
¿Has decidido ya qué vas a regalarle a tu hijo para Reyes?
¿Un perrito quizás?
Los animales no son juguetes de peluche teledirigidos que se mueven con pilas a nuestro antojo; son criaturas que tienen sentimientos como nosotros, los humanos: conocen a sus amos, distinguen entre una persona mayor, un bebé o un niño con quien jugar.
Agradecen el cariño que se les da, están contentos cuando ven a sus amos contentos, y se apagan y se ponen tristes cuando notan problemas o tristeza en el hogar que los acoge; y son tan fieles que morirían por defender a sus amos.
También sufren mucho cuando notan que no se les quiere; cuando se paga con ellos los errores cometidos o se les culpa de las desgracias propias.
Tener un perro es una gran responsabilidad, no es un juguete que se tira cuando uno se cansa. Piénsalo antes de comprárselo a tu hijo.
Tengo uno llamado Lucero, que el día 5 cumplirá 13 años, y desde hace unos tres meses, cada vez que lo saco a pasear, me encuentro a dos perros abandonados que me siguen pensando quizás que yo pueda también hacerme cargo de ellos. Lo haría con mucho gusto si tuviera una casa con patio o jardín; pero lamentablemente vivo en un piso, donde tener un solo animal ya es una responsabilidad muy grande.
Además, con adoptarlos a ellos no solucionaría el problema de los abandonos: cada día hay más animales deambulando por las calles. Animales que llegaron a los hogares un día como el de Reyes, con una cintita en el cuello y acurrucado en una canastita, que encandiló al niño al que iba destinado. Pero luego se hizo grande…
Te voy a poner a continuación el Diario de un Perro, para que tengas una idea de lo que sucede cuando no se piensan las cosas y se traen animales a casa como si fueran objetos, en vez de como criaturas vivas que son, con sentimientos, dudas y miedos como nosotros.
Si después de leerlo y ver el video decides regarle un perrito a tu hijo te felicito: es el mejor regalo que puedes hacerle: el animalito devolverá con creces el amor que le mostréis y os hará compañía en vuestros momentos de soledad. Seamos su amigo y compañero, seamos humanos en el más amplio sentido de la palabra y actuemos como tales; pero si no piensas regalarlo porque las responsabilidades son demasiadas, te felicito también, pues es mejor no comprar un animal que no va a querer luego, que comprarlo por capricho y arrojarlo a la calle cuando crezca: así evitarás el terrible sufrimiento que le causarías al abandonarlo.
Diario de un perro
Una semana
Hoy cumplí una semana de nacido. !Que alegría haber llegado a este mundo!
Un mes
Mi mama me cuida muy bien. Es una mama ejemplar.
2 meses
Hoy me separaron de mi mama. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.
4 meses
He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanitos". Somos muy inquietos, ellos me estiran de la cola y yo les muerdo jugando.
5 meses
Hoy me regañaron. Mi ama se molesto porque me hice "pipí" dentro de casa; pero nunca me habían dicho donde debo hacerlo. ¡Además duermo en la habitación!. Ya no me aguantaba!
8 meses
Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me dan también a mí. El patio es para mi sólito y me doy prisa escarbando, como mis antepasados los lobos, cuando esconden la comida. Nunca me educan. Ha de estar todo bien lo que hago.
12 meses
Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí mas de lo que ellos pensaban. Que orgullosos deben de sentirse de mí.
13 meses
Que mal me sentí hoy. Mi "hermanito" me quito la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quite. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que le hice daño sin querer. Después del susto, me encadenaron, casi sin poderme mover ni poder ver un rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy un ingrato, después de todo lo que han hecho por mí. No entiendo nada de lo que pasa.
15 meses
Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo... mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo un techo dónde cobijarme.
16 meses
Hoy me bajaron de la azotea. Seguro que mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba saltos de alegría. Mi rabo parecía que se me iba a salir. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Fuimos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me baje feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". No comprendo porque cerraron la puerta y se fueron. “ Pero esperad - ladré... se olvidan de mí. ! Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detendrían: Me habían abandonado y olvidado para siempre.
