Antes de que el verano expulse con sus rayos abrasadores la dulce primavera que disfrutamos en estas latitudes, se celebra en el casco histórico de El Puerto la segunda edición del Mercado Medieval de los Oficios Artesanos. Esta vez, coincidiendo con la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812, La Pepa, se le ha dado distinto nombre: «Mercado del Bicentenario».
La calle ofrecía un aspecto que sólo recuerdan personas próximas
a cumplir su centenario, cuando los comerciantes llegaban en carretas y llenaban las aceras con sus variados artículos,
desde embutidos pasando por tejidos, cerámica, pan, dulces o abalorios.
Por lo que pude comprobar ayer la asistencia de público fue
masiva. Será interesante saber si con la crisis que impera los expositores
han alcanzado el mismo éxito en la venta de sus productos. Las calles estaban a rebosar de paseantes curiosos, que se detenían en los puestos para
indagar sobre productos y precios; pero no advertía yo en ellos muchas ganas de
adquirirlos.
El excelente clima reinante contribuye al éxito de asistencia de público durante los tres días que va a ha
permaner instalado el Mercado.
El señor Alcalde dijo en el discurso de
inauguración el viernes día 15, que este acontecimiento «Sería un importante
atractivo turístico, cultural y educativo, ofreciendo al ciudadano la
oportunidad de introducirse en un ambiente de recreación de la época
constitucional gaditana de 1812. Y espero que la celebración de este mercado
artesano se convierta en revulsivo para el desarrollo de la actividad comercial
de la zona».
No sé yo, nunca entenderé a los políticos. Si los comercios del centro histórico
están cerrando poco a poco a causa de la feroz competencia que sufren de los numerosos hipermercados y grandes
tiendas instaladas en la zona, ¿cómo puede actuar de revulsivo para estos
negocios que vengan comerciantes de fuera a montar sus puestos delante de sus
narices?
En fin, yo sólo deseo lo mejor para la ciudad, y si los entendidos dicen que
esto la beneficia, bienvenido sea el Mercado. Como recuerdo de este acontecimiento, dejé que una
jovencita muy guapa colgara de mi cuello un cordón de cuero con un colgante de
plata de la cruz egipcia, que mi carmen
me regalaba por adelantado para el día de San Juan. Mientras la chica me lo
ajustaba al cuello, regalándome una
encantadora sonrisa, yo me recreaba en su hermoso rostro y aspiraba su fragancia fresca. Lucía una perla pequeñísima a
un lado de la nariz, y yo me preguntaba si me dolería mucho ponerme uno igual en el lóbulo de mi oreja.«¡Calla, calla, tú estás loco!», diría mi Carmen.
A ella le regalé unos pendientes de plata y esmeralda.
Hola Juan
ResponderEliminarBuenos días!
Ya ves que soy tu fans número uno. Interesante la entrada y las fotos, cada vez más tengo las santas ganas de pasearme por esos lugares de bellezas y de historias tan singulares.
La serie de fotos me transportó allá...gracias por compartirlas.
Un saludo cálido
y también un cordial saludo a doña Carmen a quien siempore le nombras.
Precioso reportaje Juan, esos son los mercados que a mi me gustan. Ahora bien, te faltó la foto de la cruz egipcia, a mi en encantas ver esos símbolos antiguos, cuanto mas antiguos mejor,BESOS.
ResponderEliminarJuan;
ResponderEliminarTodo lo que sea por reactivar la economía es bueno porque la crisis que se vive no esta para menos.
Por las fotos puedo deducir que fue digno de verse.
Hasta pronto Mario
Gracias otra vez por compartir las fotos.
ResponderEliminarOjalá reavive la economía.
Saludos.
Juan los mercados tienen para mi un encanto especial y una autenticidad, de la que carecen las grandes superficies, que nos engañan de continuo...Enhorabuena por el reportaje tan exhaustivo que has realizado, adornado con tus acertados comentarios....Siempre eres original...un abrazo de tu amigo azpeitia
ResponderEliminar¡Hola, Genessis! La verdad es que sí, apenas hube publicado el post ya vi tu comentario.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus amables palabras. Entre tú yo: Carmen no lee nunca lo que escribo ni sabe que la menciono, ¡ja,ja,ja!
Un beso y feliz semana.
¡Hola, Mercedes!, muchas gracias por tu visita.Me alegro de que también te gusten los mercados, ya tenemos otra cosa en común, ¡ja,ja!
ResponderEliminarLa cruz egipcia, simbolo de fertilidad, entre otras cosas, es para mí un carnet de identidad: tengo familia numerosa.Un beso, y feliz semana.
Hola, Mario! Como puedes ver, aquí también tenemos costumbres curiosas como las que tú nos muestras en tu blog.
ResponderEliminarTodos sabemos que hace falta reactivar la economía menos Alemania, que obliga a más recortes y sacrificios, y si no se gana no se puede gastar, lo que conduce al cierre de los comercios y más paro.
Lo que no logró Hitler con sus ejércitos, colonizar a Europa, lo ha logrado Merkel con el dinero. Un abrazo
Hola, Toro Salvaje: Ojalá, sí, Ojalá...
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Saludos y feliz semana.
Muy agradecido por tus palabras, amigo Azpetia, maestro poeta y excelente persona.Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta cuando nos cuentas las cosas así, acompañando tu relato con fotografías. Es como vivir, ver, lo que tú, ¡así que gracias!
ResponderEliminar¿Qué tal va todo, querido amigo?
Un abrazo muy grande.
Que bella fiesta Juan! Me encantaron las fotografias. Si yo supiera que ibas a la feria, te pediria que me compraras un cochinito de ceramica para guardar los ahorros jajajaja seguro que su panza quedaria chupadita jajaja. Yo vi mucha gente mirando pero comprar no lo sé!! Y las comiditas deliciosas, creyo yo. Vi tu Carmen a echar una mirá a unos dulces o a los panes enormes.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Un beso
Flor
Hola, Lady Luna, me encanta saber que te gustan mis reportajes.Aún me quedan dos o tres que presentar de Córdoba. Poco a poco. Besitos.
ResponderEliminarHola, Florecilla! Muchas gracias por tu simpático comentario.Por la calle ahbía un aroma a guisado que se me abrían las carnes. ¿Viste qué panes tan enormes? A Carmen se le iban los ojos tras los dulces pero se contuvo porque tenía el azúcar por las nubes. Los botijos con vestidos de gitana costaban 25 euros. No vi las huchas. Un beso
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