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lunes, abril 23, 2012

«DIME QUIEN SOY», por Julia Navarro


Reconozco que Julia Navarro no era mi autora favorita, pues la obra que leí anteriormente, «La hermandad de la Sábana Santa», me pareció aburrida e inverosímil, y estuve a punto de abandonar la lectura. Mi esposa, en cambio, no la soportó y  la dejó en la página 90.

Esta vez, con “Dime quién soy” Julia Navarro se ha superado. El narrador, un periodista en apuros económicos, recibe el encargo de reconstruir la historia de su bisabuela, una mujer que resulta ser excepcional, y  para ello se desplaza por medio mundo en busca de información. Es una obra de acción, en la que se retrata a la vieja Europa de los últimos 70 años del siglo XX: espionaje, amor, guerra, campos de exterminio y dolor, mucho dolor.
 Amelia Garayoa, la protagonista de esta historia, es uno de esos personajes memorables literarios que aparecen de cuando en cuando. Su vida discurre a través de un millar de páginas, enganchando al lector desde las primeras, aunque ciertamente haya fragmentos prescindibles.
 Siguiendo la estela de Amelia, el periodista nos lleva a París, Moscú, Varsovia, El Cairo, Buenos Aires, México, Londres… Un recorrido a través de medio mundo, hasta llegar al inesperado y emotivo final.
Con «Dime quién soy», Julia Navarro pasa a ocupar un sitio en mi librería entre los mejores escritores mundiales de novelas de acción y espionaje, mi género preferido.

Hija de una familia acomodada y republicana, Amelia no duda en abandonar a su marido y a su hijo para seguir a su amante, un líder comunista que la utiliza para sus fines políticos. Vivirá la convulsa historia de la  España de los años 30, el golpe de estado de Franco y sus secuelas, conocerá de primera mano las purgas de Stalin, luchará contra las SS de Hitler; se unirá a los grupos de la resistencia en Alemania, Italia y Grecia, sufrirá  torturas  con la GESTAPO en campos  de concentración y cárceles; vivirá la mitad de su vida en Berlín Este, tras el telón de acero, y conocerá la desilusión de los berlineses, quienes en 1945 vieron a los rusos como libertadores de Hitler para acabar comprobando que habían salido de un infierno para meterse en otro peor…
Una novela apasionante que no les va a defraudar.

Lo que menos me ha gustado:
A) Párrafos con diálogos que se repiten varias veces a lo largo del libro: El periodista se ha desplazado a otro país para conocer la historia de la protagonista y, tras escuchar un fragmento de la historia, le pide a sus informadores más detalles sobre Amelia. Éstos le responden invariablemente: «Tenga paciencia.Vaya paso a paso para recomponer el puzzle, y luego venga de nuevo.»
B) Me resulta extraño que para conocer una anécdota de Amelia de boca de un familiar, de historiadores, o de profesores de universidades el periodista deba tomar el avión y viajar a Barcelona, Paris, Londres, Berlín, Nueva York, Roma…, habiendo teléfonos, video llamadas, Messenger, correos electrónicos etc. Sólo encuentro justificados los viajes a Londres cuando se trata de leer documentos  clasificados como secretos que no pueden salir del país.


 A continuación  les presento la opinión que sobre esta  novela escribió mi amiga Mamen, en su  blog “Te invito a un café”, http://teinvitoauncaf.blogspot.com.es/2010/11/amelia-garayoa.html

«El libro merece la pena ser leído porque refleja maravillosamente una época convulsa, donde todo perdió completamente el sentido. En España, Italia y Alemania se asentaban en esos años (la novela arranca en 1935) regímenes totalitarios que acabaron con las libertades y con las vidas en nombre de la derecha más extrema. Y a la vez en la Rusia de Stalin, abanderado del comunismo, se llevaban a cabo purgas contra todo aquel que se consideraba disidente.
La Europa democrática, la que siempre sale a la palestra dándonos lecciones de libertad, miró hacia otro lado y permitió que acampara a sus anchas la locura, protagonizando, en el caso de Francia, acciones vergonzosas como el confinamiento de los exiliados españoles en campos de concentración, disfrazados de buenas intenciones.
Y en medio de todo, el pobre personaje de Amelia: una mujer luchando contra los dictadores, contra la moral basada en el machismo exacerbado y contra ella misma, quizás por permitir al corazón sentimientos que estaban profundamente condenados y penados, en el juicio sumarísimo que su cerebro de mujer española y burguesa de la época, se había hecho a sí misma»

