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viernes, marzo 09, 2007

EL RELEVO

EL RELEVO
En un apartamento de El Puerto de Santa María, María realiza sus labores en el salón de la casa. Ella es una joven de 25 años, de buena figura, morena y alta. Tiene unos ojos grandes, color del mar. Hace dos años que se casó y es feliz. Su marido sale a diario a  pescar en su propia barca y lo gana bien; ella se ocupa de las labores del hogar y de cuidar a la abuela y a su hijita, Carolina, de un añito de edad.
 Sobre un largo sofá de color miel hay un montón de ropa limpia y cuidadosamente doblada.  Un cuadro de girasoles, colgado en la pared, preside el sofá. Delante de él, en una mesita baja y rectangular, se ven unas revistas y juguetes de goma abandonados. En la pared de enfrente,  en medio de dos vitrinas de caoba llenas de libros y figuras de cerámica, hay un aparato de televisión encendido.
Inclinada sobre la mesa, planchando una camisa a cuadros usada, María observa a su hijita. Un poco a la derecha, en la puerta de la terraza, limitada por unos cortinajes de color a juego con el sofá, su abuela toma el sol sentada en una butaca. La anciana muestra unas manos temblorosas, de piel flácida y arrugada como una pasa, igual que su cara. Su mandíbula, inquieta, mantiene abierta y con una permanente mueca de sufrimiento su boca desdentada. Con sus ojos llorones y vidriosos mira al frente, al horizonte verde del bosque de pinos cercano, que sobrevuelan unas blancas gaviotas que proceden de la cercana playa.
La niña se acerca a ella con sus pasitos torpes, se agarra a su falda con una mano y, con la otra, le muestra una muñeca de goma.
–Abbba guuuu mnnnam –dice la niña, mirando a la anciana con sus grandes ojos azules.
– ¡Nena, deja en paz a la bisabuelita! –dice María.
La niña permanece mirando a la anciana y mostrando su juguete. Insiste:
–¡Amamamamnnnguuu!
La bisabuela baja su mirada y observa al bebé. Admira su mirada limpia, inocente; su carita redonda, tersa y suave; sus cabellos ensortijados y sus labios húmedecidos por las babas.
Su mano temblorosa se alza, muy despacio, e intenta acariciar la cara de su bisnieta; de sus ojos rueda una lágrima por su mejilla flácida y cuarteada. Acaricia torpemente el pómulo de la niña y pronuncia unas torpes palabras:
–Minh ña… onita…
–¡Abba mmauan! –responde el bebé
Un diálogo que quizás sólo ellas entienden. La nonagenaria mira con ternura a la chiquilla. Se ve reflejada en sus ojos grandes y recuerda tiempos lejanos. En ese instante pierde el miedo al futuro. Sabe que ha llegado el relevo y lo asume. Su temblorosa mano se posa sobre la cabecita de pelo negro azabache, ensortijado, y su boca se estira en una sonrisa.
María levanta la mirada de la tabla de planchar y se inquieta al ver la escena:
– ¡Carolina, deja en paz a la abuela!
Y la nena mira a su madre y luego a la anciana, retrocede unos pasos, se sienta en el suelo y juega con los ojos de la muñeca.
La bisabuela se echa hacia atrás en su asiento, cierra los ojos y se sumerge en ella.
María continúa su planchado. Afuera, las gaviotas sobrevuelan el bosque de pinos; se oyen los gritos de los niños que salen al recreo en el colegio; Carolina gatea por el suelo…
La mano de la anciana ha dejado de temblar.

10 comentarios:

  1. Hola Juan:
    me gusto tu historia, la parte del dialogo entre visabuela y bisnieta
    me gusto mucho, felicidades creo es magnifica.


    un abrazo mario

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  2. Saludos, Juan; ¡qué buen nombre!, casi tanto como tu cuento. Yo publico en Bibliotecas Virtuales bajo el nombre de Juan Rivas y de ahí vine a dar por el link en tus comentarios a este blog. Ese final tan directo, que expresa el final de una vida, (y con esta vida viene ligado el principio de otra) es excelente; vaya que tal creatividad me hubiera sentado como anillo al dedo para uno de mis cuentos que, seguro por torpeza mía, terminó sin la muerte del protagonista.

    En mi blog publico bajo el seudónimo de Dante, ¿o es Juan el seudónimo?, ya no lo recuerdo.

    Te invito a mi blog, y te propongo poner links del tuyo al mío y viceversa, para atraer más público, ¿te parece?

    Te felicito por tu narración y espero pronto poder leer más de ti.

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  3. Anónimo1:45 a. m.

    Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  4. Anónimo1:45 a. m.

    Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  5. que bien asi:
    solo suprime comentarios y listo
    me gusta la idea cuando son entes que pretenden ofenderte.

    hasta pronto mario

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  6. Anónimo1:12 a. m.

    Muy buena la historia.

    Aunque saco mis deducciones con respecto a lo que la bisabuela hizo sobre su bisnieta al poner su mano encima de ella. Ese fue el relevo, pero en otras cirscunstancias, hubiera pensado que fue un relevo de autoridad y poder, impartición de habilidades, tal y cual se hace en la hechicería. (Creo que me fui en la profunda) jajaja

    Bueno. Un gusto conocerte. Yo también participo en el foro de Bibliotecas virtuales, de hecho, a través de uno de tus links, llegué al blog.

    Supe que escribiste un libro. "La pista del lobo". Se nota interesante, me gustaría leerlo algún día.

    Ups, partí por las patas. Me llamo Oscar San Martín. En el foro soy Skrito. Tengo 16 años y ya escribí mi primera novela. Soy Cristiano y de los fieles, con gran pasión por la literatura.

    Estoy trabajando en mi segunda novela, como notarás si vas a mi blog. Ahí se escuentra el primer capítulo, espero que lo leas y me puedas dar tu comentario.

    Bueno, con eso me despido.

    ***God bless to you***

    Oscar.

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  7. Anónimo5:41 a. m.

    Hola Juan..Tengo un poco de tiempo y vengo a visitarte en tu blog...Que gusto leerte, he pasado un rato agradable..Te felicito y te dejo mi recuerdo y mi beso cariñoso..
    May

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  8. Anónimo1:18 p. m.

    Apenas me gusta nada de lo que escribes, pero este cuento me pareció bastante bueno, sí, me sorprendiste. No narras mal, si le pusieras a otros el mism sentimiento a la hora de escribir... sabrá dios, pero igual mejorarías.
    Esta vez no fue una perdida de tiempo leer lo que escribiste. Aunque, supongo que podría mejorarse, haya quizá fallos imperdonables. ¿Azul como el mar?, !por favor!...

    Saludos cordiales

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  9. Anónimo12:49 p. m.

    Este si que es profundo, me ha encantado, como describes el cambio generacional,seguro que ella se fue en paz. Un beso....MERCEDES

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  10. Un cuento precioso, Juan. Cuánta ternura... Y cuánta sabiduría en él.

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