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lunes, octubre 27, 2014

EL CASO DEL DOCTOR ALEJO

                       
 foto bajada de la red

El doctor Alejo murió asesinado. Indudablemente murió estrangulado. 
Todo parecía en orden: la puerta estaba cerrada con llave, las ventanas tenían rejas y éstas no habían sido forzadas. La policía había hallado el cadáver sentado en el sofá frente a un gran espejo. Estaba desnudo bajo  una bata de seda. Junto al sofá, había una corbata en el suelo. La policía había buscado huellas, interrogado al portero del edificio y a los vecinos; pero todo fue en vano, nadie había visto ni oído nada anormal en la vivienda del doctor Alejo. Según el forense, llevaba dos días muerto.

 De pronto, una idea cruzó velozmente por la mente perversa de la inspectora Julia.

— Examinen sus genitales, busquen restos de semen — ordenó a los agentes del laboratorio.

Efectivamente: en esa zona encontraron restos de esperma ya seco pegado a la piel y al vello púbico. El forense afirmó que el doctor Alejo había eyaculado poco más o menos a la misma hora de su muerte. Entonces la inspectora se dirigió a sus subalternos y explicó:

— La Autoasfixia erótica es una perversión sexual importada  por los legionarios franceses de la guerra con Indochina. Pero esta práctica está documentada desde el medievo: algunos ahorcados alcanzaban la erección mientras morían, incluso llegaban a derramarse en sus ropas. La erección les duraba a veces algunas horas después de muerto. Varios personajes famosos han muerto del mismo modo a lo largo de la Historia: David Carradine, el que hacía la serie televisiva "Kunfú", ha sido el último.
La técnica contra la disfunción eréctil que aprendieron los franceses en Indochina consistía en estrangular al sujeto poco a poco hasta que alcanzaba la erección y podía copular como cualquier otro. Esta técnica necesitaba la ayuda de otra persona, la cual le apretaba el cuello vigilando de no propasarse, generalmente la misma persona con quien acabaría fornicando; pero no era necesario: uno mismo, tras aprender el método, podía hacerlo.

 En la agenda del doctor Alejo verán el número de teléfono de una   masajista tailandesa que  anuncia en el Diario de Cádiz juegos  sexuales  sadomasoquistas. Y si examinamos las llamadas realizadas con su móvil veremos que aparece ese número varias veces. Creo que el doctor recibía a domicilio los servicios de esa señora.


 El doctor Alejo era un pervertido, pero esta vez, al estar la puerta cerrada con llave y no hallarse ninguna huella de otra persona, deduzco que estaba solo y se le ha ido la mano. Señores, el doctor Alejo se ha suicidado.  Caso resuelto.

2 comentarios:

  1. Tanto deseo de placer que llegar hasta la misma instancia de la muerte?
    Macabro, pero muy bien llevado.
    Un abrazo grande caro Juan.

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  2. Pues esos casos existen, amiga genessis. Es tal como lo explico después de haber buscado información en la red. Artistas de cine, cantantes y políticos han encontrado la muerte practicando esa perversión llamada Autoasfixia erótica. Gracias por estar siempre con tus cálidas y amables palabras. Un beso

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