 

domingo, abril 22, 2012

LOS PATIOS PORTUENSES

Día 21 de abril. Brilla el sol en el cielo añil de la cálida primavera portuense,  se engalanan las flores y los árboles de los jardines y los campos para recibir a los ociosos paseantes. El aire se impregna de aromas y   las casas lucen, orgullosas, sus patios de paredes  blancas  moteadas de macetas florecidas.

 Patio de c/ Larga, nº70                                                                                              Patio de c/ Cruces,84
 

  

                                                                       Patio de c/ Ganado,nº 88











 Se respira ya  la Feria, bulle en los corazones la esperanza de superar el duro invierno que atraviesa esta España de derechos sustraídos, de  despiadados  ataques conservadores a jóvenes y pensionistas, del regreso al vasallaje y a la humillante emigración de los jóvenes, de la pérdida de la soberanía e independencia como país sometido al IV Reich, que lo conduce en sus trenes de alta velocidad en pésimas condiciones sanitarias al exterminio en los hornos crematorios de los  mercados.
 

 
 
Fotos del patio ubicado en el nº 88 de la calle Ganado, galardonado con el  primer premio del concurso de Patios
 Ajenos al drama, los geranios me sonríen agolpados en las paredes, el cactus “Pluma de santa Teresa” me  muestra sus flores y me saludan las hortensias, las begonias, las rosas grandes y las piti-mini, los pensamientos,  los pendientes de la reina… Me rozan al pasar los lirios y las trompetas, helechos y mimosas, pilistras y enredaderas… Todo el patio es  una fiesta.
 
Patio con bodega en calle Vicario nº 17
Los  mayores se reúnen en torno a una mesa en el patio, junto al cerrado pozo y la bodega familiar, para comentar el futuro que nos impone el resurgimiento  de una clase rencorosa y vengativa dispuesta a recuperar los privilegios perdidos en cuarenta años de sacrificios, luchas con pancartas, claveles y libros, y se jura acabar con el conocimiento adquirido impidiendo el acceso a las universidades a los hijos de los obreros.
¿Volverá a abrir el brocal el viejo pozo que preside el patio para satisfacer las necesidades de la casa? Al precio que están facturando el agua, con más impuestos que metros cúbicos, no es improbable que eso suceda.
Con los recortes en Cultura, privados de subvenciones, pronto veremos desiertos  los centros culturales de los barrios donde aún se prodiga el saber y la creatividad popular.








 
 
                                                                    Local de la Peña Flamenca"La Mezquita"

Y todo esto es posible por la desidia de la legión de parados y estudiantes, quienes asqueados de la corrupción que impera en la política, el incierto futuro para sus carreras, y el obligado sometimiento al chantaje a los  parados (“Si quieres trabajar, acepta mis condiciones”), no sale a  protestar ni vota en las elecciones, dejando libre el camino para que la otra España, la de la Banca y la Cruz,  salga victoriosa en su Cruzada. 
No creo que Europa aguante mucho tiempo esta situación: cuando la gente entienda que son ellos, los trabajadores y pensionistas, quienes pagan la crisis mientras los poderosos viven como si nada sucediera especulando y avasallando los unos y cazando elefantes o ciervos los otros mientras la mayoría de la gente pasa hambre y algunos mueren porque no pueden pagar medicamentos, ya  no tendrán nada más que perder, y entonces la masa se tirará a la calle y será difícil de contener. Y entonces las amapolas llenarán los campos y las cunetas en primaveras sangrientas. Miedo me da pensar en que nos dirigimos a eso.



























