Durante el pasado mes de agosto he leído el
libro «ÉBANO», del periodista y escritor
polaco Ryszard Kapuscinski, ganador, entre otros, del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades del año 2003.
El libro es una crónica de la arriesgada vida
del corresponsal de una agencia de prensa en las diversas guerras que mantienen hundidos en
la miseria a los países centroafricanos.
El periodista nos conduce de la mano a través de la selva entre árboles de 30 metros de altura, y
del desierto asesino, proporcionando valiosos detalles sobre su historia, el clima, enfermedades, insectos, y, sobre todo,
de la guerra que pervive en el continente negro y sus secuelas.
Increíble que en el siglo XXI exista el tráfico
de esclavos.
Increíble que las ONGs entreguen la mitad de
las ayudas recibidas a los dictadores para que éstos les permitan continuar su
labor, a pesar de que haciendo eso los ayudan a permanecer en el poder en
contra de la voluntad de sus pueblos.
El autor nos describe las bellezas de
ciudades como Dakar, que tanto atrae a turistas deseosos de aventuras exóticas;
pero relata como al montarse en el tren y abandonar la ciudad, los trenes son
asaltados por millares de seres hambrientos que viven en chabolas a uno y otro
lado de la vía. Nos cuenta también cómo al entrar en la habitación del mejor
hotel de una ciudad en Ruanda y tras
pagar 40 dólares por adelantado, se encuentra la cama, el suelo y los muros
cubiertos de cucarachas grandes como tortugas que no atacan, sino que se
apartan a su paso y le dejan un hueco en la cama. Antes de entrar ha debido
entregar un dinero a una pareja de “guardaespaldas” que se hallaban en la
entrada del hotel para, según ellos, evitar que le rebanen el cuello mientras
duerme y jamás se despierte.
Nos
muestra Debre Zeit, una enorme planicie que llega hasta donde alcanza la vista,
cruzada de grandes avenidas ocupadas por cientos de miles de tanques,
ametralladoras, cañones, lanzallamas, aviones cazas- bombarderos, hangares que ocultan aviones MIG y explosivos… todo ello oxidado y sin
estrenar porque los nativos, que no sabían
ni leer, no sabían cómo hacerlo. Era la aportación de la Rusia comunista en tiempos
de Brezhnev al dictador comunista de Etiopía, Mengistu, para que éste eliminase al pueblo eritreo, que pedía la independencia. Un pueblo invisible,
pues para librarse de los cañones, del nalpan y de las bombas edificaron una gran
ciudad bajo tierra.
El libro es bueno; pero me ha cansado por momentos. No es como una novela con sus tres etapas: presentación, desarrollo y
conclusión. No es por tanto una historia cuya trama te atrapa y la sigues capítulo
a capítulo hasta que concluye, sino que el reportero va de un país a otro y comienza un relato distinto, con
lugares y personajes diferentes. Al final no existe argumento o trama que recordar y sólo quedan datos curiosos como los que cito
arriba.
Tampoco existe la chica guapa que acompaña al
protagonista, ni existe historia amorosa, sólo el arriesgado trabajo del
reportero.
Pensé
en abandonar la lectura cuando llevaba cien páginas —contiene 340—, me aburría
no recordar nada de lo que había leído el día anterior; pero el hecho de que trataba sobre la situación
actual de países colonizados y deseoso de descubrir detalles sobre Sudáfrica,
Kenia o el Zaire, lugares que he visitado, me incitaban a continuar.
Un libro muy bueno para historiadores y para
quienes deseen viajar a África. Si lo leen antes de sacar el billete, quizás
cambien de destino.
No lo he leído y por lo que cuentas no lo leeré.
ResponderEliminarMe pondría de mal humor.
Saludos.
Gracias por tu critica, siempre es bueno saber algo más de un libro que quieres comprar.
ResponderEliminarAbrazos a los dos
Muy buen resumen Juan.
ResponderEliminarNo conozco al escritor y si tuvo un tan valioso premio debe ser interesante sus obras.
Para ti que eres un aficionado lector va un abrazo
y feliz tarde de sábado y domingo.
Juna:
ResponderEliminarEs el riesgo de leer a reporteros, en ocasiones sus libros son un reportaje o varios, no dejan de ser interesantes.
Hasta pronto mario
Pues sí. Toro salvaje, por momentos entra rabia al leer algunas cosas. Saludos
ResponderEliminarGracias a ti por tu visita, Higorca. Besos
ResponderEliminarGenessis, yo tampoco había leído nada de este señor antes de Ébano, pero he visto que tiene una extensa obra como periodista y como novelista:
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Ryszard_Kapu%C5%9Bci%C5%84ski
Un beso
Es cierto, Mario. El libro se compone de varios reportajes muy interesantes, aunque a mí me cansaban algunos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juan siempre son interesantes tus opiniones. Un besazo.
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