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domingo, enero 20, 2008

LA MUJER MISTERIOSA


La anciana miraba con preocupación a su hijo. Los años habían pasado muy aprisa y aquel niño dulce y noble se había convertido en un hombre maduro, solterón. Lo veía triste desde hacía un tiempo y, sabiendo que el hablar a veces desahoga el alma y que compartir secretos amansa la fiera del dolor, se dispuso a romper su silencio:
–Cuéntame, hijo, ¿qué tal te fue el viaje? ¿Conociste a alguien? ¿Lo pasaste bien?
– No lo sé  madre, no sé si alegrarme o arrojarme por el barranco. No lo sé… ¿Recuerdas aquella historia de la muchacha misteriosa que se me apareció cuando me bañaba en el río? No creo que te acuerdes, han pasado más de veinte años desde entonces…
» Aquel día de mayo, me levanté de madrugada, monté en mi caballo y me dirigí a través de las montañas por una senda escarpada. Estaba amaneciendo y en el cielo brillaban unas estrellas tardías entre nubes grises de orillas plateadas. Las siluetas oscuras de las montañas y los árboles se perfilaban en el camino a medida que nacía la mañana. Unas cuatro horas de marcha me aguardaban antes de alcanzar el pueblo de Arcos, donde iba a reunirme con la Hermandad para ir en romería hasta la ermita del Rocío.
Y al cabo de dos horas, llegué al río. Iba sudando y decidí darle un descanso al caballo mientras me bañaba en las frescas aguas del remanso. Liberé al animal de la silla, me desnudé y me lancé al agua.
Estaba nadando cuando la vi aparecer entre las adelfas; ella sonrió y se quedó mirándome de pie al lado de mis ropas. Era alta, joven y hermosa; sus largas y maravillosas piernas sostenían un cuerpo esbelto, bien diseñado, con sus curvas armoniosas y sensuales; sus senos redondos, firmes y erguidos, me subyugaban. ¿Y qué decir de sus ojos, de su misteriosa mirada? Sus dientes resplandecían en su sonrisa.
Yo estaba azorado  pensando en el momento en que tendría que salir del agua. De pronto vi que ella dejaba caer su vestido y venía a mi encuentro totalmente desnuda. Estuvimos jugando como niños, haciéndonos ahogadillas, y… conociendo nuestros cuerpos. Acabamos tumbados en la hierba de la orilla, ocultos entre los juncos. Y viajé junto a ella por las estrellas, conocí el cielo y caí en el abismo del placer.
Luego sentí hambre, fui a las alforjas en busca de la telera de pan y de la lata de lomo en manteca que me pusiste para el viaje; los dos comimos y bebimos hasta saciarnos. Luego, nos tumbamos en la hierba, abrazados.
Permanecí inconsciente durante un largo rato antes de darme cuenta de que estaba solo: ella había desaparecido de la misma forma misteriosa que llegó. ¡Ni siquiera me dijo su nombre!
– Dime, hijo, ¿tiene eso algo que ver con tu reciente viaje?
–Sí, madre. El otro día fui a Jerez para reunirme con unos compañeros en un restaurante y preparar acciones de protesta contra el Gobierno porque, como bien sabes, había expropiado parte de nuestras parcelas para construir la autovía de Jerez-Los barrios.
Cuando llegué, un camarero me condujo a la sala donde estaban reunidos mis compañeros de infortunio en torno a una larga mesa, bebiendo unas copas mientras charlaban. Al entrar todos se giraron hacia mí y un escalofrío recorrió mis entrañas, dejándome clavado en el sitio sin poder pronunciar palabra. Dirás que es imposible, madre; pero allí estaba… ¡Era ella, la misma muchacha!
Yo sólo tenía ojos para mirarla ¡Dios… qué mujer más guapa! Era ella, no cabe duda, tal como la conocí, parecía tener la misma edad, no había cambiado nada: alta, joven y hermosa; sus piernas largas, el cuerpo precioso, las curvas armoniosas y sensuales; sus senos de igual tamaño, firmes y erguidos… ¡Era la misma persona, estoy seguro! ¡Y han pasado más de veinte años, Dios!...
El hombre que dirigía la reunión me invitó a tomar asiento y me explicó lo que habían acordado antes de mi llegada: de aquella junta saldría una asociación de propietarios damnificados, nombraríamos a sus cargos directivos, elegiríamos el nombre de la asociación y se afirmarían sus metas: La defensa de los intereses ciudadanos ante el atropello de las autoridades. Que la voz del pueblo ultrajado, expresada en poesía, artículos, relatos, carteles coloridos, o de cualquier otra forma saliera de allí y alcanzara pueblos y ciudades.
Durante la reunión no dejé de contemplarla, de oír sus risas, su voz cantarina y fresca… Cuando tomaba la palabra su boca dejaba escapar palabras hermosas, que resonaban en cada rincón de la sala, argumentando y convenciendo a todos, y perturbando la paz de mi alma... ¡Dios, que guapa estaba con aquellos ojos negros como el azabache, aquellas pestañas tan largas y sus hoyuelos en la cara…!
– No puede ser la misma persona, hijo; es imposible. Últimamente, andas algo desquiciado…
– Lo sé, lo sé… Pero escucha un momento, madre: cuando llegó la hora de las despedidas, todos se levantaron de sus sillas y nos estrechamos las manos entre promesas de reencuentros e intercambios de números de teléfonos y direcciones. La chica se acercó a mí, me dio dos besos y se alejó, acompañada de un hombre tan joven como ella.

