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viernes, noviembre 22, 2024

EUSEBIO ENVÍA UN BUROFAX




 

Esta tarde ha sucedido algo impensable en la época del conocimiento y del IA.

A las 16 horas he visto pasar por la calle a mi vecino Eusebio, que iba a la oficina de Correos para enviar un burofax a su operadora de internet y teléfono, solicitando la baja. Dado que fui yo quien le sugerí el domingo pasado que lo hiciera así, lo he acompañado.

Cuando hemos llegado a Correos, Eusebio ha sacado del bolsillo un sobre cerrado con la dirección de Vodafone y se lo ha entregado a la empleada que nos recibía tras el mostrador, una joven muy guapa, enfundada en unos Skins color carne, que parecía que estaba desnuda.

Como el Eusebio se quedara con los ojos como platos y la lengua afuera relamiéndose los labios ( yo también), la joven le preguntó:

—Qué desea que haga con esta carta, ¿ponerle un sello?

—No, es un burofax

—Pues tiene que darme el papel, no necesita el sobre

—Es que lo que dice la carta es información confidencial.

Y la niña se vuelve de espaldas, mostrándonos el paraíso, y manda el burofax con sobre y todo. Al final le da la copia y le pide tres euros.

Mi vecino se los da y se queda leyendo la copia.

—¡Oiga, pero esto es la dirección de Vodafone!, ¿Y mi carta?

—Es tan confidencial que se han quedado con ella en la Central.

—Ah, vale.

Y salimos a la calle. Iba tan contento que me invitó a un café.

Ya dentro del bar, mientras nos sirve el café, cojo el periódico y leo:

«En total, desde que comenzó el año hasta el tercer trimestre de 2024 se han registrado 237 homicidios».

—La mitad o más han ocurrido en mi pueblo natal — dice Eusebio.

—¿Y cómo es eso, amigo?

—Allí, cada asesinato se cuenta por duplicado. Si son diez, se cuentan veinte: los diez primeros son los crímenes reales; los otros mueren durante la recreación de los hechos ante el juez.

—Vale tío, paga y vámonos a disfrutar del domingo.



Hay gente que tiene cabeza porque está prohibido ir sin ella: la Guardia Civil no los puede identificar si conducen borracho.

miércoles, noviembre 20, 2024

¡EL EUSEBIO ES PADRE!

¡Pobre Eusebio! Resulta que anoche, sobre las doce, estaba viendo yo una película cuando suena el timbre de la puerta y me encuentro al Eusebio muy agitado, con la respiración descontrolada a punto de salirle el corazón por la boca después de subir cuatro pisos porque le da miedo montarse en el ascensor. Me pone frente a mi cara la mano abierta para que espere un momento y al cabo de un minuto y dieciséis segundos me dice:
 —¡Juanillo, acompáñame, por favó! 
 —¡Pero que te pasa, amigo!
 —Que me acaban de llamá del hospitá porque mi mujé ha dao a lú un niño. ¡El Primero¡ Y yo estoy tan nervioso que no pueo ni conducí
 —¡Pero hombre, eso no es nada, mi mujer ha tenido cuatro y aquí está más joven y guapa que yo! 
—¡Jajajaja,no me haga reí! Má guapo que tú é hasta el perro de mi suegro, un bulldó que tira má baba y espuma que una fábrica de jabones. Bueno, a lo que vengo: ven conmigo y te presento a mi hijo.

 Diez minutos más tarde estábamos en la sala de Maternidad. La mujer de mi vecino nos recibe acostada y sonriente, feliz de ser madre. En el regazo, cubierto con una mantita, asoma la carita de un bebé. 
—Mira qué guapo es tu hijo, cariño — le dice ella a su marido.
 Eusebio se queda boquiabierto al mirar a la criatura. Después exclama: 

—¿Mi hijo? ¡Pero si es negro! 
—No cariño, no. No es negro, es que le ha salido un lunar 
—¡Ah, bueno.! Joder, que susto me he llevado. 

Y ahora que está amaneciendo después de tomarme con mi vecino cuatro güisques JB, celebrando el acontecimiento en la cafetería del hospital Virgen de El Puerto, me dirijo en taxi hacia mi casa. ¡Asco de vida esta!



sábado, noviembre 16, 2024

Muere Celeste Careiro, la mujer que con su gesto dio nombre a la “Revolución de los Claveles”

Aún recuerdo emocionado el día en que Portugal pasó de la dictadura militar a la democracia pacíficamente. ¿Qué pasaría en España cuando muriese el Dictador? De solo pensarlo, toda España temblaba.