17 meses
He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero sólo dicen "pobre perrito", se debe haber perdido.
18 meses
El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzo una lluvia de piedras "a ver quien tenia mejor tino". Una de esas piedras me lastimo el ojo y desde entonces ya no veo con él.
19 meses
Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy delgado; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me hecha a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.
20 meses
Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me atropelló. Aunque yo estaba en un lugar seguro llamado "cuneta", Ojalá me hubiera matado, pero sólo me disloco la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastre hacia un poco de hierba de la ladera del camino. Llevo diez días bajo el sol, la lluvia, el frío, y sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal, me quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se esta cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: "No te acerques". Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. "Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo sienta señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la mire agradeciéndole que me ayudara a descansar. Solo sentí la inyección y me dormí para siempre, pensando en porque tuve que nacer, si nadie me quería.
Autor: Anónimo
Hola Juan!
ResponderEliminarHoy es la primera vez que no leo tu entrada al completo. Sabes porqué? Me duele, me duele mucho cuando se habla de los perros maltratados y peliculas o videos no puedo verlas. Solo de pensar ya me suben las lagrimas! Yo tengo mi Roger, fué adpotado, está en mi casa hace 7 años, tendra como 8 o 9años de edad, no lo se al cierto. Yo lo adopté y él me adoptó a mi, porque me ama como si yo fuera su maman. Es un encanto, cuando me ve llorar no sabe lo que hacerme y queda muy nervioso.Cuando esta enfermo y eso ocurre muchas veces, en la noche no se acuesta en su camita, me pide para dormir en mi cama (por encima de la ropa!)y ahí se queda tranquilito toda la noche. Es un amor! Debe haber sufrido mucho cuando era pequeñin, llegó a mi casa lleno de enfermidades y sigue teniendo bonquitis cronica.
Que pena que la gente siga echando a la calle los animales que ya no quieren. Son esas mismas personas que en las Navidades echan a sus mayores,como sus madres,abuelos, suegros en las urgencias de los hospitales y los dejan allí olvidados.
Qué triste verdad? Y quienes son esas personas, donde están?? Estan a tu lado, cerca de tí, tienen aparencia de buenas personas. No lo son, nunca lo han sido!!
Por eso, perdona Juan, estoy emocionada, me quedo por aqui!
Besiños
Flor
Hola Juan,
ResponderEliminaryo tengo un gato, hace ya cuatro años prácticamente, no entiendo cómo la gente puede ser tan egoísta, o o tener dos dedos de frente, y acaban abandonando a los animales.
Un animal es una responsabilidad, si quieres un juguete para tus niños cómprales otra cosa. Pero a cambio te dan amor y lealtad desinteresada.
Todas las mañanas iba voy a trabajar andando y paso por un polígono. en una de las naves hay un perro (que siempre me ladra), ya hace meses apareció otro, pero fuera, en la calle. Estaba abandonado, y buscaba algún tipo de compañía. Bueno, pues este segun do perro se pasaba las horas muertas frente a la empresa, asomando el hocico por la verja para poder tener un ligero contacto con el perro de dentro.
Un día el perro dejó de venir, y semanas después me enteré de que lo habían sacrificado. ¿Te puedes creer que hay noches que sueño con ese perro y con la mirada triste que tenía?
En fin, que hay que ser más animal que ellos para abandoarlos.
Un abrazo.
Hola Juan,
ResponderEliminarVaya entrada te has marcado, no me ha gustado pero es necesaria. Y no me ha gustado porque me entristece mucho el abandono y maltrato de animales. La gente es muy irresponsable. Para mí una mascota es otro miembro de la familia y por lo tanto no se me ocurriría nunca hacerle eso.
Lilith, mi gata es la reina de la casa. Espero que este año no se abandonen tantos amiguitos.
Besos.
tu entrada es un llamado de atención que considero muy valioso.
