Una de las ventajas de publicar como editor independiente en Amazon es la posibilidad de corregir el texto una vez publicada la obra.
En efecto: en las editoriales clásicas, imprimen una tirada de X ejemplares que una vez publicadas ya no se pueden corregir de los fallos tipográficos (siempre los hay aun en los libros de editoriales potentes y famosas).
Ayer introduje en mi libro «Ay Dios qué cosas pasan» el Certificado de Registro como Autor. Al mismo tiempo corregí dos faltas que vi en los ejemplares que he recibido de prueba.
A partir de ahora, todos los ejemplares que se compren mostrarán el certificado del registro de propiedad intelectual inscrito en una entidad privada muy importante. CEDRO.
La Junta de Andalucía, que cobra por registrar una obra 15 euros y tarda meses en enviarte el certificado, te obliga a desplazarte a la delegación provincial y presentar una copia física de la obra, llevando en mano el certificado del banco con el pago de la citada tasa.
Supuestamente, puedes hacer esta operación vía telemática; pero yo he perdido diez días intentándolo sin éxito. Por eso he acudido a CEDRO, entidad en la que soy socio como escritor, y la he registrado en cinco minutos, y... ¡GRATIS!
Registrar una obra literaria o artística no es obligatorio; pero es muy útil cuando vez que alguien la copia o vende alegando que es suya. El certificado con el día y la hora de registro demostraría ante la Justicia quién es, en tales casos, el plagiador.
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