La vida está compuesta
de etapas que se suceden una a otras sin alterar el ambiente, como las olas del
mar.
Yo he cerrado una etapa muy importante de mi vida que me ha
procurado grandes momentos de felicidad y también de dolor. He procurado hacer
felices a los demás, aun a costa de humillarme y tragar sapos y culebras.
Me han hecho mucho daño y yo he correspondido haciéndolo: La
acción genera reacción
Ha llegado la hora de dejar los sueños y fantasías y poner
los pies en tierra.
Soy agradecido, no olvido nunca a quienes me dieron amistad
y alegraron mi vida, y aunque me abandonen
les seguiré queriendo. Pero voy a arrojar lastre para navegar más seguro y
rápido. Quedarme con lo bueno para recordar, y aprender de los errores
cometidos para no repetirlos.
Mejorar mi
receptividad, el respeto y la atención a las personas va a ser mi carta de
navegación por los mares de la vida.
No voy a cambiar mi personalidad para contentar a nadie; soy
el que soy, mostrando mi genio a veces, y mi lealtad, comprensión y cariño en
otras. Yo me quiero así. Nadie debe ponerme condiciones para ser mi amigo, se
me acepta tal cual soy, con mis valores y defectos, o no es mi amigo.
Tengo a muchos conocidos y amigos, unos más que otros, y a
todos los respeto y acepto como son, con sus rarezas y genialidades. Todos
juntos, con nuestras diferentes maneras de ser, formamos la Humanidad. Las
diferentes personalidades enriquecen y hacen la convivencia más atractiva,
porque si todos vistiéramos igual, pensáramos igual, comiéramos lo mismo, trabajásemos
en lo mismo y habitásemos en las mismas viviendas sería terrible, como ya se ha
demostrado en los países donde gobernaba el pensamiento único. Y, además, no
tendríamos tema de qué hablar. Todos actuaríamos de la misma manera. Sería
aburrido, ¿no creen?
En vez de rechazarnos por nuestras diferentes
personalidades, debemos enriquecernos aprendiendo lo bueno de ellas.
Que sea como tu quieres Juan.
ResponderEliminarCada día que pasa aprendemos algo.
Cada día que pasa nos vamos quedando más solos.
Saludos.
Estoy muy de acuerdo contigo. Antes de amar a los otros tenemos que amar a nosotros mismo. Respectar los otros para ser respectados. Acceptar los demás como son. Amar las pequeñas cosas porque son ellas que nos aportan felicidad.
ResponderEliminarBesos y cariños Juan!!!!!
Flor.
Si nonos amamos nosotros como seres imperfectos mal podemos amar al resto.
ResponderEliminarSi buscáramos la perfección seguramente no tendríamos ni un amigo y no podríamos mirarnos al epejo. Tengo defectos, tienes defectos todos los tenemos. Solo debemos eso si aprender que el otro quizás sea diferente, piense de otra manera, pero nos quiera.
Tu te quieres, yo me quiero y te quiero como a ti a muchos. Un beso enorme mi muy muy muy querido amigo!!
Juan:
ResponderEliminarAmigo tienes razón, en la vida es mejor contar con amigos y aprender un poco a la ves de todos con quienes tenemos contacto.
un gusto saludarte Mario
Tienes razón, Toro salvaje: cada día más solo. A veces, si no siempre, es debido a mi carácter: soy muy exigente hasta conmigo mismo. Saludos
ResponderEliminarAsí debe ser, María Isabel. Gracias por tu aporte. Un beso
ResponderEliminarSi hubiera pensado tan sabiamente como tú, maría Susana, no hubiera perdido tantos amigos. De todo se aprende, incluso del sufrimiento.Un beso fuerte,amiga mía.
ResponderEliminarBueno, Mario, pues intentaré retomar la dirección correcta en el camino de la vida. El consuelo que me queda es saber que si hubieran sido verdaderos amigos no se hubieran ido; los amigos verdaderos nunca abandonan, se quedan cuando ya no hay nadie más. Un abrazo
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