ResponderEliminarNo tengo mascotas, me encantaría tener un perro, pero no estoy todavía segura si me comprometería a cuidarlo como corresponde (sacarlo a pasear, por ejemplo) Yo también vivo en un piso como vos, no hay tierra, no hay patio y los an8imales necesitan su espacio.
Lamentablemente muchas personas llevan a los animales y los abandonan en las rutas.
Será que ya la humanidad es una animalidad?
O es al revés?
Qué dolor de cabeza trae todo esto.
Voy a volver a leerlo.
No quiero quedarme confundida.
Te dejo un beso
Triste la historia, pero ocurren a diario.
ResponderEliminarUn placer leerte.
El mejor de mis deseos para ti en este nuevo año.
Hola, Flor: lamento que te cause tanta pena y lo entiendo: también yo sufro cuando veo tanto animal abandonado. Sobre todo, después de vacaciones,que los traen para abandonarlos luego la marcharse en las playas.
ResponderEliminarSé que no es una entrada agradable, pero piensa en la gente que se prepara para regalar un perro en esta fiesta de Reyes y que luego no querrán hacerse cargo de él.
Un beso, y perdona por el mal rato que te he hecho pasar.
Hola, Jesús, ¡claro que me lo creo!
ResponderEliminarEn este mundo hay de todo, lo mismo de animales salvajes que personas salvajes. Hay quien tiene muchos perros para usarlos para cazar, y el día que no cazan o les estropea la caza, los cuelgan de una cuerda.
Yo a veces me quejo de mi perro porque no me deja viajar a ver a mi familia ni a ver mundo; y si lo dejo en una residencia canina me lo encuentro luego casi enfermo y desnutrido porque,según me dicen, se niega a comer; pero entiendo que no es culpa suya: él no pidió venir a mi casa, y por lo tanto debo cargar con la responsabilidad de cuidarlo mientras el animal viva.
Antes que él tuve una gatita durante once años,Elsita, protagonista de uno de los cuentos de mi blog, que tuve que sacrificar al final por una enfermedad que la hacía sufrir.
Un abrazo, amigo, me alegro de que también tengamos en común el amor a los animales.
Vero, tú lo has dicho: son uno más en la familia, por eso se les quiere tanto. Con el tiempo sufren como nosotros: artrosis, bronquitis, quistes, dolores...
ResponderEliminarY es entonces cuando más cariño necesitan.Mi perro tiene trece años, que son 91 de los nuestros, y está más cariñoso y nos alegra más que nunca. Cada dos meses viene su veterinario a visitarlo, en plan de mantenimiento, y se extraña de la vitalidad y energías que muestra.
Un beso,amiga, la próxima entrada no te haré sufrir.
SUSURU, haces bien en no tener animales si no estás segura de poder cuidarlos como merecen. No solo es sacarlo a la calle y recoger sus cacas,que en estos días lluviosos ya supone un sacrificio: hay que vacunarlos cada año, curarlos cuando cogen algun catarro o enfermedad, ponerles el chip, y alimentarlos adecuadamente.
ResponderEliminarYo, cuando veo a un vecino con un perro y le pregunto si tiene el chip y si está vacunado y me dice que no,que en su casa no peligra de nada, sé que terminará por abandonarlo.
Un beso, amiga, seguimos en contacto.
Hola, Salvador, el "Gran Poeta". Me alegro mucho de tu visita y comentario. Sí, desgraciadamente, ocurre a diario el abandono de animales en las carreteras y calles.
ResponderEliminarAlgunos pueblos, como Arcos, ya han puesto a disposición de la policía los lectores de chips para multar a los dueños de los perros que encuentren en la vía pública.Aquí, en una ciudad tan noble e importante como es El Puerto,la policía aún no los tiene.
O no los usan, que es peor.
Un abrazo, nos leemos.Feliz año también para ti, cargado de éxitos.
No, Juan no tienes que pedirme disculpa, no me has hecho pasar ningun rato malo! Yo soy así, sensible, pero entiendo que hay que denunciar todo esto.