DEL DIARIO NOTICIAS ( LISBOA)

Muere Celeste Careiro, la mujer que con su gesto dio nombre a la “Revolución de los Claveles”

En una declaración a DN con motivo del 50 aniversario del 25 de abril, Celeste recordó su historia. "El soldado me pidió un cigarrillo. No fumaba, nunca fumé. Por unos segundos, me pregunté cómo podría compensar a ese chico, allí, encima de ese coche, luchando por nosotros. Él estaba allí dándome algo bueno y yo no tenía nada que darle. Sin pensarlo, tomé un clavel de la rama que llevaba y se lo ofrecí. Nunca se me pasó por la cabeza que por eso el 25 de abril llegaría a ser conocido mundialmente como la Revolución de los Claveles", reveló.

Ese chico nunca pudo ser encontrado. Cada vez que pienso en ese día lloro. Tenía 40 años, cuidaba de mi madre y de mi hija. Vivía en Chiado y amaba la ciudad donde nací. Y todavía me encanta.

Tengo 90 años, oigo y veo muy mal. Me conmueve mucho hablar de este día. Los médicos dicen que me enferma. Le voy a pedir a mi nieta que te cuente el resto de la historia. ¡Viva el 25 de abril! Si lo dejamos morir tendremos que hacer otro.



LA NIETA:

«Mi abuela Celeste es hija de una española de Badajoz y de padre desconocido. Con dos hermanos mayores, creció en Casa Pía. Incluso a mi bisabuela le costó dejar a sus hijos, a quienes visitaba regularmente. Nunca los abandonó.

Mi abuela era la chica favorita del director de la escuela. Tomó el Curso de Enfermería, pero como tenía problemas pulmonares no pudo ejercer. Sin embargo, la niña Celeste siempre fue independiente. Nunca se casó con mi abuelo. Cuando mi abuelo se portó mal, mi madre tenía 3 años, se separaron. Para consolar a mi abuela, quise ofrecerle un hilo de oro y otras cosas. Pero mi abuela no quería saber nada de los regalos, ni de él. Sola, siguió cuidando de su hija y de su madre.»

viernes, noviembre 08, 2024

ALMAS GEMELAS. Dedicado a M Susana Dall Occhio Pais

 


Un día, hace muchos años, en una nube algodonosa viajaban un niño y una niña cogidos de la mano. Eran felices, pensaban lo mismo y coincidían en los mismos gustos. Junto a ellos iba el tutor, quien había recibido la dolorosa orden de separarlos y, mientras la parejita admiraba desde lo alto la belleza de la Bahía de Cádiz, el tutor empujó al niño, que fue cayendo despacio en dirección a la blanca ciudad; pero el jodido viento del sureste lo fue desplazando tanto, que cuando tocó tierra estaba en la choza de una campesina de la sierra.

Mientras tanto la niña, su alma gemela, continuó en la nube muy triste por haber perdido a su compañero, y cuando el tutor procedía a echarla se dio cuenta de que la niña caería en alta mar y se ahogaría.
Decidió, pues, acelerar el viaje y al día siguiente divisó la costa del otro lado del enorme charco que iba a separar para siempre a los dos niños. El tutor estaba preocupado: se había pasado de largo y ahora tendría que dar cuentas a su superior, por eso no esperó más, y cogiendo de la mano a la pequeña la dejó caer en la desembocadura del río de la Plata, donde se extendía una gran y rica ciudad. Pero el viento, ¡sí otra vez el puto viento!, esta vez de levante, condujo a la niña hacia el interior tocando tierra en Rosario (Argentina)

Pasaron la vida intentando adaptarse a este mundo, trabajando y disfrutando de las alegrías de los años jóvenes sin dejar de pensar en su alma gemela, tan lejos físicamente y tan cerquita en sus corazones. No fue hasta principios del siglo XXI, en el otoño de sus vidas, que se encontraron gracias a Internet:
Ella estaba casada y tenía una panadería, en sus ratos libres escribía poemas; él, estaba trabajando y se dedicaba a trasnochar en las redes sociales, escribiendo poemas e historias en un blog.

Desde entonces se saludan de vez en cuando, se escriben y se comentan. Otra cosa no pueden hacer: el tiempo de aventuras y de amores terminó, han crecido y ambos se deben a su familia, y ellas se entregan en cuerpo y alma.

Pero nunca olvidarán que fue el mismo día 1 de noviembre, a la misma hora, que ambos abrieron los ojos a la luz de este mundo.
©Juan Pan García