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miércoles, septiembre 18, 2019

EL SORDO, La película



 
Bueno, pues esta tarde mi esposa y yo hemos visto la película El Sordo, que trata sobre el maquis tras la Guerra Civil española.

Sinopsis publicada por sensacine
Película no recomendada a menores de 16 años.
Año 1944. Han pasado años tras la Guerra Civil Española, pero muchos maquis siguen escondidos combatiendo al franquismo. Uno de ellos es Anselmo, (Asier Etxeandia),  un guerrillero español que trabaja en las montañas y tras un accidente que saboteó una de las operaciones se queda sordo. Solo ante el peligro, esa sordera le acompañará siempre y se convertirá en su peor enemigo. Pero la pérdida de uno de sus sentidos más vitales no será el único inconveniente al que tenga que enfrentarse el protagonista. El capitán Bosch (Aitor Luna), junto a Vicente Roig (Hugo Silva) y Darya Sergéevich Vólkov (Olimpia Melinte), no descansarán hasta encontrarle.


El  director es  nuevo para mí,  no había visto nada suyo hasta hoy,  y la verdad, la fotografía y los personajes son impresionantes. La interpretación de los actores es maravillosa. No así el guión, que me ha destrozado la película y ha terminado por ponerme nervioso y con ganas de irme media hora antes del final. Han sido tres escenas las que para mí sobran y no vienen a cuento con la historia, y además son increíbles. Pero bueno, para gustos los colores.
Le he preguntado a Carmen qué le ha parecido y me ha dicho que le ha gustado mucho; pero resulta que no había caído en los puntos que yo le señalaba y tras comentarle mis apreciaciones ha dicho que es verdad, que no estaban bien. Lo cual prueba que cada persona ve lo que quiere en las películas y lo que para un espectador exigente le parece mal a otros no tanto.
Yo le iba aponer un 9, pero tras ver la última media hora solo le pongo un 6.
 

martes, septiembre 17, 2019

LOS AMANTES DEL...SILLÓN


   Foto de Internet.

La actual situación política en España, acosada por politicos avariciosos pero incapaces de encontrar la solución a nuestros problemas, me recuerda uno de los cuentos que leía en el colegio, hace sesenta años al menos: ¡Nada, no nada y ay,ay,ay!


   Había un rey poderoso que tenía una hija casadera de la que no quería separarse, y por tanto, ante la creciente demanda de matrimonio de los príncipes de los reinos contiguos, ideó una especie de oposiciones libres a las cuales cualquier noble o plebeyo podría presentarse. Reunió a l@s cortesan@s en la sala de audiencias del castillo y ordenó el siguiente bando:

  "Habiendo cumplido mi hija Alicia su mayoría de edad y atendiendo a la incesante demanda de su mano,

     Dispongo:

   Concederé en matrimonio a la princesa Alicia al hombre, sea cual sea su condición, que me traiga estos tres objetos: 1 Nada, 2 No nada, 3 ¡Ay,ay,ay!"


   Todos los presentes mostraron cara de asombro primero y de consternación después: el deseo del rey era irrealizable. Con el rostro serio y las almas compungidas, todos recogieron sus enseres y, acompañados de sus séquitos, regresaron a sus tierras.

Pasaron los meses y nadie acudía al castillo con las tres cosas exigidas por el rey.  Alicia permanecía encerrada en sus habitaciones, sin ganas de vivir, pues entre los príncipes había un joven que  había atrapado su corazón y soñaba con dormir en sus brazos.


   No muy lejos del castillo, Juan, un chaval de veinte años, cuidaba de su rebaño de ovejas y leía a duras penas un papel con las exigencias del rey, encontrado clavado en una estaca del cruce de caminos. El joven solo había visto a la princesa una vez, asomada a la ventanilla de  su carroza real, y desde entonces solo pensaba en ella. Veía en el papel la oportunidad de estar con ella, pues el documento decía claramente que sería entregada a “Cualquier hombre, sea cual sea su condición”, siempre que aportara los tres productos. 


   Un día, estando sentado a la orilla de un río, vio un trozo de madera flotando en el agua  pasar ante él, y exclamó: ¡Esa madera nada!


  Seguidamente lanzó una piedra, y esta se hundió en el agua:¡No nada!, exclamó el chico. Entonces guardó un trocito de madera y una piedra en su mochila:¡Ya tenía dos cosas! Ahora faltaba la tercera, la más difícil.


   Iba distraído, caminando entre los matojos con sus ovejas, cuando  unas matas de ortigas le rozaron las espinillas y gritó: ¡Ay, ay, ayy…!

   Mientras se frotaba y untaba  saliva en la zona inflamada, se percató de que había descubierto la tercera cosa exigida para contraer matrimonio con Alicia, su princesa: ¡Ay, ay, ay!

Y guardando las ovejas en su establo corrió hacia el castillo durante toda la noche. Al siguiente día exigió ver al rey para pedir la mano de la princesa.