ResponderEliminarYo ya he hecho mi parte adopté a mi Roger, siempre enfermito, pero lindo y muy tierno.Con tantos problemas de salud que me dió y me sigue dando, NUNCA EN LA VIDA pasó por mi cabeza abandonarlo o al principio llevarlo de vuelta a la asociacíon. Si él también ya me habia adoptado, si, así que me conoció me miró y dijo "Esta es mi maman!!!"
LOS ANIMALES SON NUESTROS AMIGOS!!!
Beijinhos
Flor
Hola tengo un cocker el cual me ha robado el corazón, regala sin esperar nada a cambio, te arropa cuando necesitas calor...
ResponderEliminarVamos que... sin palabras.
Un besito y feliz año.
Te felicito, amiga, Darilea por tener esos sentimientos tan nobles hacia nuestros pequeños compañeros de viaje y tambien disfrutar así de tu cariñosa mascota.
ResponderEliminarBesitos en tu carita para ti y otro en la cabecita para el coker.
Hola Juan, por fin me doy tiempo de entrar a leerte y es como siempre un placer....Me he dado cuenta de como quieres a tu Lucero y yo tambien tengo un perrito y aunque me lo regalaron a mi, mi esposo se hace cargo de el...yo solo le hago cariñitos..no soy de dedicar tanto tiempo a los animalitos, pero cuando lo hago nos divertimos los dos.
ResponderEliminarBueno y ahora me voy a dormir..tratare de entrar mas seguido a leerte y espero que, muy pronto Mario, tu y yo podamos "coincidir" en MSN..Un fuerte abrazo y muy feliz dia de Reyes...
May
Hola, May, un placer verte de nuevo por acá. No sabía que tenías un perro,¿te lo ha regalado ahora tu marido? Desde que se ha jubilado apenas tienes tiempo para los amigos, Mario y yo te echamos en falta. Espero poder platicar pronto con vostros como antes. Un beso
ResponderEliminarCuantos annimales andan perdidos por ahí y la fgente no les importa nada. El amor que una mascota como la que mencionas nos brinda, le hacen falta a muchos humanos.
ResponderEliminarEsta historia que nos relatas, sucede en todas las ciudades del globo. es un cuento, hasta triste, pero observado desde la óptica canina es una crítica a la deshumanización por parte de la raza humana.
Te agradezco y sobre todo las Protectoras de animales,el mostrarnos la cara desde el punto de vista del propio animal. Con afecto y estima, Ruben
Qué razón tienes, hijo, yo, por si acaso, regalo peluches que sufren menos, aunque acumulen más polvo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Juan, y felices Reyes :-)
De acuerdo en todo lo que dices, Rubén, te agardezco tu valiosa .
ResponderEliminarUn abrazo.
Y yo, Ana, también prefiero
ResponderEliminarregalar juguetes antes que animales, pues sé de los sacrificios que requiere el mantenerlos y cuidarlos adecuadamente.
Un beso.
¿Mis reyes? Creo que he sido muy malo este año,y como no me los compre yo mismo...
Otro besito.
Juan, tienes toda la razón. No entiendo a las personas que regalan una mascota y que cuando llegan las vacaciones son capaces de abandonarlas. Ojalá se endurezca la ley contra el maltrato animal, aquí parece que si no es así, no hacemos nada.
ResponderEliminarEl video es agridulce, amigo. Al principio es precioso, pero al final se me han saltado unas lágrimas, es tremendo, pero he hecho el esfuerzo de verlo hasta el final, aunque no siempre lo hago, cuando se trata de esos casos, pero es que es la realidad. La voz del narrador es envolvente y sabe transmitir lo narrado, así que todavía es más efectivo. Esperemos que vayamos civilizándoles, porque como decía Gandhi, el grado de civilización se ve en el trato que les damos a los animales. Yo ahora tengo dos perritas, la mía, que si recuerdas la presenté en el hilo que abriste en un foro, Bunny, y la de mi madre, Nora, pequeñita, también mezclada, que me la he quedado yo, porque es un miembro más de la familia, de pleno derecho. Ni se nos pasó por cabeza darla a otra gente.
¡Felices Reyes, amigo!