viernes, abril 20, 2012

EL EJE IMAGINARIO, por ROSARIO TRONCOSO




«Los amigos de verdad son los que te acompañan en los funerales y en las presentaciones de libros»
Con esta curiosa y divertida frase inició la bella y simpática gaditana Rosario Troncoso la presentación de su poemario « El eje imaginario». La joven poeta estaba radiante de felicidad al verse arropada por medio centenar de amigos en el salón de actos de la Fundación Rafael Alberti, en El Puerto de Santa María.
Rosario Troncoso es gaditana, tiene 34 años y es Licenciada en Humanidades, tiene un Master de Periodismo y ejerce de Profesora de Enseñamza Secundaria y Bachillerato de Lengua Castellala y Literatura.
Aunque como es preceptivo en tales encuentros el autor y los organizadores leen algunos poemas del libro presentado, lo que más me impactó fue la espontaneidad de Rosario al contar sus experiencias y sensaciones, tanto en el momento de escribir los poemas como al presentarlos ante el público.
Nos decía Rosario durante su intervención que este poemario significa algo muy especial para ella porque lo escribió a medida que sentía crecer en su vientre el precioso bebé que hace poco la convirtió en madre y que ayer la miraba desde el pasillo del salón de actos en los brazos de su abuelo y la interrumpía con su parloteo.
Y no sé por qué (o tal vez sí: el libro está inspirado en esa fase del embarazo y el milagro de la vida), nos confesó la inquietud y la extraña sensación de culpa que había sentido al ser madre sin parir, pues el bebé se lo habían extraído mediante cesárea y no había sentido ni conocía por tanto lo que eran los dolores de parto.
Nos reveló que durante un tiempo se sentía rara, pues, como a todos los bebés que ven la luz gracias a la cesárea, su bebé, aunque nacido, era considerado «no nato» (no nacido), porque no había venido al mundo de forma natural. Esa circunstancia la ponía nerviosa y le producía desasosiego; se odiaba a sí misma ante el espejo cuando su mirada chocaba con la cicatriz que lucía su vientre, una cicatriz que convertía a un nacido en un no nato y que siendo madre la sumía en un mar de dudas.
Hasta que un día todo cambió. Fue cosa de mentalizarse, de llamar Puerta de la Vida a lo que antes llamaba fea cicatriz, de admirarse en el espejo y encontrarse sumamente bella y atractiva siendo madre, con la capacidad de amar y dar felicidad y vida. De tener un bebé lleno de vida que la llenaba por completo.
Nos dijo que hay un antes y un después del día en que se convirtió en madre:
«No es que ahora yo haya perdido mi libertad ni me sienta encadenada; soy libre y felizmente puedo actuar, decidir, pensar y soñar en nuevos proyectos como éste; pero ahora pienso en el otro más que en mí, procuro el bienestar del bebé antes que en el mío, y no puedo pasar sin él, no puedo dejar de pensar que está solo aunque alguien me lo cuide y prefiero llevarlo siempre conmigo y verlo y darle cariño. Por eso esta noche está aquí con nosotros.»
El poemario, el IV que publica Rosario, está dividido en dos partes: una implicada en los temas sociales y otra rezumando sensualidad y ternura.
La acompañó el concejal de Cultura de El Puerto, entre otros. Y la guinda la puso en cantautor, Fernando Lobo.
Como anécdota señalar que en un principio el acto se iba a realizar en una sala con capacidad para unas treinta personas, donde habían preparado micrófonos y diversos aparatos de sonido, pero que finalmente, habida cuenta de que muchas personas permanecían de pie y fuera de la sala, decidieron cambiar de lugar y celebrar la presentación en el salón de actos de la Fundación. Por consiguiente nos fuimos todos al piso de arriba donde se hallaba el salón de actos, pero al no haber tiempo para prepararlo todo, Fernando Lobo hubo de cantar en directo y sin artilugios electrónicos. 
Pero no estuvo mal. 
Si a eso le añaden que yo estaba lejos y grabé con el zoom de mi móvil, que resta calidad a la imagen, comprenderán el porqué de la mala calidad del video. Les pido mil perdones, y siendo como soy mileurista y sin otros recursos (desgraciadamente no cuento con los contactos de Udargarín), espero que alguna persona caritativa me obsequie con un teléfono móvil del último modelo para que les pueda en lo sucesivo regalar mejores imágenes.
Al finalizar el acto, y mientras Rosario firmaba libros, nos ofrecieron una copa de jerez.
El libro lo pueden adquirir por 10 euros en ventas@edicionesenhuida.es


