Una sola frase:¡ es buenísima, genial!
Nada más comenzar me di cuenta de que el estilo del autor es diferente a todo lo que he leído. Me costó un poco acostumbrarme a ello al principio pero una vez que entendí la idea comencé a devorar las páginas.
Es parte de nuestra historia reciente. Narra el enfrentamiento de todo un pueblo contra una familia vasca que se niega a pagar el impuesto revolucionario en los años de mayor dureza y crueldad de ETA.
Creo que esta novela debería ser de lectura obligatoria en los centros de enseñanza, y que debería haber un ejemplar en todos los hogares. Con ello se evitaría que adultos iluminados y sin escrúpulos convencieran a los jóvenes de la necesidad de realizar la parte más difícil de sus postulados independentistas: los atentados y tiros en la nuca a los disidentes en nombre de "su Patria"
RESUMEN:
El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.
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