Este libro es muy interesante para estudiosos y profesionales de Ciencias Políticas, Empresariares y Económicas. Debería ser de obligada lectura y estudio en las escuelas e Institutos.
Yo no estudié Ciencias Económicas, por eso me ha costado mucho leerlo y apenas si me he enterado de nada.
Bueno... es un decir, algo se me ha quedado, que uno come bien y las neuronas me funcionan perfectamente, de momento.
Pero lo cierto es que para mí, que soy lector de novelas, un ensayo tan minucioso y de tal calidad como éste se me ha hecho más pesado que un garbanzo tostado en la boca de un viejo desdentado.
Lo he acabado porque me lo regalaron los Reyes Magos y no quiero que esos pobres hombres, que se desplazaron desde tan lejos para traérmelo, se enfaden conmigo.
Y es que en cada página aparecen tantos nombres de personajes famosos y premiados en Economía, tantas siglas de organizaciones y nacionales y supranacionales imposibles de retener en la memoria, que al pasar la página ya se han olvidado todas. Pero bueno, voy a lo que sí he aprendido:
Desde hace algunos años se cultiva la cultura del miedo. Una sola palabra intencionada, un anuncio o sugerencia premeditado realizado por una entidad financiera o persona con cargo importante en la Administración puede hundir la bolsa en cuestión de horas, puede doblegar voluntades en la negociación de los convenios colectivos, puede obligar a cerrar negocios, puede hacer transigir a los obreros, obligándoles a aceptar sueldos más bajos a cambio de conservar su puesto, etc...
1º He aprendido la doctrina de Keynes que tanto citaba Felipe González, y la contraria, cuyo nombre ya no recuerdo (¿Veis lo que os dije?)
«Ante una grave crisis, el Gobierno debe propiciar la inversión y la creación de puestos de trabajo invirtiendo en infraestructuras y facilitando el crédito para que la economía no se estanque.»
2º Que la crisis actual mundial ya se había producido antes, con el Crak de la bolsa de Nueva York en 1930. Que aquella hecatombe había sido prevista muchos años antes por algunos economistas, como Keynes, quienes fueron silenciados o ninguneados.
3º Que de la Gran Depresión de 1930 fue posible salir gracias a la aplicación de la doctrina de Keynes, la misma que posibilitó a Europa de recuperarse y progresar tras la 2ª Guerra Mundial, propiciando los treinta años de mayor progreso y bienestar de la historia de Europa.
4º Que fue la Sra Margaret Thatcher la primera que abandonó la filosofía keynesiana y retornó a las doctrinas capitalistas que promulgaban el libre comercio, la desregulación de los mercados y convenios laborales, los recortes sociales, eliminación de sindicatos...
5º Que en los años 80 ya se había anunciado la llegada de una nueva Gran Recesión y que nadie hizo caso, y que ahora que estamos inmersos en ella hasta las cejas se están aplicando los métodos de la Thatcher en vez de la de Keynes.
Keynes decía que ante una crisis el Gobierno debe propiciar la inversión y la creación de puestos de trabajo invirtiendo en infraestructuras para que la economía no se estanque. Primero es esencial crear empleo y riqueza: el que trabaja consume y paga impuestos; el que no trabaja no produce, no compra y consume dinero público en ayudas.
La segunda prioridad, una vez el proceso de recuperación esté en marcha, es vigilar y reducir el déficit.
Lo que se está haciendo actualmente es lo contrario: el objetivo es reducir el déficit público a costa de eliminar gastos sociales, detener las inversiones en infraestructuras, limitar el crédito a las empresas y a los consumidores.
La falta de créditos a las empresas y la nula inversión pública arroja al desempleo a la población. Ésta deja de consumir, de cotizar a la Seguridad Social y de contribuir a engrosar la Hacienda del Estado, y pasa a ser devoradora del presupuesto estatal para ayudas sociales, lo cual produce una paralización del país.
La conclusión del libro es la que todos sabemos: nuestros hijos vivirán en peores condiciones que las nuestras y nuestros nietos peores que las de nuestros hijos, a no ser que...
Keynes dijo después de la 1ª Guerra Mundial que no se debía poner trabas y obligaciones imposibles de cumplir a un país, pues al final no podrían hacerles frente y ello acabaría en revuelta. Nadie le hizo caso y las duras condiciones que impusieron a Alemania los vencedores acabaron en una segunda guerra.
Traducido al cristiano: las duras condiciones que se están imponiendo en países en crisis como Grecia, Portugal, Irlanda, España y otros pueblos pueden lograr que éstos se nieguen a pagar la deuda y la gente, hambrienta y sin ilusiones, se lance a la calle.
