iglesia se puso a lado del Dictador, que aprovechó esa ayuda para presentarse ante los españoles como el salvador del país en una Cruzada contra los infieles ateos y comunistas. En muchos centros escolares religiosos se colgaban cuadros en los que se ve a Franco vestido con el uniforme de los cruzados y con la espada, rodeado de símbolos celestiales y religiosos tales como el caballo del Apocalipsis, que el cielo le envía para acometer su lucha exterminadora.
En los colegios religiosos, al menos en el que yo estuve durante siete años, se hacían oraciones y peticiones a Dios a favor de “Nuestro glorioso Caudillo”.
No se aceptaba el culto de otras religiones. A los testigos de Jehová, principalmente, por su eficaz labor de proselitismo, se les metía en la cárcel y se arengaba desde los púlpitos a los creyentes para que los expulsaran de sus casa y los denunciasen a la policía cuando les viesen llegar. Incluso los tildaban de traidores, porque estaban en contra de las guerras y se negaban a hacer el servicio militar. Fueron los primeros objetores de conciencia que fueron a la cárcel por ese motivo. Luego la objeción se extendió a otras organizaciones.
No se aceptaba la celebración de bodas de otras confesiones religiosas hasta la llegada de la Ley de Libertad Religiosa, en octubre de 1967. Hasta esa fecha, a esos contrayentes no se les consideraba casados legalmente, sino "arrejuntados". No se reconocían tampoco ni los derechos ni la validez de los matrimonios que no fuesen celebrados por la Iglesia Católica. Un matrimonio civil no tenía derecho a cobrar los puntos por matrimonio ni por los hijos nacidos en ese matrimonio (Como si el dinero de esas ayudas sociales fuese de la Iglesia en lugar de las cotizaciones de los trabajadores a las arcas del Estado). No tenían derecho a solicitar viviendas protegidas, ni a ser enterrados en el cementerio común (Como si el campo santo le perteneciera a la Iglesia en lugar de al Ayuntamiento), y eran enterrados en un lugar aparte, junto a los ajusticiados, suicidas y protestantes.

2º Fue en 1955 cuando Franco firma un acuerdo con el Vaticano (El Concordato) por el cuál la Iglesia se compromete a publicar oficialmente su reconocimiento y la legitimación del Régimen, a cambio de que el Estado le concediese un lugar preponderante en los Consejos del Estado, financiase todos los gastos de personal y del mantenimiento de los edificios religiosos, y la actualización de los privilegios que siempre había gozado la Iglesia Católica en España: excepción de impuestos, impartir estudios en centros propios a todos los niveles de enseñanza, otorgando títulos universitarios reconocidos con el mismo valor que los estatales (Universidades del Opus Dei).
3º En los acuerdos firmados durante el consenso constitucional se dejó claro  que el Estado financiaría durante tres años a la Iglesia Católica y que a partir de ahí serían los propios creyentes los que, asignando una cruz en una casilla determinada de su declaración de la renta, financiarían a la Iglesia, aceptando ésta la obligación de autofinanciarse.
Este acuerdo no se ha cumplido al día de hoy, treinta años después de la firma: la iglesia continúa recibiendo sus tres mil millones de euros anuales del erario público, motivo éste de quejas de los ciudadanos y partidos políticos no creyentes, que exigen que se les retire la subvención y que ésta se destine a otros fines sociales: “El que quiera religión que se la pague”, es el lema común.
Además, ¿no tienen el mismo derecho las otras religiones de recibir el mismo trato que los católicos?, ¿no son sus fieles creyentes ciudadanos que pagan sus impuestos al igual que los católicos?, ¿por qué el dinero se le concede solamente a la Iglesia Católica?
Resumiendo: ¿Qué derechos reclaman éstos cuando ellos jamás han reconocido el derecho de los demás? ¿Qué trato de favor esperaban de un Gobierno cuyos miembros vienen de un partido político a cuyos militantes persiguieron hasta la muerte durante los años felices que la Iglesia vivió junto al Dictador?

No hay nada más que ver las fotos de la época para comprender que, como dice la Biblia: “Cada uno cargará con su propia responsabilidad”. La Iglesia sufre desde el advenimiento de la Democracia, las consecuencias de sus actos en contra de las libertades de los españoles.

Para más informacion, ver http://www.fuenterrebollo.com/Gobiernos/iglesia-franco.htmldonde están publicadas los originales de las fotos de este artículo.

4 comentarios:

  1. Anónimo1:14 p. m.

    Hola, Juanpan, he venido buscándote (a ti y a tus relatos)porque hace tiempo que no te veía por el foro y te echaba de menos. No sé qué demonios pasó, porque ésta mañana me topé con un comentario tuyo a André y sales como usuario nuevo.
    Bueno, el caso es que siempre me doy una vuelta por tu blog y luego te hago los comentarios en el foro, pero he decidido que mejor te los dejo aquí que seguro los lees.
    Este tema de Franco y la religión es un poco delicado. Como yo no viví esa época, me es difícil poder dar una opinión. Por mucho que nos enseñasen los libros sobre Franco, nunca tendremos una idea siquiera aproximada de lo que vivisteis. Lo que creo es que esa asignatura debería ser libre y optativa. Por cierto, veía discutir al gobierno con los padres de alumnos y me preguntaba si alguno ha pedido la opinión de los alumnos. Al fin y al cabo, si de libertades se trata, deberían ser ellos los que escogiesen dar o no esa asignatura.
    Besos:
    Patri- Torre25

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  2. Hola, Patricia: me alegro muchísimo de que hayas venido hasta este rincón a expresar tu opinión. Yo pienso lo mismo que tú: la asignatura ésa debería de ser optativa, lo mismo que ocurre con la práctica diaria de sus rituales: el que quiere va a misa y el que no no va. Y no pasa nada.De ahí a exigir que se les imponga a todo el mundo esa enseñanza, va un enorme trecho.Los alumnos, los pobres, siempre han sido manipulados: piensan por ellos, deciden por ellos,y les enseñan lo que a ellos les interesa que aprendan, no lo que realmente necesitan. ¿Has visto la cantidad de estudiantes que no encuentran trabajo después de sus estudios porque, según dicen los empresarios, no están preparados lo suficiente?
    En cuanto a lo del foro, me hubiese gustado saber tu email verdadero (ese de esclavasflorecientes me devuelve el correo cada vez que he intentado enviarte algún mensaje),para explicarte lo sucedido. De momento he decidido comentar solamente y no colgar nada más.Un beso y gracias por tu visita.

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  3. Anónimo8:58 p. m.

    ¡Hola Juan! soy Miguel de Jaén y me gustaría comentar tu artículo. Haces un análisis acertado, desde mi punto de vista. La iglesia católica no tiene motivos de queja en lo que respecta a este tema pues la Religión es una asignatura que se imparte en la escuela para todos los padres que así lo deseen.
    Y puestos a comparar, pues todas las demás religiones deberían tener el mismo trato. Pero yo creo, que el ámbito de la religión católica, como el de las demás confesiones debería ser el familiar y el eclesiástico ya que estamos en un estado aconfesional.
    Lo que ocurre, es que como muy bien dices, la iglesia católica lo tiene todo " bien atado" con sus acuerdos Santa Sede- Estado y hasta ahora ningún gobierno se ha atrevido a denunciarlos.

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  4. Hola, Miguel: Me ha sorprendido gratamente tu visita a mi blog. Me alegro de que coincidamos en tantas cosas. Tienes razón, todo está muy bien atado. Ya sabes donde encontrarme. Saludos a tu esposa e hijos míos y de Carmen. Un abrazo para ti de Juan Pan.

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