domingo, junio 17, 2012

El MERCADO DEL BICENTENARIO

 

Antes de que el verano expulse con sus  rayos abrasadores la dulce primavera que disfrutamos en estas latitudes, se celebra en el casco histórico de El Puerto la segunda edición del Mercado Medieval de los Oficios Artesanos. Esta vez, coincidiendo con la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812, La Pepa, se le ha dado distinto nombre: «Mercado del Bicentenario».

 La calle ofrecía un aspecto que sólo recuerdan personas próximas a cumplir su centenario, cuando los comerciantes llegaban en carretas y  llenaban las aceras con sus variados artículos, desde embutidos pasando por tejidos, cerámica, pan, dulces o abalorios.














 
 
Por lo que pude comprobar ayer la asistencia de público fue masiva. Será interesante saber si con la crisis que impera los expositores han alcanzado el mismo éxito en la venta de sus productos. Las calles estaban  a rebosar de paseantes  curiosos, que se detenían en los puestos para indagar sobre productos y precios; pero no advertía yo en ellos muchas ganas de adquirirlos.


 
 
El excelente clima reinante contribuye al éxito de asistencia  de público durante los tres días que va a ha permaner instalado el Mercado. 

El señor Alcalde dijo en el discurso de inauguración el viernes día 15, que este acontecimiento «Sería un importante atractivo turístico, cultural y educativo, ofreciendo al ciudadano la oportunidad de introducirse en un ambiente de recreación de la época constitucional gaditana de 1812. Y espero que la celebración de este mercado artesano se convierta en revulsivo para el desarrollo de la actividad comercial de la zona».

No sé yo, nunca entenderé a los políticos. Si los comercios del centro histórico están cerrando poco a poco a causa de la feroz competencia que sufren de los numerosos hipermercados y grandes tiendas instaladas en la zona, ¿cómo puede actuar de revulsivo para estos negocios que vengan comerciantes de fuera a montar sus puestos delante de sus narices?

En fin, yo sólo deseo lo mejor para la ciudad, y si los entendidos dicen que esto la beneficia, bienvenido sea el Mercado. Como recuerdo de este acontecimiento, dejé que una jovencita muy guapa colgara de mi cuello un cordón de cuero con un colgante de plata de la cruz egipcia, que mi  carmen me regalaba por adelantado para el día de San Juan. Mientras la chica me lo ajustaba al cuello, regalándome  una encantadora sonrisa, yo me recreaba en su hermoso rostro y aspiraba su fragancia fresca. Lucía una perla pequeñísima a un lado de la nariz, y yo me preguntaba si me dolería mucho ponerme uno igual en el lóbulo de mi oreja.«¡Calla, calla, tú estás loco!», diría mi Carmen. A ella le regalé unos pendientes de plata y esmeralda.

jueves, junio 14, 2012

JORNALERO


 
Esta mañana en la plaza,
sentado en un banco, cabizbajo,
triste, mirándose las manos,
hallábase un hombre llorando
Era un hombre joven,
de no más treinta años...

 Continúa en mi otro blog:

miércoles, junio 13, 2012

CANTO A LA VIDA


Pablo Neruda

Oda a la vida


La noche entera                                                                     
con un hacha                                                
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.

Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.

Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen                                                   
que ese color de infierno
guardarás para siempre.

No es cierto.

Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.

Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.

De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.
Vida, los pobres poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama con el viento del mundo
Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.

No es verdad,
 vida,                          
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.
            


Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.

Vida,
eres como una viña:                                         
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.

El que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole forma de muro,      
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.

La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos.                                                 
PABLO NERUDA                                    

La vida se manifiesta ante nuestros ojos cada día:
 En el animal que nos acompaña alegrando nuestra existencia.

En la planta que vemos florecer agradecida por nuestros cuidados.

En admirar la belleza del arco iris tras la lluvia

En poner  sobre la mesa un plato de comida, tal vez simple, pero preparado con todo el amor para los tuyos.