jueves, abril 19, 2012

LA FAMILIA, QUÉ GRAN TESORO

Once meses llevaba sin ver a mi familia de Castellón y cada vez que decidíamos ir a visitarla surgía un contratiempo: la enfermedad se había instalado en mi casa y exigía sin pudor la mejor atención, agotando nuestros recursos. Mi familia por su parte debía hacer frente a otros temas como son el colegio de mi nieta, el desempleo y sus secuelas: escasez de dinero y de tiempo. Un parado no puede viajar ni para buscar empleo en otra ciudad, debe estar disponible a cualquier llamada de la oficina del INEM sufriendo, como si de un delincuente se tratase, arrestro domiciliario. En otra ocasión escribiré sobre el INEM y sus abusos.
La semana pasada, mi mujer y yo cogimos un día el coche y salimos para Castellón.
¡Cómo ha crecido la niña! ¡Ni que la regaran con abonos como a los melones! Recien cumplidos los seis añitos, aparenta tener ocho. Fue encontrarnos con ella y besar su carita de piel cálida y fina como la porcelana y olvidarnos del mundo y sus problemas.
En los días siguientes la hemos acompañado a su clase de patinaje, hemos ido de compras, a comer una parrillada en el parque de las ardillas del Grau de Castellón, a Valencia a ver a sus primos, la entrada a clase en el colegio… Mi yerno se encarga de la cocina y no deja a nadie acercarse a ella mientras hace la comida.Nos hace churros para desayunar, paellas, carne al horno, parrilladas...
Mi yerno es muy trabajador y atento con mi hija, y como todo compañero moderno colabora en las faenas de la casa. Yo también colaboro en casa, a pesar de que me criaron con otra mentalidad: subo y bajo las persianas, levanto los pies cuando pasa la fregona, ayudo a hacer la cama, me como sin rechistar todo lo que guisa mi Carmen... Nunca es tarde para cambiar de actitud.
No existen palabras para expresar la felicidad que sentimos los abuelos cuando podemos disfrutar de la compañía de nuestros nietecitos.
Mi nieta y sus mascotas: "Bobi", un perro muy noble que tiene dos años más que ella, y "Guala", una codorniz criada a mano con papillas.
Una tarde quedé con Amelia, una amiga que conocí en el Encuentro de Poetas en la Red, celebrado en Sigüenza el pasado septiembre. Esa tarde llovía a cántaros en Alcora, el pueblo en que vive mi familia, ubicado a unos 50 kms de la capital. Había quedado con Amelia en el centro de Castellón para merendar. Amelia es Licenciada en Matemáticas, y poeta en sus ratos libres. Es una mujer muy activa y pertenece a una asociación de artistas castellonense que además de a excelentes poetas acoge en su seno a escultores, pintores y escritores. Mientras merendábamos intercambiamos nuestros regalos: yo le ofrecí mi novela « La pista del Lobo», y ella me entregó un ejemplar del poemario que al sábado siguiente presentaría en la cafetería "Diablos Azules", en Madrid.
Luego me invitó a la clausura de la exposición de pintura de una amiga: Maite Cuartero.
Se trataba de pintura abstracta, un género para entendidos, que no es mi caso. Pero como pueden apreciar en las fotos son cuadros muy coloridos y armoniosos que
quedan muy bien en la pared de un salón.

Amelia y Maite Cuartero.

