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jueves, febrero 01, 2018

D. ARTURO DE LA GUARDIA, ARTISTA PINTOR


"
No pienses que el jardín pierde su éxtasis en invierno Es silencioso, pero sus raíces están ahí debajo". RUMI

¡Buenos días amig@s!
Febrerillo el loco llega con una gratísima sorpresa para mí:
Mi novela "El amargo sabor de la miel" se ha paseado de la mano del pintor valenciano, don Arturo De la Guardia, por la magnífica Exposición Colectiva del grupo de Agragarte - Basilovich, inaugurada ayer
en la Sala del Micalet de Valencia,
El señor Arturo De la Guardia es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia. Desde este humilde rincón le agradezco el interés y el apoyo que ha prestado a mi novela. ¡Muchísismas gracias!






























sábado, enero 27, 2018

ENTREVISTA A LA ESCRITORA M.CARMEN RUBIO EN RADIO NACIONAL DE ESPAÑA

 Mi amiga M. Carmen Rubio Betancourt ha sido entrevistada el pasado día 25 de enero por Miguel Albandoz en Radio Nacional de España en Cádiz, grabación muy amena que guardo para el recuerdo.


miércoles, enero 24, 2018

EL GRAN SHOWMAN



Hoy como cada miércoles, hemos ido al cine a ver una película.
En esta ocasión he seguido el consejo de mi amiga Pepa Llorens, que me convenció al decir en  Facebok que le había gustado tanto que había vuelto a verla otra vez al día siguiente.
La verdad es que los musicales no son mis películas preferidas, pero en atención también a Carmen, que me acompaña a ver siempre películas policíacas y de espionajes sin  gustarle, y sabiendo que a ella si le gustaron mucho otros musicales, decidí entra a ver el musical "El gran showman".

Pues bien: a Carmen, que siempre le ha gustado ese género, hoy no le ha gustado nada. En cambio a mí, que nunca me han gustado, hoy  me ha encantado. Cada día me doy más cuenta de que ella y yo no tenemos los mismos gustos ni aficiones.

 Veréis, no es una película espectacular, más bien simple. Pero trata  temas muy importantes, como es la discriminación social, la amistad y la solidaridad. Además es muy romántica, y a mí eso me encanta. He tragado mucha saliva y sentido picor en los ojos,  que seguro estaban brillantes de la emoción.  

Parece ser que es una historia basada en hechos reales, lo que le da más morbo.

  Resumiendo: si os gustan los musicales tipo Moulin Rouge o Fiebre del sábado noche, ésta es vuestra película.
Si vuestros gustos son otros, pero valoráis el buen trabajo y las historias con mensaje, también os gustará.

A mí me ha encantado.

domingo, enero 21, 2018

LA NIEBLA


¡Buenos días, amig@s! Ya ha llegado de nuevo el sábado sabatete... Para los que tengan esa suerte. Yo no; yo soy ahora más casto que los leones de las Cibeles. Bueno a lo que iba. Que tal como dije ayer, los días se siguen pero no se parecen y hoy amanece con una niebla espesa que me hace recordar la niebla de Londres, “the great smog”, que en Francia llaman pureé de poids, (puré de guisantes)

Los días que aparece no se ve ni a un metro de distancia. ello dio lugar a leyendas terribles a mediados del pasado siglo sobre asesinos en serie que quedaron impunes debido a la niebla, al "pureée de poids".

Leyenda o no yo me lo creo porque lo sufrí en mis carnes cuando trabajaba en París. Fue un día que acompañé a mi jefe en un viaje relámpago a Londres para reparar uno de nuestros contenedores anti radiactivos.

Íbamos caminando por la dársena del Támesis cogidos de la mano como dos mariquitas para no perdernos y con miedo a cera en el río. 

De pronto tropezamos con un estivador del muelle, y mi jefe, que sabía Inglés, le preguntó:

— Por favor, ¿dónde está el río? 

— Detrás de mí

— ¿Y cómo lo sabe si no se ve nada?

— Acabo de salir del agua.

Y nos asustamos. No sabíamos hacia dónde dirigirnos por todos lados había niebla, tan densa que se podía cortar en tranchas con un cuchillo. Esa fue la razón de que monsieur Dupont ( mi jefe) se cayera unos metros más adelante.

El hombre, que hablaba inglés pero que no sabía nadar, se sujetaba clavando las uñas en las piedras del muro y gritaba como un cochino en el matadero. 

Yo, guiándome por sus gritos me acerqué y aproveche para pedirle aumento de categoría si quería que yo arriesgase mi bonito cuerpo para salvar el suyo.

¡Aceptó! Me nombró Jefe de Taller.

Me puse de rodillas, le tendí la mano y le ayude a salir.

No me lo explico, pero desde aquél día el carácter de mi jefe cambió a peor. Con la excusa de que yo debía de atender a mis nuevas obligaciones como jefe de taller, dejó de llevarme en sus viajes y cuando tenía que decirme algo en el taller traía un cara de candado.

¡Qué desagradecida es la gente!