En las reuniones navideñas de la familia


En los trabajos manuales que realizamos


Contemplando la vida de animales
 y plantas en la Naturaleza

Viendo crecer a nuestros hijos y nietos y
llevarlos al colegio o la playa ...

 Pasando un día en el campo.
Visitando otros lugares

La vida es un don    que a veces no sabemos apreciar...
Hasta que vemos que se  va acabando
y no podemos dar marcha atrás.

 Por eso debemos mirarla de frente
 y disfrutarla cada segundo





Fotos.
 1 Maceta en mi ventana
2 Último trabajo de ganchillo de Carmen
3Carmen sentada en una fuente de Córdoba
4 y 5 Parque de la Victoria en El Puerto
6 Mi nieta Carolina con sus amiguit@s
7 Cactus navideños en flor en mi terraza
8 Mis cuatro retoños.El mayor tiene el perro
9 Mi perro Lucero, despues de 18 meses aún lo hecho en falta
10 Un plato de "berza de Carmen"
11 Mis ninfas
12 Manta de punto de lana realizada por Carmen
13 Mi hijo mayor, su esposa y su perro
14 Ivan, mi nieto
15 La familia en Nochebuena
16 Un cubre mesa de hilo realizado por Carmen
17 El Arco Iris desde mi terraza
18 Caballos en un campo cercano
19 Mi nieta en la playa

        










martes, junio 12, 2012

NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Sería la  una de la tarde del día 11 de mayo cuando mi esposa y yo  dejamos el  equipaje en la consigna de la Estación Central de Córdoba y decidimos dar una vuelta por los alrededores.
Íbamos paseando bajo la sombra  de los árboles de un parque, cuando  nos llamó la atención un hermoso edificio situado en una gran avenida, a dos centenares de metros del lugar en que nos encontrábamos. Hacia él nos dirigimos.

 

 Diez minutos más tarde nos hallábamos ante la basílica de Nuestra Señora de la  Merced. Era un edificio precioso, de un estilo poco visto. Nos encontramos las puertas de la iglesia cerradas, pero unos metros más abajo había una  entrada que daba al patio interior.

 
Fue Fernando III el Santo quien en el siglo XIII mandó construir la basílica, pero de aquélla  construcción no queda nada en el actual edificio después de las sucesivas transformaciones que se han llevado a cabo a lo largo de los siglos.
Siguiendo la costumbre de la época, la iglesia fue edificada sobre los restos de otros centros religiosos,  como prueban los restos arqueológicos romanos aparecidos cuando construían unos garajes.
Anteriormente habían encontrado una cripta de la época del rey godo Recaredo, que fue identificada como la cripta de Santa Eulalia.
 El edificio actual es del siglo XVIII, y fue posteriormente reformado en 1850 para convertirlo en hospicio, y aun luego, en 1960, sufrió nuevos cambios para adaptarlo al servicio de la Diputación Provincial.
Es también sede del Arzobispado
Decía antes que  encontramos la iglesia cerrada y no pudimos ver si había finalizado la restauración del retablo mayor  que un tal Manuel López Toledano incendiara en 1978.
 http://www.diariocordoba.com/noticias/temadia/la-restauracion-del-retablo-de-la-merced-concluira-en-dos-anos_378653.html



 

Entramos pues en el palacio para visitarlo y nos enteramos de que en el patio se había inaugurado unas horas antes una exposición de bonsáis. Mi esposa ya no quiso ver otra cosa, no creo que haya mujer que le gusten más las flores y plantas.


 

No teníamos tiempo para visitar la planta superior ni las colecciones de obras de arte que alberga, y optamos por salir y buscar un lugar para comer por los alrededores. Fue entonces que nos encontramos cara a cara con El Cristo de los Faroles, a quien ya  dediqué una entrada hace unos días en este mismo blog.

 

Les dejo, pues, con  las fotos de la exposición de bonsáis. Espero sean de su agrado.