Pero todas esas cosas ya las intuía yo ante el cariz que está tomando la Situación en una Europa gobernada por los mercados y no por los gobiernos salidos de las urnas.
Si os gusta la Economía, este libro os va a encantar.
Si no os gusta la Economía, pero sois masoquistas, este libro os va a encantar.
Si lo que os gusta leer son libros que traten de Historia, novelas policíacas, de espías o románticas, poemarios o cuentos... ¡no compréis este librot!
Y es que en cada página aparecen tantos nombres de personajes famosos y premiados en Economía, tantas siglas de organizaciones y nacionales y supranacionales imposibles de retener en la memoria, que al pasar la página ya se han olvidado todas. Pero bueno, voy a lo que sí he aprendido:
Desde hace algunos años se cultiva la cultura del miedo. Una sola palabra intencionada, un anuncio o sugerencia premeditado realizado por una entidad financiera o persona con cargo importante en la Administración puede hundir la bolsa en cuestión de horas, puede doblegar voluntades en la negociación de los convenios colectivos, puede obligar a cerrar negocios, puede hacer transigir a los obreros, obligándoles a aceptar sueldos más bajos a cambio de conservar su puesto, etc...
1º He aprendido la doctrina de Keynes que tanto citaba Felipe González, y la contraria, cuyo nombre ya no recuerdo (¿Veis lo que os dije?)
«Ante una grave crisis, el Gobierno debe propiciar la inversión y la creación de puestos de trabajo invirtiendo en infraestructuras y facilitando el crédito para que la economía no se estanque.»
2º Que la crisis actual mundial ya se había producido antes, con el Crak de la bolsa de Nueva York en 1930. Que aquella hecatombe había sido prevista muchos años antes por algunos economistas, como Keynes, quienes fueron silenciados o ninguneados.
3º Que de la Gran Depresión de 1930 fue posible salir gracias a la aplicación de la doctrina de Keynes, la misma que posibilitó a Europa de recuperarse y progresar tras la 2ª Guerra Mundial, propiciando los treinta años de mayor progreso y bienestar de la historia de Europa.
4º Que fue la Sra Margaret Thatcher la primera que abandonó la filosofía keynesiana y retornó a las doctrinas capitalistas que promulgaban el libre comercio, la desregulación de los mercados y convenios laborales, los recortes sociales, eliminación de sindicatos...
5º Que en los años 80 ya se había anunciado la llegada de una nueva Gran Recesión y que nadie hizo caso, y que ahora que estamos inmersos en ella hasta las cejas se están aplicando los métodos de la Thatcher en vez de la de Keynes.
Keynes decía que ante una crisis el Gobierno debe propiciar la inversión y la creación de puestos de trabajo invirtiendo en infraestructuras para que la economía no se estanque. Primero es esencial crear empleo y riqueza: el que trabaja consume y paga impuestos; el que no trabaja no produce, no compra y consume dinero público en ayudas.
La segunda prioridad, una vez el proceso de recuperación esté en marcha, es vigilar y reducir el déficit.
Lo que se está haciendo actualmente es lo contrario: el objetivo es reducir el déficit público a costa de eliminar gastos sociales, detener las inversiones en infraestructuras, limitar el crédito a las empresas y a los consumidores.
La falta de créditos a las empresas y la nula inversión pública arroja al desempleo a la población. Ésta deja de consumir, de cotizar a la Seguridad Social y de contribuir a engrosar la Hacienda del Estado, y pasa a ser devoradora del presupuesto estatal para ayudas sociales, lo cual produce una paralización del país.
La conclusión del libro es la que todos sabemos: nuestros hijos vivirán en peores condiciones que las nuestras y nuestros nietos peores que las de nuestros hijos, a no ser que...
Keynes dijo después de la 1ª Guerra Mundial que no se debía poner trabas y obligaciones imposibles de cumplir a un país, pues al final no podrían hacerles frente y ello acabaría en revuelta. Nadie le hizo caso y las duras condiciones que impusieron a Alemania los vencedores acabaron en una segunda guerra.
Traducido al cristiano: las duras condiciones que se están imponiendo en países en crisis como Grecia, Portugal, Irlanda, España y otros pueblos pueden lograr que éstos se nieguen a pagar la deuda y la gente, hambrienta y sin ilusiones, se lance a la calle.
Pero todas esas cosas ya las intuía yo ante el cariz que está tomando la Situación en una Europa gobernada por los mercados y no por los gobiernos salidos de las urnas.
Si os gusta la Economía, este libro os va a encantar.
Si no os gusta la Economía, pero sois masoquistas, este libro os va a encantar.
Si lo que os gusta leer son libros que traten de Historia, novelas policíacas, de espías o románticas, poemarios o cuentos... ¡no compréis este librot!