¡Buenos días, amig@s!
Que me he enterado, gracias al topo que tengo en La Zarzuela, de que cuando vino el 31 de octubre Juan Carlos I al palacio de El Pardo para celebrar en familia el cumpleaños de la princesa, recibió un paquete con una carta que decía así:
«Estimado Señor:
En el cumpleaños de su nieta, me place enviarle este pequeño regalo esperando le acompañe en sus ratos de soledad en Dubai, Podrá hablar con él y contarle sus penas y proyectos. Y si le molesta la charla, podrá decirle sin ningún problema lo que me dijo a mí delnte de las camaras de televisión:
¿Por qué no te callas?
Abrieron la caja y encontraron un loro muy colorido.
— ¡Ay qué bonito!— Exclamó la princesa— ¿Dice que habla?
— ¡Abajo la Monarquía! ¡Viva la República!— Dijo el loro.
Todos se quedaron pasmados y mudos.
— ¡Que lo maten!— Ordenó el Emérito
— Nooo, sólo faltaba eso. La Ministra teresa Ribera, los ecologistas y los de Podemos nos tildarían de asesinos y de ir contra el medio ambiente. Mejor lo condenamos a vivir en el corral con las gallinas— aconsejó La reina Leticia.
Y así fue. El loro permanecía solo y triste en aquel mundo extraño para él. Las gallinas venían a observarlo y murmuraban frases ininteligibles. Hasta que un gallo grande se acercó y le puso la pata encima. El loro se revolvió rápido y, levantando un ala, exclamó:
— ¡Quieto ahí! Yo estoy aquí por política, no por maricón
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