Al acto asistieron una docena de personas, entre ellas tres amigas de Amelia dedicadas al “Bel canto”, eran sopranos y actúan en diversos actos culturales de la ciudad. También me presentó al pintor y poeta Marcelo Díaz, que fue con ella a Madrid para la presentación de un libro. Pasé un par de horas muy feliz con ellos, degustando un vino acompañado de dulces y embutidos típicos de la zona.
Otro día, mi hija me llevó  a comer al parque del Golf, en el que abundan las ardillas, unos preciosos animalitos asustadizos e hiperactivos que trepaban por los pinos y se acercaban a unos metros para ver si les daban algo de comer o para coger con sus manitas lo que la gente dejaba en las mesas. El tiempo amenazaba con lluvia cuando salimos de casa, pero se portó bien con nosotros y nos regaló un sol espléndido durante todo el día para que disfrutásemos de momentos inolvidables.

El domingo siguiente fuimos a Valencia para ver otra rama de la familia: mis hermanas y sobrinas, mi hijo mayor, su esposa y mi nieto Ivan.
Ivan tiene doce años y está en la fase de la pubertad, la del Acné y el cambio de voz. Está creciendo sin parar y se le ve muy delgado. Como todo hijo único que se precie, Ivan es un chico mimado que disfruta de una habitación exclusiva repleta de juguetes, artilugios para hacer deporte y toda clase de aparatos electrónicos e informáticos. Es un chaval muy noble, pero un poco reservado. En Valencia no podía faltar la típica paella, y mi nuera se la encargó a un bar para las dos de la tarde.
No es por nada, pero las paellas que hace mi Carmen le dan cien vueltas a la que ven en la foto, hecha por valencianos profesionales.
Y eso es todo lo que quería contarles. Ahora de vuelta en mi casa, a tantos kilómetros de distancia de ellos, me pregunto cuándo podré verlos de nuevo.

miércoles, abril 18, 2012

LA VIDA SIGUE

foto de noticiasburgos.com

Después de pasar unos días felices con la familia, vuelvo a esa rutina que llamamos vida.

Pero estoy muy enfadado con el Gobierno por el duro y desagradable viaje que he realizado. Once horas y media tardé ayer en recorrer los novecientos kms de carreteras y autovías jalonados de obras interminables y de voraces radares dispuestos a enriquecer las arcas de la Guardia Civil de Tráfico. Porque ¿quién permanece insensible ante la distribución de las estúpidas señales de tráfico que llenan nuestras carreteras? En un tramo recto de autovía sin ninguna anomalía visible te indican que puedes circular a 80 km/hora, y diez metros más adelante te lo cambian por otro de 40kms, y 50 metros más adelante te ponen otro de a 100, para volver a los 60 un centenar de metros después. Y así sucesivamente.

Si al menos hubiera gente trabajando… Pero no, no es eso. Es cierto que a veces te encuentras un grupo de hombres y máquinas trabajando y es lógico que reduzcas la velocidad para su seguridad y la nuestra; pero seguidamente recorres ocho o diez km. sin ver a nadie, excepto radares, bandas amarillas y las señales de tráfico, las putas señales que siguen limitando la velocidad sin ton ni son, a su aire.

La mayoría de conductores, hartos de las retenciones injustificadas que provocan esas limitaciones me adelantaban echándome al pasar una mirada asesina por respetarlas. ¡Y lo peor es que luego, a llegar a casa, casi siempre recibo una carta con una denuncia de 100 euros por circular a 80 en un tramo de 60! Ya estoy temiendo la llamada del cartero.

Y todo esto pasa desde hace un par de años en la A4, a su paso por Castilla la Mancha.

Nada más salir de Andalucía por Despeñaperros comienzan las obras, y éstas continúan hasta llegar a Manzanares, donde me tengo que desviar para Valencia. ¿Se imaginan ustedes lo que significa ir en fila de a uno sorteando conos de plástico y cambiando de carril continuamente a una velocidad de entre 40 a 80 km/hora durante 170 kms? Uno aprovecha una recta y acelera para pasar de 80 a 100, y en ese momento te caza el radar. Estoy seguro, tras comprobar en mí mismo y en los demás conductores el estado de nerviosismo que provocan las obras, que nadie se libra de la foto del radar.