 

lunes, junio 11, 2012

EL SARGO AL HORNO DE MI CARMEN


 Ayer mi Carmen  nos cambió el menú, y en vez de prepararnos la tradicional paella dominguera quiso sorprendernos con una de sus recetas: el Sargo al horno.

 
Pero antes nos ofreció unos entrantes de "Coquinas a la marinera", cuya receta ya publiqué en este enlace:




2º plato: Sargo al horno
Ingredientes: Aceite de oliva, sal, pimienta, limón, patatas, cebolla, tomate, pimientos rojo y verde.

En una fuente para horno, se coloca una tanda de cebolla y otra de patatas, ambas cortadas en rodajas muy finas.
Se añade pimiento rojo y verde troceado y se le echa un poquito de sal y pimienta.

Se limpia muy bien el pescado y se le hace un corte en los  costados. Se introduce media rodaja de limón en los cortes; luego se coloca sobre las patatas y las verduras.

 
Añadir sal y pimienta, un poco de aceite y medio vaso de vino blanco.
Se espolvorea el perejil.
Introducir en el horno a 200 grados y dejarlo 45 minutos aproximadamente, pues la cocción varía según el tamaño del pescado


El sargo es un pez frecuente en nuestras costas, una  presa muy apetecida por los pescadores de caña en playas o espigones portuarios.
El sargo es un pariente lejano del besugo y la dorada. Lamentablemente, a parte de las zonas de la costa  no es muy conocido en las ciudades del interior, y se pierden  un manjar exquisito con sabor  netamente marino. Lo mejor es cocinarlo de la manera más sencilla respetando su sabor natural.


El sargo se alimenta de marisco, y por eso debe ser que está tan bueno: dime lo que comes y te diré cómo estás de rico.
Lo mejor es acompañarlo con un vino blanco suave, tipo Ribeiro; pero con cerveza o cualquier otra bebida cae muy  bien.



Si tienen ustedes niños pequeños hay que tener cuidado con las espinas. Lo mejor es recortar las espinas todo alrededor y luego introducir el cuchillo por el centro y cortar el pescado en dos mitades para extraer la espina central y presentarle al niño, (o al esposo delicado) un plato con  los filetes resultantes.
Pero como está realmente bueno es ponerlo en la mesa tal como sale del horno y cada cual se las arregle como pueda. Eso es lo que hacemos en casa.



sábado, junio 09, 2012

LA PELÍCULA

Foto de internet
 
Las cinco de la tarde en Algar, un pueblo de la sierra de Cádiz. La escena se desarrolla en un bar muy antiguo que conserva sus techos originales de gruesas y oscuras vigas de madera; sus paredes lucen encaladas. Al fondo se muestran productos artesanales de palma, pita y mimbre que venden a los turistas.

El sol entra por el umbral de la puerta y pinta un marco de dos metros de luz en el suelo del espacioso local.
Al lado izquierdo hay una barra de bar atendida por “La Conchi”, una bella mujer de unos cuarenta años, ojos grandes, negros; va vestida con una blusa blanca semitransparente y con gran escote, que muestra un atractivo canalillo entre sus erguidos senos. Lleva una falda rociera, roja y larga hasta los tobillos, acabada con volantes; calza unas alpargatas del mismo color y suela de esparto. En ese momento está al otro lado del mostrador y se dispone a llevar una bandeja con una botella de vino fino de Jerez y un platito de chicharrones a una mesa ocupada por cuatro hombres, que juegan a las cartas dando gritos y puñetazos en la mesa.

