Le estoy tomando gusto al estilo literario de Fernando Aramburu.
El primer libro de él "Patria", que leí el mes pasado, me llamó poderosamente la atención su forma de narrar, diferente a cuanto yo había leído hasta entonces.
Por eso he repetido con otro libro suyo. "Años Lentos", cuyo tema es el mismo: el gusano del independentismo inoculado por los curas en las almas inocentes de los jóvenes vascos.
Pero es que en este Aramburu usa una técnica desconcertante aunque resulta amena:
El narrador es el mismo protagonista que le va dictando al escritor Aramburu lo que debe escribir, algo así: " Esto te lo digo confidencialmente, pero no lo pongas, no sea que... Lo otro sí, pero sin tantas descripciones para no cansar al los lectores, se supone que son adultos". Y poco a poco va surgiendo la Historia.
Y así, en tres días, leyendo a ratos, me he leído esta interesantísima novela que nos acerca más al pueblo rural vasco cuando debía soportar la presión de la ETA, que a través de sus espías, los curas conocían al detalle la vida y pensamientos de cada paisano.
En este libro, que ganó el VII Premio Tusquet de Novela, el narrador, un niño que vive en casa de sus tíos, nos cuenta la atormentada vida de su primo, un joven reclutado por el cura del pueblo, quien le convence para cometer atentados. Perseguido por la policía, huye a Francia. Después de un tiempo de pasar calamidades y abusos por parte de la organización, le entra la nostalgia de lo que ha dejado en su pueblo y arrepentido, decide volver.
Su hermana es una chica obesa que pasa la vida con una pandilla de chicos, con los que fornica a diario. Se queda embarazada y no sabe quién es el padre. Como no desean escándalo, su familia la casa tres meses antes de parir con el tonto del pueblo como mal menor.
En fin , que me ha gustado mucho y pienso seguir leyendo a este reconocido autor, al que yo, como a tantos otros escritores famosos, desconocía
RESUMEN DE LA CONTRAPORTADA
A finales de la década de los sesenta, el protagonista, un niño de ocho años, se va a San Sebastián a vivir con sus tíos. Allí es testigo de cómo transcurren los días en la familia y el barrio: su tío Vicente, de carácter débil, reparte su vida entre la fábrica y la taberna, y es su tía Maripuy, mujer de fuerte personalidad pero sometida a las convenciones sociales y religiosas de la época, quien en realidad gobierna la familia; su prima Mari Nieves vive obsesionada por los chicos, y el hosco y taciturno primo Julen es adoctrinado por el cura de la parroquia para acabar enrolado en una incipiente ETA. El destino de todos ellos –que es el de tantos personajes secundarios de la Historia, arrinconados entre la necesidad y la ignorancia– sufrirá, años después, un quiebro. Alternando las memorias del protagonista con los apuntes del escritor, Años lentos ofrece además una brillante reflexión sobre cómo la vida se destila en una novela, cómo se trasvasa el recuerdo sentimental en memoria colectiva, mientras su escritura diáfana deja ver un fondo turbio de culpa en la historia reciente del País Vasco. VII Premio Tusquets Editores de Novela.
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