Para l@s amig@s que me preguntan cómo siendo autodidacta me atrevo a pintar retratos, con lo difícil y arriesgado que es eso, pues, si no le gusta al modelo, este puede perseguirme por el parque con el lienzo en alto para clavármelo en la cabeza y ponérmelo de sombrero.
La realidad es que no creo nada, sino que copio. Hace falta una foto adecuada para fijarme en ella y poder pintarla. Lo ideal sería que la modelo posara para mí, como en las academias de Arte y como posaban antiguamte para los buenos pintores, como el de la novela “El pintor de almas”, pero actualmente, y según me dijo un pintor famoso, con varios premios internacionales a su espalda, no hace falta tener a una persona durante horas y días manteniendo una postura fija. El profesional hace una foto a su gusto, imaginado el resultado que desea. Y punto. Luego basta con trasladar la imagen de la cámara al lienzo.
En este trabajo he cogido la foto de perfil que publicó recientemente mi amiga Amaya, la he ampliado, he sacado una copia tamaño A3, la he cuadriculado y la he pasado al lienzo. Como la foto era en color blanco y negro, he ido dándole sucesivas veladuras hasta obtener el color de piel clara de Amaya.
Creo que el resultado es muy bueno, por lo menos a mí, que la conozco en persona, me encanta.
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