Junto al marco de luz proyectado en el suelo hay un hombre sentado en una silla y con las piernas estiradas. Lleva puesta una gorra de paño con visera y unas viejas gafas de lentes redondos; tiene un cigarro en una mano y le da caladas de vez en cuando mientras lee el periódico.
De pronto el salón se oscurece y todos miran hacia la entrada del local: la silueta de un hombre alto y corpulento aparece en ella. No se le ve la cara a contraluz, pero todos le conocen. Lleva un sombrero de palma y un puro en la mano. Permanece de pie en la puerta, sabiendo que todos le miran porque impide la entrada del sol. Sabe que es el centro de atención y disfruta de su momento de gloria, saboreando su puro y lanzando luego una bocanada de humo gris que se eleva hacia el techo. Lleva una enorme navaja cruzada entre el cinturón, su empuñadura plateada refleja la luz del suelo...
El hombre avanza un paso y grita:

—¿Dónde se esconde Manuel, ese chulo de mierda que intenta ligarse a mi mujer? Que salga y dé la cara, que lo voy a machacar. ¡Le voy a dejar tantas heridas que van a tener que untarle yodo con una escoba!
—¿Y eso lo vas a hacer tú solo? —responde el aludido desde una mesa del fondo.
—¡Sí, yo solo!
—Pues a mí me lo pones con leche, Conchi.

Todos los presentes sueltan la carcajada y el hombre, furioso, corre hacia Manuel, pero no ve la pierna extendida del que lee el periódico junto a la entrada y tropieza, se cae hacia adelante y se abraza a la cintura de Conchi, que trastabilla y deja caer la bandeja al suelo.
Paco, el marido de Conchi, que era uno de los que estaban en la mesa jugando a las cartas, se levanta de golpe, tirando la silla hacia atrás, agarra por el cuello al hombre que permanecía abrazado a su mujer y le arrea un puñetazo.

—¡Corten! ¡Corten!... ¡Joder, eso no estaba en el guión! —grita un hombre medio enano desde un rincón de la sala—. Estoy hasta los cojones de tanto inútil. ¡En qué mala hora se me ocurrió grabar la escena en este pueblo de mierda!

Al oír eso, Rafael, el hombre que había causado el tropiezo con su pierna extendida exclamó, dirigiéndose hacia el director de cine:

—¡Eh, eh., eh…! Quieto parao, que a ti te tengo ganas de verdad… Como le faltes el respeto al pueblo, te arreo un guantazo que vas a dar más vueltas que una noria un domingo de feria. ¿Pero qué te has creído tú, so capullo? Las calles de Algar están limpias y por ellas pasean personas, peatones y seres humanos muy honrados. Mierda es Madrid, tu ciudad, que está llena de drogadictos y violadores, huele a podrido y estáis todos enfermos de la contaminación.¡Eso sí que es un pueblo de mierda! ¡Si no hay más que mirarte a la cara para ver que no comes caliente desde la República! Pasas más hambre que los pavos del Nicolás, que se comieron el candado de la puerta creyendo que eran lombrices. Tú lo que tienes que hacer es callar y trabajar para que el pueblo salga bien y bonito y que venga mucha gente a turisquear. ¡Pues no digo yo lo que hay!…

— Di que sí, Rafa, ¡ole tu labia! —grita la Conchi.

El director hace con la mano un gesto de aburrimiento y mueve la cabeza negativamente. Resignado, recoge su cuadernillo y sale del bar.
Mientras sale el director, Paco vuelve a la carga: agarra una botella vacía de una mesa cercana y le arrea un botellazo al hombre que ha permanecido sujeto a la cintura de la Conchi mientras se desarrollaba la discusión anterior. El otro la sujeta con más fuerza para no caerse.

—¡Chiquillo, suéltala ya!, que te estás aprovechando de la situación y no vas a vivir para contarlo.
—¡Paco, por favor, déjalo ya!, que nos vamos a buscar una ruina –exclama Conchi, apretando al hombre medio inconsciente contra ella.
—¿Qué lo deje? ¡Déjalo tú primero, mujer, que parece que le estás dando teta!

En ese momento entra en el bar Antonio, el guardia municipal, un hombre alto y obeso que al ver la escena pone los brazos en jarras y dice:

—Ya me extrañaba a mí que ustedes supieran comportarse como es debido. ¡Vaya imagen se van a llevar los señores cineastas de vosotros! ¡ Joder, con lo fácil que es hacer las cosas tal como os la dicen!
—¿Cineasta? Astas es lo que te están saliendo a ti desde que te casaste, so idiota. ¿No ves que todo ha sido un accidente?— exclama Rafael
—¿Idiota yo? ¡Queda usted detenido por faltar a la autoridad! Señoras y señores: se suspende el rodaje hasta nueva orden.