Un abrazo fuerte,
Margarita
Querido amigo: Yo también tenía un perro que se llamaba Lucero. Durante muchos años fue un gran amigo. Un día hubo que sacrificarlo pero aún lo llevo en el recuerdo.
ResponderEliminarAhora tenemos otro, un perro común, sin raza ni pedigrí, blanco, con manchas marrones, dos orejas desproporcinadas siempre apuntando a las nubes y un rabo largo, nervioso y juguetón que pretende capturar en los momentos de aburrimiento, dando vueltas como una reolina incansable, como hago yo a veces con algunos de mis sueños.
Se llama Yago, como el confidente de Otelo, y es uno más de la casa. Aquí a todos nos gustan los animales. Mi hijo pequeño le pidió a los reyes un hamster en vez de juegos para la Xbox, y ahí lo tiene, en una jaula que le compramos que es como un chalé para ratones, viviendo a manta de Dios, sin hipoteca, sin préstamos, sin tarjetas, si otro trabajo reconocido que el de hacer feliz a un niño. Pero solo por eso se merece vivir como vive y aun mejor, como el Yago.
Un estupendo artículo el tuyo. Gracias y un abrazo.
Hola Juan vuelvo de nuevo, leo tu respuesta a mi comentario y te respondo que, el perrito me lo regalaron para mi cumpleaños mis hijos, asi que ya tengo con el 11 meses..seguro que si te conte, pero lo olvidaste...
ResponderEliminarBueno pues como ves, me estoy dando mas tiempo de entrar a leerte..ahora me ire al blog de Mario, hace mucho que no lo visito....por cierto, ya volveria de Monterrey? ese Mario si que se la pasa viajando y hace muy bien..
Te dejo un abrazo...y una flor
May
Hola, Margarita: Gracias por tu visita y buenos deseos, también yo deseo lo mejor para ti en este año que comienza.
ResponderEliminarMuy buena la frase de Gandhi, hay mucho salvaje entre nosotros que sólo usan a los animales para esclavizarlos y cuando no les sirven los matan o abandonan.
Sí, me acuerdo que nos contaste la historia de Bunny. Me alegro de que aún esté contigo y que tengas otro miembro más en la familia.
Mi perro está delicado pero lo vamos sacando adelante. Es un tesoro como amigo y compañero
¿Mis reyes?
Un libro y un marco digital para ver las fotos, con capacidad para 500 imágenes(Mi mujer y el perro se pasan las horas mirandolas.
) Un beso muy fuerte.
Hola, amigo José Antonio, un placer leer tu estupendo comentario. Qué bueno que tu hijo prefiera un animal a otro trasto electrónico. Mi nieto es lo contrario: solo piensa en juegos.Al parecer, eso es lo que le han comprado sus padres.
ResponderEliminarMis hijos siempre han tenido algún animal: grillos, topos, tórtolas,hamters, peces, canarios, perros y gatos. Y ahora que están casados y viven en diferentes ciudades también tienen perros en casa.
Mi Lucero no es de raza pura, es un cruzado de Bretón y Caniche; nació sin rabo y tiene las orejas colgando. Hace tres años que sufre una enfermedad en el estómago y le damos alimento especial.
Un fuerte abrazo,amigo, y ojalá este año nos traigas alguna alegría literaria.
May, me alegro de verte de nuevo, no recuerdo que me contaras lo de tu regalo de cumpleaños.Me alegro de que fuese un perrito, así estará más acompañada, ¡ja,ja,ja!
ResponderEliminarAcabo de platicar con Mario por MSN y está aún en Monterrey. Dice que ha hecho un bonito reportaje fotográfico que nos mostrará en su blog a su regreso la semana que viene.
Un beso, amiga.
Querido Juan, maltratar a un animal es lo mismo que maltratar a un niño; es de una bajeza y cobardía que asusta...El relato es muy triste, pero quizás pueda ablandar un corazón duro; el de aquellos que piensan que los animales no tienen derechos, al igual que nosotros, a tener una vida, una buena vida, con los cuidados y el respeto que merecen la ternura, la incondicionalidad que nos brindan. El regalo de su afecto y la fidelidad, QUE NO TODOS LOS HUMANOS ESTAMOS DISPUESTOS A DAR! en ellos es el pan diario; dar todo para conformarse con poco a cambio.