Para que entiendan el afán recaudatorio de nuestro Gobierno cojan un boli y hagan números: Si pasan 100,000 vehículos diarios por ese tramo de la autovía de Andalucía y Tráfico les envía una multa de 100 euros a cada, supone una recaudación de 10,000,000 euros cada día, que nunca vienen mal para pagar las nóminas.

Y lo que más odio es que digan que lo hacen “Por nuestra seguridad.”

¡Venga ya, hombre! ¿Piensan que somos idiotas? Lo que quieren es dinero y nada más. ¿Qué le importa a un ministro que alguien se mate en la carretera? Lo único que cuenta para él es lo que aumenta el saldo de su cuenta corriente cada mes. De lo que cuesta retirar el cadáver y limpiar el asfalto se encarga el seguro del fallecido.

¡Vaya viaje! No se lo deseo a nadie. Y luego está la radio. Todas las emisoras anunciando las medidas que va a tomar nuestro Gobierno contra Argentina por haber osado atacar a España al nacionalizar a Repsol. ¿Desde cuando atacar a una empresa privada formada con capital internacional significa atacar a España? ¿Debemos empuñar las armas para defender las acciones de un grupo de especuladores de origen desconocido? ¿Ha tenido la delicadeza REPSOL de rebajarnos el precio del combustible a los españoles sabiendo que desde hace varios años estamos en crisis? No, ellos a lo suyo. Ayer, pagué el litro de gasoil a 1´40 euros.







http://universomarino.com/2010/06/18/plataformas-petroliferas-peligro-en-el-mar

Pues que se jodan. Que se jodan lo mismo que me jodí yo cuando invertí en un fondo que me ofreció Bancaja prometiéndome grandes ganancias y perdí la mitad de mi inversión en dos años. Y no salió el Gobierno a defenderme ni a amenazar con enviar a la Armada ni a boicotear las exportaciones de carne y soja argentinas.

No nos sentimos tan patriotas cuando Marruecos invadió nuestro Sahara. Salimos corriendo con los calzones bajados y limpiándonos el culo por el camino.

Más nos está expropiando el Gobierno a nosotros, los españolitos de a pie, aconsejado por los mercados, que obedecen a especuladores y accionistas de empresas como REPSOL, Telefónica y el Santander. Curiosamente esas empresas aumentan sus beneficios en tiempos de crisis.

Ahora resulta que también es mentira lo que desde hace cien días iba prometiendo Rajoy en televisión y los periódicos: No habrá copago.

La realidad es que hasta los jubilados tendremos que pagar las medicinas.

No entiendo a los españoles. Sabían lo que el PP estaba haciendo en Cataluña y Castilla la Mancha y la Comunidad Valenciana, lo sabían y le han votado en masa.

¡Pues que nos jodan! Eso sí, hay que exigirles que se pongan el condón, no sea que nos dejen dentro el bichito del sida.

¿Qué nos queda por saber de los planes del Gobierno? ¿Tendremos que volver a aspirar vapores de hojas de eucaliptos para curarnos los resfriados? ¿Y dónde encuentro yo un eucaliptus ahora?

Y luego me entero de que el Rey ya puede dormir bien. Menos mal. Me daba pena saber que este pobre hombre, tan querido y aclamado por los españoles, perdía el sueño a causa de los cientos de miles de familias desahuciadas y de los cinco millones de desempleados. Ahora, con la reforma laboral que ha impuesto Rajoy, ya se puede ir tranquilo a África para matar animalitos en peligro de extinción. Creo que fueron osos pardos los que mató en Hungría la última vez que estuvo. Total, sólo le han recortado el 2% de su sueldo, ¿qué son para él los 60,000 mil euros que ha costado el safari? Con lo que gana, pura calderilla. ¡Debe tener un monedero...!

Y es que el hombre se lo merece, digan lo que digan, pues, de no ser por él ¿quién nos hubiera salvado de una nueva dictadura militar cuando lo de Tejero? Sí… que ya lo sé, no me seáis pesados…. Que los mismos laboratorios que crean el virus luego ofrecen la vacuna para curarnos, pero…

En fin, la vida sigue. Prefiero hablar de las cosas buenas de mi viaje. Pero eso será la próxima entrada cuando me organice un poco.