Del libro «CUENTOS DE INVIERNO»

Registro de la Propiedad Intelectual de la Junta de Andalucía.
clave: CA— 42- 09

jueves, junio 07, 2012

UN BESO EN PUERTA OSCURA




En Puerta Oscura una tarde yo te di un beso
Te cogí de la  cintura te apreté contra mi cuerpo
Nos miramos a los ojos, nos hablamos en silencio


Continuar la lectura aquí:

lunes, junio 04, 2012

CASTILLO VIEJO


Entiendo que la Cultura está por la nubes, cualquier libro no baja de los 20 euros, y con la crisis y los recortes y la subida del IVA se hace muy duro comprar un libro; pero como yo soy más bueno que el pan cocido con leña, os dejo gratis mis novelas.

Ahora también os podéis bajar gratis mi seguna novela, Castillo Viejo,  en este enlace:

¡Buena lectura!

sábado, junio 02, 2012

NUEVA EDICIÓN DE MI NOVELA

Ahora no tenéis excusa para no leer mi novela. La página web http://epubgratis.me/, en la que podéis encontrar las mejores obras publicadas, acaba de añadir a su biblioteca una nueva edición de mi novela "La pista del lobo" en formato epub, para leer en ipad, tablets, móviles, libros electrónicos o en el ordenador.
 Os la podéis bajar gratis pinchando aquí:
 http://epubgratis.me/node/10147.
Para leerla en el ordenador os tendreis que bajar el programa Calibre, está en internet y es gratis. Es una maravilla, tiene la forma de la pantalla de un lector de libros electrónico, con sus flechitas para pasar páginas, aumentar de tamaño las letras, etc...
 ¡Venga, que no me entere yo que alguien se queda sin leerla!
PD.
 Pego aquí el comentario que  me ha dejado hace unos momentos el Sr. Werth, editor de la página epubgratis.me/:
Anónimo Werth dijo...
Para los que no tengais lector electrónico o smartphone, también se puede leer en el PC usando el programa gratuito de adobe, el Adobe Digital Editions:
http://www.adobe.com/es/products/digitaleditions/
Un saludo!

viernes, junio 01, 2012

EL CRISTO DE LOS FAROLES

                    
 Habíamos dejado la habitación del hotel a las doce, cogimos un taxi   y dejamos el equipaje en la consigna de la Estación .  Nuestro tren salía  a las siete de la tarde y nos fuimos a pasear mi Carmen y yo por las calles cordobesas para disfrutar del  último día de nuestro viaje. 
Entramos a visitar el Palacio de la Diputación y nos encontramos con una exposición de bonsais en el patio; luego salimos a pasear por el parque  que se halla enfrente. Un termómetro urbano marcaba 34 grados y agradecimos la fresca sombra que proporcionaban los frondosos  árboles que  jalonaban los caminos de  albero que cruzaban el parque. Nos sentamos cerca de una fuente para comernos un helado y al cabo de un  tiempo decidimos continuar el paseo para conocer aquella parte de la ciudad.
 Cuál no fue nuestra sorpresa cuando al doblar una esquina divisamos al Cristo de los Faroles, el de la película de los años 50, la misma en que Antonio Molina canta esta  canción:
 Ante la imagen del Cristo
Yo fui una tarde a pedir
Y me dijo muy bajito,
Y me dijo muy bajito,
Que vas a tener un hijo
En todo igualito a mí

El Cristo de los faroles

En mi es consuelo
Y cuando tengo una pena
Alzo los ojos al cielo
Y mi pena se serena

Y cuando tengo una pena
Alzo los ojos al cielo
Y mi pena se serena
Y mi pena la consuela
El Cristo de los faroles
Estaba solo, el pobre, en medio de la plazoleta  de adoquines flameantes, con las velas derretidas a sus pies y bajo un sol abrasante. 
 

