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domingo, enero 16, 2022

EL CASO DJOKOVIC


 Foto de la Wikipedia

Siente pavor ante el lobo la indefensa manada

pero este no siente dolor ni remordimientos en el alma.

Ambos juegan un papel en el guión de la vida,

mamotreto cruel en que unos pierden y otros ganan



Nada puede hacer el cordero ante su verdugo

Y se deja arrebatar mansamente de la manada

Sabe que por defenderle nadie moverá un dedo

Egoístas, se alegrarán de haber salvado el alma



A ti te ha tocado estar sentado en la silla del hotel

esperando el veredicto, sin ánimo para nada

viendo las horas pasar de largo sin ánimo para nada

reflexionando sobre la vanidad que a todos nos llena

creyéndonos dioses cuando en realidad somos escarcha



Amanece un día más sobre la ciudad dormida:

el sol amarillento ilumina tejados y ventanas

renacen tras los visillos los amoríos y la vida,

proyectos inconclusos, sueños de esperanza

que finalmente, lo sé, se quedarán en nada



Una breve estancia, un solo desencuentro...

bastará para echar por tierra tus proyectos

Y te darás cuenta de que, sintiéndote grande,

destacando sobre el común de los mortales,

no eres sino molécula de polvo insignificante

arrastrada sin remedio por el viento de los mares.



Toca joderse, amigo, no esperes más: la Ley es igual para todos y si no quieres vacunarte, te pincharán… por detrás.










3 comentarios:

  1. Anónimo8:05 p. m.

    La fuerza de las convicciones... eso lo respeto. Tiene estilo el Djokovic.

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  2. La verdad Juan, es que deseo que se siga negando. Necesitamos gente que se rebele ante esta mentira organizada. Y que sean conocidos, referentes para que los corderos levanten la cabeza y pongan a funcionar el cerebro. Hiciste un poema precioso al desencanto amigo. Un abrazo.

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  3. Respeto tu opinión, pero no la comparto, Lylian. El coronavirus es una realidad, cada día más gente se contagia y muchos mueren. Hoy mismo en España son 247 fallecidos por coronavirus.
    Para ser consecuente con las ideas, los que no quieren vacunarse deberían, en caso de contagiarse, no confiar en la Sanidad pública y pagarse ellos los gastos de hospitalización. No basta con decir "Lo siento, estaba equivocado", como dicen algunos negacionistas hospitalizados.
    El caso de Djokovik, tiene además un delito: falsificar la declaración que todo viajero debe hacer a la entrada a Australia. Por sí mismo, eso está castigado con la expulsión. Un abrazo.

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