ResponderEliminarTambién tengo una, Morena, una perrita de la calle, desde hace casi 14 años, y con sólo pensar que está en su cuenta regresiva, se me hace un nudo en la garganta...ya está enferma del corazón; pero me consuela saber que su vida es buena y es amada.
Deberían hacerse más campañas para proteger animales domésticos de los peligros de la calle y sobre la responsabilidad que implica tenerlos.
Un abrazo inmenso
Gracias, amiga Claudia, tu comentario nos muestra tu dulzura y sensibilidad. Asumo todo lo que dices respecto a estas criaturitas que nos acompañan, y ojalá los gobiernos pongan fin al maltrato y abandono de ellas, aplicando las leyes (que ya existen, pero tienen olvidadas en algún cajón) para defender sus derechos.
ResponderEliminarUn beso fuerte para ti y caricias en la cabecita de Nora.
Es una de las historias más duras que he tenido la oportunidad de leer. ¡Qué irresponsable son algunos!
ResponderEliminarNo sé si tú eres el autor del diario (aunque he visto lo de anónimo); en cualquier caso, merece ser objeto de una campaña a nivel mundial, para concienciar a a quellos que lo necesitan.
Un abrazo, querido Juán.
Hola, amigo g.l.r: No soy el autor del texto, es un anónimo que lo colgó en internet. Si escribes Diario de un perro en el buscador te salen docenas de páginas con el texto.
ResponderEliminarEl video es de una asociación protectora de animales.
La realidad es aún peor:estamos en época de caza y a veces uno se sonroja y se enfuerece cuando oye las conversaciones de algunos cazadores. Cosas como éstas: " El perro espantó la pieza y lo colgué por el cuello a la rama de un árbol. No merecía la pena gastar un cartucho".
Lo de los perros es solo una cara del informe del maltrato del Hombre hacia las demás especies. Yo me pongo enfermo cuando en los programas de televisión justifican el asesinato de animales de especies protegidas con la excusa de que son animales enfermos que hay de eliminar para proteger a los otros. ¿Cómo saben que están enfermos si los miran con teleobjetivos y los abaten desde lejos cuando se ven corriendo sanos y fuertes? El negocio de la caza mueve muchos millones y hace que las autoridades miren hacia otro lado.
Como ejemplo el Rey, que según PETA y varios entidades fue a cazar osos porque aquí escandalizaría a la opinión pública esa pasión suya.Teclea en el buscador la frase"El Rey caza osos" y verás.
O el tema deterrible arrojar cabras y mulas desde los campanarios para divertir a cuatro borrachos exaltados en las fiestas locales de algunos pueblos salvajes.
En fin, amigo, estaríamos hablando largo y tendido sobre la hipocresía del Hombre, que hace leyes de protección pero permite que se incumplan.
Un abrazo y gracias por expresar tu opinión. Feliz año.
Pues yo estoy harto de perra, pero qué se le va a hacer, si se le quiere más que a mí.
ResponderEliminarPero un perro en una casa... es que cansa. Por lo menos a mí.
Y yo también, Manuel, pero una cosa es que estés cansado y te aguantes, y otra abandonarlo en la carretera o la calle.
ResponderEliminarYo no puedo viajar porque no admiten perros en la mayoría de los establecimientos, ahora que tengo tiempo, y también debo levantarme temprano para sacarlo a paseo.
Por nada del mundo lo abandonaría, lo aguantaré mientras viva.
Si decidiese abandonarlo o dejarlo en una perrera mis hijos jamás me lo perdonarían, e incluso ni yo mismo.
ResponderEliminarAsí que lo seguiré aguantando.
Por supuesto, amigo Manuel, sé que no serías capaz de abandonarla. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario. Comeletras. Feliz año. Saludos.