»Al ratito salí a la calle y la vi detrás de su coche sacando algo del maletero. Su compañero estaba dentro del vehículo. Ella me vio y me llamó. Me acerqué con algo de recelo, sentía como si unas uñas me arañasen las entrañas. Me dio un beso y dijo: “Esto es para ti, sé que te gusta mucho”.
Y me entregó una fiambrera con… ¡lomo en manteca!
Han pasado cuatro días, madre, he dormido todas estas noches mirando al techo, y aún no me he lavado la cara… para no borrar la huella que me dejaron sus labios.
¿Desquiciado dices? ¿Cómo quieres que me sienta? ¡No paro de darle vueltas al asunto!
La anciana lo miró con ternura y con una sonrisa pícara le preguntó:
– Aquel día, en el río… ¿No la dejarías embarazada?
– ¿Embarazada? ¡Embarazada! Pero entonces…
                                                      ......
Registrado en el R. de la Propiedad Intelectual de la Junta de Andalucía 
Clave: CA- 00286-2008

11 comentarios:

  1. Hola Juan:
    Veo que has colgado este nuevo y entretenido tema, me gusta imaginar al protagonista poniendo la gran cara de sorpresa al encontrarla después de tanto tiempo.
    Un gusto leerte.

    mario

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  2. Pues sí, Mario, habría que ver esa cara espantada, más que sorprendida.
    Dejo muchas preguntas en el aire para el lector: ¿Cómo sabía ella que iba a encontrarlo en esa reunión? ¿Por qué no se puso en contacto con él antes en vez de criar ella sola a la niña?
    ¿Qué hace el chico cuando comprende lo que ha sucedido?

    ¿Qué hubieras hecho en su lugar?
    Bueno, pues me alegro mucho de que te haya gustado. Puedes opinar también sobre el tema en www.Prosofagos.com. En foro de Prosa.Ya sabes que allí nos hemos reunidos todos aquellos usuarios expulsados o huidos de foros represivos, donde impera la censura.
    Éste es el mejor de la red, sin moderadores, sin censura, totalmente libre.
    Un abrazo.

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  3. En este enlace ya hablan de nosotros, los de Prosofagos,¡ sólamente hace unos meses abierto que hemos abierto!:

    NOTA
    "Para los que les gusten los foros literarios donde debatir de todo lo habido y por haber tienen un lugar donde seguro estarán a gusto. Se trata del foro argentino Prosófagos, que, a pesar del nombre, también se dedica a la poesía. Además, puedes colgar tus textos para que el resto de participantes les echen un vistazo y opinen sobre ellos."

    http://escritores.wordpress.com/2008/01/11/blog-y-web-
    repaso-semanal-11-1-2008-el-alma-disponible-
    prosofagos-indrisos-today-your-blog-tomorro-
    the-world-hankover-resaca-antonio-
    larrosa-diaz-y-nueve-puertas/

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  4. Anónimo3:02 p. m.

    hOLA JUAN SIEMPRE VOY CORRIENDDO Y SIN COMER AYSSSSSSS...ME VOY A QUEDAR EN EL ESPÍRITU DE LA GOLOSINA AJJAJAJ...
    LATEX JIJI
    OYE FUI DONDE CONCHI PERO CREO NECESITA MI CURRICULUM Y TU RECOMENDACIÓN,EM FIN QUE FUE UN PLACER LEERLA.
    TE DEJO MIL BESITOS DE AGUA Y MI CARIÑO D SIEMPRE
    MERCHY

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  5. Hermosa historia Juan!!! me encantó leerla...que sorpresa la del pobre hombre!!!
    Saludos.

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  6. Hola, Merchy, encantado de volver a leerte.Ya le hablé de ti a Conchi.Mil besos.

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  7. Hola, Claudia. Me alegro de que te guste lo que escribo.También me impresionan tus poemas, que admiro.
    Gracias por tu visita. Saludos.

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  8. Me encantó tu escrito. Y, como dices, dejas preguntas al aire, esa intriga que gusta al lector y que lo incita a seguir leyendo;)

    Nos leemos^^

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  9. Hola, My Lady, gracias por pasarte por mi blog. ¿Sabes?:Me animan mucho tus palabras y me alegro de haber logrado intrigarte.
    Mañana me paso a saludarte en tu espacio, te lo prometo.
    Saludos.

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  10. Genial Juan, un lujo y un placer leerte. Preciosa historia que te deja cavilando. Podías seguir por capítulos. Gracias Juan por todo.

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  11. ¡Hola, Mercedes, qué agradable sorpresa!
    Me alegro de que te guste y de que hayas estado leyendo antiguos archivos; demuestra que te gusta lo que escribo y saber eso reconforta y me anima a continuar escribiendo. Un beso enorme

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