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martes, octubre 25, 2005

MI TRABAJO













Hoy, 25 de octubre de 2005, es un día triste, porque a partir de ahora me  quedo sin trabajo.
Mi obra se va, se va cargada en un barco que se ha hundido en la Bahía de Cádiz para cogerla en brazos y partir con ella a lejanos mares. Se va al Norte, al mar de Barents, y ya nadie sabrá que es mi obra y la de mis compañeros. También éstos se han quedado parados y preocupados por la situación laboral.Todos sufrimos de la misma enfermedad, una muy contagiosa: debemos de comer tres veces al día, o por lo menos dos, si no, todo se derrumba, todo se descontrola: las letras de las hipotecas llueven, los niños lloran, las esposas te acosan a preguntas: ¿Y ahora qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Adónde irás?, como dice la canción.
Y uno se encoge de hombros porque no tiene respuestas; se compra el periódico aun sabiendo que no hallará nada interesante. Para quienes tienen 62 años no habrá ninguna oferta de trabajo y sí numerosos cursillos de pago, impartidos por agencias que prometen solucionar tu problema; pero eso es mentira: sólo soluciona el problema de ellos, de quienes imparten el cursillo, que ven así cómo suben sus ingresos a costa de la desgracia del que pierde su empleo.
Observo cómo mi obra avanza, llevada casi arrastras por tres remolcadores hasta el centro de la Bahía. El barco rojo ya está hundido, esperando que la gran mole de acero pase sobre él. Entonces se levantará, cual felino que salta sobre su presa, y levantará el fruto de mi trabajo a tres metros sobre el nivel del mar. Luego tocará la sirena para despedirse de Cádiz y partirá rumbo al Norte, a un lugar en que las noches duran seis meses, lo mismo que  los días. Un lugar donde las temperaturas descienden hasta -40ºC.
Mi obra llevará el gas natural a millones de personas desconocidas para mí, como yo lo soy para ellas.¡Pero ahí está! Yo he participado en su creación, en su parto, en todo.
¡Y ahora me quedo sin trabajo! Nadie me preguntará si necesito algo, si me puede ayudar. No, yo ya no existo, no soy nadie; mi obra me supera y se marcha para siempre a un lejano mar, a cumplir con su cometido. Así es la vida.


Algunos se creen el ombligo del mundo y miran a los técnicos y obreros altamente cualificados por encima del hombro porque ellos son funcionarios  y tienen estabilidad en el empleo; pero ellos se benefician de nuestro trabajo, usan la electricidad, los automóviles, los trenes y barcos, que funcionan gracias a nuestra experiencia y dedicación. A un sujeto que me menospreció presumiendo de tener carrera y ser funcionario público le dije:
¿Dónde está lo que has producido durante toda tu vida? ¿A quién has beneficiado con tu trabajo? No puedes mostrar nada, tu trabajo se ha desvanecido, no se ve. En cambio, tú puedes ver el mío: centrales térmicas y  nucleares, buques de pasajeros, buques de carga, petroleros, plataformas petrolíferas, gasoductos… ¡Ahí están! Benefician a la humanidad, y seguirán así  cuando yo muera.

 El Gasoducto del Norte  abastecerá de gas ciudad a las ciudades y pueblos ubicados desde Tarifa hasta Bilbao.


7 comentarios:

  1. Anónimo2:14 p. m.

    Estimado Juan:
    Me ha conmovido leer tu trabajo. Qué dura es la vida! Comprendo tu estado de ánimo: tenemos que preguntarnos: "si fuera yo, qué...?
    Así podremos ponernos en tu lugar y comprender la angustia. Bien que lo siento! Sólo puedo darte palabras, pero te deseo que las cosas mejores.
    Un saludo afectuoso......Mary J.

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  2. Gracias, Mary,por tu sentimiento solidario.Esperemos que todo se solucione. Un beso. Juan Pan

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  3. Hola Juan Pan:
    La vida a veces nos da cada sufrimiento pero como humanos tenemos que aprender a sobrellevarlos.
    me gusta tu blog es muy organisado, yo todavia no le entiendo mucho pero poco a poco lo lograre, visitalo para que me des tu poinion, se llama: escribes conmigo?

    soy pig

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  4. Hola,amigo Pig: ya he visto tu blog y me ha encantado lo bien que está con esa preciosa fotografía. Sigue así, escribiendo textos y poemas, y acompáñalo con fotos tan originales como ésa. Comprendo que estés enamorado de tu ciudad. Un abrazo. Juan

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  5. Anónimo11:15 p. m.

    ¡Hola Juan, soy Miguel. Ya ves voy leyendo tus artículos poco a poco.
    Nosotros , los que tenemos estabiilidad en el empleo, no sabemos lo duro que debe ser perderla, aunque es fácil imaginarlo.¿Qué tal andas de trabajo?. Ya sé que a todo se acostumbra uno pero eso de tener que trabajar lejos del hogar es una prueba dura , claro que peor es no tener donde "caerte".Espero que la cosa marche bien y que no tengas que estar desplazado lejos del Puerto.
    Saludos a todos.

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  6. Hola, Miguel: Antes que nada me gustaría que me enviases tu dirección de email por si tengo que comunicarte algo personal de aqui.Hay un lugar donde puedes enviar tu email junto al de los comentarios.
    Volviendo al texto: No tengo trabajo y es difícil que lo encuentre a mi edad, y menos aquí.me veré obligado a prejubilarme con una miseria de pensión: siempre he sido eventual y no tengo los privilegios de los trabajadores de las empresas que fueron estatales, como Astilleros, Renfe, Endesa o Telefónica. Luego dicen que "todos somos iguales ante la Ley". En fin, no podemos hacer nada. Te agardezco tu visita y te envío un saludo para ti y los tuyos. Un abrazo. Juan Pan.

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