 ¡Una barbacoa, el Cristo está encima de una barbacoa! —exclamé, escandalizado— ¿Cómo es posible que suceda esto en una ciudad que está celebrando la fiesta de las Cruces de Mayo?
Y el Cristo movió su cabeza hacia mí, me miró y dijo:
      — Ya ves, Juanillo, una cosa es predicar y otra dar trigo
¿Y no te podían haber puesto al menos un palio o una sombrilla para protegerte del sol? ¡Coño, es que es para cagarse en los muertos de todos ellos!
Shssssssssssss, tranquilo Juan, no hace falta ser grosero, y menos tú, que te dedicas luego a escribir lo que ves y lo que sientes: los lectores de tu blog tendrán mala opinión de ti si no te expresas con decoro.
Bueno, pues ya que sacas el tema podías concederme una entrevista, ¿vale?
—¡Por supuesto, amigo!, así se me harán más cortas las horas del día.
¿Pero no viene nadie a verte?
— Sí, hombre, claro que vienen; pero siempre es la misma historia:  Señor, dame trabajo, Señor ayuda a mis hijos, Señor que me toque la  lotería, Señor, que me salga novio, Señor que me salga bien el viaje a Ceuta y venga cargado de hachis sin problemas, y así por el estilo. Nadie  viene a  agradecerme nada, después de que yo entregase  mi vida por salvaros a tós vosotros.
— Jesús, se dice a todos, no a tós, a ver si tú tampoco te expresas como es debido…
¡Ay, Juan!, tienes razón; pero después de vivir tantos años  en Córdoba se me pega hasta el hollín de sus velas; pero la gente me entiende…
—Y siendo una ciudad tan azotada por el sol, ¿por qué no exiges un palio? ¡Si hasta el bar  más humilde dispone de sombrillas en las terrazas! Si se lo pides a la fábrica de cervezas, seguro que te ponen un toldo gratis.
—El palio que me iban a poner  se lo llevaron a Toledo para que el socialista José  Bono saliese en la procesión del Corpus y allá se quedó. El hecho de ver a un dirigente de izquierdas en la procesión daría más publicidad   a Toledo y a la Iglesia. ¡Y a mí me jodieron bien jodido!
— Jesús…
Uy sí, perdona. ¿Sabes? Hubo un tiempo en que yo entré con un látigo en el templo de Salomón, el más grande y famoso de la antiguedad, y a latigazos eché a la calle a todos los traficantes. Ahora  sucede los mismo en la Iglesia y merecerían también que alguien los echara a latigazos.
— ¿Y por qué no lo haces?
— ¿Yoooooo? ¡Y cómo coño voy a hacerlo si tengo las manos clavás en la cruz, so idiota!

 
—¡Joder, cómo te pones!
— ¡Si es que pareces tonto, Juan!. O es que no  ves como me encuentro con esas gafas de pijo que llevas colgás de las orejas
Pero  el Evangelio dice de ti que tienes tanto poder, que con sólo pensarlo se cumplen tus deseos…
— ¡Quíaaa!, tonterías, publicidad engañosa. Todo lo que no sea moverte y tener en la mano el látigo no sirve pa ná. Si bastara con pensarlo, ya habrían ardido en el Infierno todas las iglesias con  los curas y políticos dentro. Y la gente lo comprendería… ¡Pero si no pagan ni el IBI, por Dios...! Así está la gente, que ha perdido la fe. Fíjate la capilla esa de al lado y la verás vacía. No viene nadie, excepto ese moro traidor que está en la puerta: ¡No es cristiano y vende estampitas de la virgen!
 Miro a la puerta y, efectivamente, veo a un hombre moreno y con el cabello rizado sentado en el escalón con un tocho de estampas en la mano.
 
—Hombre, Jesús,  no se lo tomes a mal: el pobre también tiene derecho a vivir. Si no hay trabajo… Y además, ¿no querías convertir a todos los hombres del mundo? 