  Los nobles y cortesanos se reían de él, y la sala de audiencias se llenó a tope. El rey, divertido al ver al joven despeinado y mal vestido que tenía ante él, le apremió:

Dime, chaval, ¿qué cosas me traes?

—Majestad, echad esta maderita en agua.

Y el rey la echó en la jarra que tenía para beber y miró al chico. Este le peguntó.

Nada, ¿verdad? Ahora, eche esta piedrecita en el agua.

El rey echó la piedra en la vasija.

¡No nada, majestad!

El monarca ya estaba escamado y la rabia lo abrazaba, pues no deseaba para su hija un pastorcillo andrajoso, sin estudios ni modales. Y mirando muy serio al joven le dijo:

—¡Muéstrame la tercera cosa o sal de esta sala!

Y el pastor sacó el ramo de ortigas y abofeteó con él al monarca.

—¡Ay,ay ay, ay! —gritaba el rey. Los guardias avanzaron, prestos con sus espadas.

—Esta es la tercera, majestad

   ¡Todos se quedaron impresionados, los requisitos se habían cumplido y el rey no tenía más remedio que cumplir su palabra!

   Enseguida los consejeros del rey y los pretendientes de la princesa protestaron: nunca jamás se había humillado tanto a la Nobleza como se humillaría ahora si el pastor se casaba con Alicia.   Y tomando la palabra un príncipe, alegó:

   —Majestad, no creo que la princesa sea feliz con este plebeyo, propongo  que me nombre apoderado de la princesa para observarla y, si no es feliz, pueda su majestad deshacer el matrimonio y concederme su mano. Si al cabo de un tiempo no demuestro que tan disparatada relación no funciona, me despoja de mis funciones y me despide.

   El jefe de la Casa Real, que ya estaba enojado por la situación creada por el monarca, respondió:  

   —Son patentes tu avaricia y deseos de ocupar el trono a cualquier precio; pero mi hija nunca ha mostrado interés hacia ti y no voy a ser yo quien la obligue a ser tu esposa. Ella es responsable de sus actos, sea feliz o infeliz. El pueblo bendecirá o destruirá esa relación en un futuro; hay que dejarle hablar.


NOTA ACLARATORIA:

 Cada lector puede entender un escrito o cuento de manera diferente; yo le doy esta interpretación:

El bando del rey significa el decreto de la convocatoria de elecciones para elegir presidente.
El sillón de presidente es la hija por la que luchan los  candidatos a poseerlo.
Los nobles cortesanos son  la casta de los partidos históricos
El pastor son los nuevos líderes a quienes llaman imprudentes e inexperimentados los barones de los partidos y banqueros.
Los tres requisitos, tan difíciles que parecen imposibles para alcanzar el poder, son las propuestas del pastor para formar un gobierno compartido, dado el voto diferenciado del pueblo.
Los que protestan porque el pastor acceda al Gobierno son los bancos y empresarios que financian a los partidos clásicos.
El jefe de la Casa Real es la Constitución Española, que desenmascara las pretensiones de los nobles y da la voz al pueblo







jueves, septiembre 05, 2019

OBJETIVO WASHINGTON



¡Buenos días, amig@s!

Finalmente, ayer fuimos al cine y elegimos la película Objetivo Washington en vez de la española A quien a hierro mata; las tres últimas películas españolas que vi en el cine me defraudaron y prometí no volver a ver ninguna más.

Bueno, a lo que íba: antes de entrar al cine me leí como hago siempre las criticas de los profesionales de Cine, los que ocupan las páginas de los periódicos y de páginas como Sensacine. Todas negativas, demoledoras. Y eso fue justamente lo que me decidió a ir a verla; las críticas de cine nunca coinciden con mis gustos y valoraciones.

Una de estas refiere que es la tercera de una saga de entregas destinadas a poner en entredicho la seguridad del presidente de los EE.UU, y que es peor que las anteriores. Yo no recuerdo haberlas visto y por tanto no puedo compararlas. Me limito escribir sobre la que vi ayer.

Desde el primer minuto hasta el último estuve enganchado y sin respiro, tal es la actitud aventurera e infatigable del protagonista que lo entrega todo por limpiar su honor y defender al presidente de una organización que se ha propuesto acabar con su vida.
la película es espectacular.

Lo bueno: Toda ella es acción, no hay descanso ni espacios flojos de relleno. Imágenes espectaculares, primeros planos excelentes y la interpretación de los actores, ¡genial!

Lo malo:

Falta de credibilidad: el agente secreto, un hombre de unos cincuenta años, corre sin parar cruzando calles, saltando vallas y subiendo escaleras y peleando cuerpo a cuerpo aun herido.
Desde una furgoneta provista de ordenadores, cámaras y lanzaderas de misiles, un solo hombre realiza un ataque más devastador que el que todo un ejército puede llevar a cabo.
 
