Mi lista de blogs

viernes, noviembre 08, 2024

ALMAS GEMELAS. Dedicado a M Susana Dall Occhio Pais

 


Un día, hace muchos años, en una nube algodonosa viajaban un niño y una niña cogidos de la mano. Eran felices, pensaban lo mismo y coincidían en los mismos gustos. Junto a ellos iba el tutor, quien había recibido la dolorosa orden de separarlos y, mientras la parejita admiraba desde lo alto la belleza de la Bahía de Cádiz, el tutor empujó al niño, que fue cayendo despacio en dirección a la blanca ciudad; pero el jodido viento del sureste lo fue desplazando tanto, que cuando tocó tierra estaba en la choza de una campesina de la sierra.

Mientras tanto la niña, su alma gemela, continuó en la nube muy triste por haber perdido a su compañero, y cuando el tutor procedía a echarla se dio cuenta de que la niña caería en alta mar y se ahogaría.
Decidió, pues, acelerar el viaje y al día siguiente divisó la costa del otro lado del enorme charco que iba a separar para siempre a los dos niños. El tutor estaba preocupado: se había pasado de largo y ahora tendría que dar cuentas a su superior, por eso no esperó más, y cogiendo de la mano a la pequeña la dejó caer en la desembocadura del río de la Plata, donde se extendía una gran y rica ciudad. Pero el viento, ¡sí otra vez el puto viento!, esta vez de levante, condujo a la niña hacia el interior tocando tierra en Rosario (Argentina)

Pasaron la vida intentando adaptarse a este mundo, trabajando y disfrutando de las alegrías de los años jóvenes sin dejar de pensar en su alma gemela, tan lejos físicamente y tan cerquita en sus corazones. No fue hasta principios del siglo XXI, en el otoño de sus vidas, que se encontraron gracias a Internet:
Ella estaba casada y tenía una panadería, en sus ratos libres escribía poemas; él, estaba trabajando y se dedicaba a trasnochar en las redes sociales, escribiendo poemas e historias en un blog.

Desde entonces se saludan de vez en cuando, se escriben y se comentan. Otra cosa no pueden hacer: el tiempo de aventuras y de amores terminó, han crecido y ambos se deben a su familia, y ellas se entregan en cuerpo y alma.

Pero nunca olvidarán que fue el mismo día 1 de noviembre, a la misma hora, que ambos abrieron los ojos a la luz de este mundo.
©Juan Pan García

No hay comentarios:

Publicar un comentario