 — Sí, yo quiero que se conviertan. Y si ese árabe desea convertirse que entre y se meta de cabeza en la pila bautismal y se beba toda el agua bendita, y que luego  coma cerdo y beba vino Moriles CB como todos los cordobeses; pero venir a vender estampitas de la Virgen...

—Bueno, Jesusito de mi vida, dueño de mi corazón, sintiéndolo mucho te dejo, que aquí hace mucho calor.
—¿Ya te vas? ¡Vaya, hombre pa una vé que vienes a verme. A sabé cuándo me verás otra vez…
— ¿Y qué quieres que haga? Joder vengo a cambiar de aires, a limpiar mis ideas y sanar mi mente, y vas tú y  sólo me hablas de problemas… ¡como si no tuviésemos ya suficientes con los que nos crean tus lacayos del Gobierno!
—¿Pero qué dices, Juan? Esa gentuza que os gobierna presume de ser creyentes y se dan golpes de pecho, pero es para tocarse la cartera y ver cómo aumenta cada día de grosor. No es en mí en quien creen sino en el dios de la fortuna; en cambio, la gente humilde sí quisiera creer pero el hambre y las necesidades le trabucan los pensamientos, la cabeza se les llena de dudas y decepciones y lo mandan tó al carajo.A mí también me han recortao las velas. ¿No las ves derretidas? Pues esas llevan así dos semanas.
— Bueno, que tengo mucha calor, Jesusín. Voy a buscar un bar y a beberme dos cervezas cruzcampo heladas. ¿Quieres que te traiga algo?
— No gracias, así  estoy bien, se me notan las tabletas del abdomen, tengo el ombligo hundío y la musculatura espectacular,  y con el sudor me tuesto al sol. El mes que viene la temperatura alcanzará los 50 grados a la sombra, las calles se quedarán vacías y yo aprovecharé para acercarme a la playa a presumir de palmito y musculatura. Tal vez así me presten atención.
— Pos vale, que lo pases bien, Jesús. Un placer  haberte conocido en persona y charlar contigo
—Sí, amigo, vete ya porque tu mujer hace rato que ha dejado de interrogar al morito y nos mira como si estuviésemos locos. No te doy un abrazo por razones obvias, pero ya sabes cuánto me gustaría hacerlo.

—Pues mira, Jesusín:  ya que estamos, ¿por qué no nos echas un cable para que disfrutemos del sexo como cuando éramos jóvenes? Anoche  lo intentamos y  pasó otra vez lo de la otra noche, ya sabes: el calambre en la pierna justo cuando nos llegaba el  puntito.
— ¿En serio? ¡No me lo puedo creer!
— ¿Que no? Pues mira esta foto. La  saqué  para enseñársela al médico. A mis amigas del feisbu no quise enseñársela porque es muy íntima; pero a ti sí. Contigo no tengo secretos.

 

      — Ay, ay ,ay…  ¡qué piernas! Y cómo se te ocurre enseñarme una foto porno a mí ¿Crees que soy de piedra?
—Joder, ¿pues de qué material estás hecho?¿De chocolate?
    — No hombre, no soy de chocolate, ¿No digo yo que eres idiota? El chocolate se derretiría con estas calores. Soy yo, el auténtico Cristo en carne y hueso, el de los Faroles. ¿No sabes que soy inmortal? Lo que pasa es que a causa de la suciedad, el polvo y la contaminación del aire, tengo la piel  apelmazada.
     —¿Contaminación? Aquí no veo  pasar coches…
Y qué pasa con esos cirios  que tengo a los pies, gilipollas, ¿No echan  humo, no contaminan? ¡Anda, anda, anda… y vete ya!
 En esto que mi Carmen me zarandea el brazo y me dice:
— ¿Qué haces mirando tan fijo al Cristo?, pareces alelao, Juanitopan.  ¿Nos vamos? Tengo hambre y me muero de sed…
Sí, cariño. Nos vamos pero ¡Ya!