Demasiados tiros, demasiados muertos, sonido muy fuerte y el final demasiado largo, como si los protagonistas no quisieran irse.

Creo ver un fallo en el guión: La semejanza del nombre del presidente Trumbull, con el actual Donald Trump, y la acusación que se hace a los rusos de haber intervenido en las elecciones que lo elevaron a presidente, hace pensar que el presidente de la película representa al actual Trump, en cuyo caso se equivocaron de hombre: el de la película es negro, y Trump es casi albino.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero sirven para algo: en la anterior película, Érase una vez Hollywood, mi mujer se aburrió tanto que quería irse y esperarme afuera, en la cafetería El Vaporcito. En la película de ayer no apartó un segundo la vista de la pantalla, dice que le gustó muchísimo. A mí también me ha gustado mucho más que la de Tarantino.

jueves, agosto 29, 2019

ÉRASE UNA VEZ EN... HOLLIWOOD, LA PELÍCULA



Ayer, Día del Espectador, mi mujer y yo fuimos al cine a ver la película Érase una vez Hollywood.

Sinopsis publicada en Internet:
" Hollywood, años 60. La estrella de un western televisivo, Rick Dalton (DiCaprio), intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble (Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, y es vecino de la joven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski ".


A mi mujer no le ha gustado nada. A mí me ha gustado bastante; pero esperaba más. Las interpretaciones del prestigioso elenco de actores son lo más de lo más; la banda sonora y la fotografía, ¡magistrales!

La historia en sí no es gran cosa: incide sobre la nostalgia y ansiedad que sienten algunos artistas en el declive de sus carreras, la depresión que sufren cuando los directores de Hollywood los relega a segundos planos. La primera hora se me hizo algo pesada, luego fue impactante, genial.

Hay un exceso de critica ensalzando la película y el buen hacer de Tarantino, pero yo coincido más con estas que os muestro bajo; son, a mi parecer, más realistas.

Carlos Boyero
Diario El País "Es sorprendente (...) por su lamentable falta de gracia, por una trama que no se sabe bien adónde pretende conducir, por diálogos insustanciales y carentes de ingenio, (...) por actores excelentes que parecen tan perdidos como su director."

Ian Sandwell
Digital Spy "Larga y dispersa aunque hermosamente elaborada y bien interpretada (...) El ritmo, su historia floja y sus diálogos sin chispa hacen que sea una obra menor (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)"

Horacio Bernades
Diario Página 12 "La película más esperada del año es un ejercicio de estilo desparejo y estirado. Seductor de a ratos, agradable siempre, vacuo en líneas generales y singular sólo en la última secuencia. (...) no es un ejercicio brillante."

Guilherme de Alencar Pinto
Diario La Diaria "Una película complicada y dudosa, que no por eso deja de ser fascinante, bella, seductora y llena de swing. Como Hollywood. Que la disfruten."
 

jueves, agosto 15, 2019

EL REY LEÓN, LA PELÍCULA.





Ayer vi la nueva edición de la película El Rey León. Me gustó mucho, aunque por momentos se me hizo pesada.
Los personajes tienen encanto, simpatía y siguen el estereotipo de las películas de Disney: varias canciones, una relación romántica, un enfrentamiento entre el bien y el mal, el grupito de amigos acompañando al héroe y los malos, tan torpes como perversos.
Tiene una parte muy tierna y simpática; las imágenes, que son la magia del cine, son impresionantes; alguna canción se me hizo larga. Pero en general me encantó.

Al salir del cine observé a muchos padres con sus niños sacando entradas, e intuí que sería para ver la misma película, pues desde que se estrenó el 18 de julio, El Rey León lleva casi cinco millones de euros recaudados, nueve veces más que la siguiente en el ranking. Para mí, que algunos niños de los que había en la cola se estremecerían luego ante la violencia de algunas escenas, aunque si ven en televisión las noticias del día a día, los niños están vacunados contra todo.
 

domingo, agosto 11, 2019

LA AMISTAD NO ES PERMANENTE,TIENE FECHA DE CADUCIDAD

 

"Hay un momento extraño,
apenas sin saber cómo ha llegado,
en que todo se rompe
el ídolo se cae del pedestal
y ocupa su lugar
en el mundo que habitan los mortales".
Ana Montojo.

Los días se siguen  unos a otros pero en nada se parecen; cada uno escribe su propia historia.
Sucede que a veces una persona se siente respetada, querida y ensalzada, flotando en lo más alto y de pronto, sin mediar aviso, el reloj del tiempo se detiene un momento y quien momentos antes era un dios para sus amig@s, aparece como un ser normal, con todas sus virtudes y máscaras.
Y para eso es suficiente con un desliz, una palabra a destiempo, divulgar cosas íntimas o unirse a tus enemigos. Cosas estas que por sí solas no rompen la relación, pero la debilita: ya nunca será de la misma calidad ni fortaleza que antes, porque el dios que adorábamos se ha revelado como un mortal cualquiera.