jueves, noviembre 15, 2012

YO TAMBIÉN ESTUVE ALLÍ


Ayer, día 14 de noviembre, a las seis de la tarde, el Foro Social había convocado a los portuenses delante del Ayuntamiento para manifestar nuestra protesta por la política antisocial que está llevando a cabo el Gobierno. Unas tres mil personas  llenaron la plaza y después de escuchar a los organizadores fuimos todos pacíficamente a recorrer el centro urbano de la ciudad. Al llegar a la plaza Isaac Peral se cantaron algunas consignas y después de la actuación de unos jóvenes raperos la manifestación se  disolvió.







Hoy, cuando salga a la calle y me encuentre con mis vecinos en la plaza o en el bar seguramente me preguntarán por qué yo, que estoy jubilado y no tengo que sufrir los zarpazos del hambre ni los desahucios de los que están en el paro sin esperanzas de encontrar durante años, quizás ya nunca, un trabajo. Por qué yo, decía, hice huelga y asistí a la manifestación de ayer, me preguntarán con sorna.


 Cuando ellos, prejubilados de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, de las grandes multinacionales y/o funcionarios del Ayuntamiento o de la Junta de Andalucía, haciéndose eco de la palabrería del ministro y de los empresarios, afirmen que no es el momento, que la huelga no ayuda, que no sirve de nada... me brotarán, sin duda alguna -me conozco bien-  espontáneas y atropelladas  palabras para responder, quizás airadamente, a sus estúpidas y egoístas alegaciones de esclavos y lameculos. Pero nada mejor que responderles con las hermosas y certeras declaraciones que la excelente poeta Ana Montojo publica en su blog, que asumo y hago mías palabra por palabra:

YO, COMO NO ENTIENDO...


Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.
(Gioconda Belli)



Dicen los entendidos que no toca,
que ahora no es el momento,
que si la economía
y que si los mercados
y que no sé que prima que ponemos en riesgo.

Y que además saldremos muy feos en la foto.

Por lo visto las huelgas hay que hacerlas
cuando no existen pobres,
cuando todos habitan en casas confortables
y se acuestan sin miedo a que los echen
y todo el mundo ejerce su derecho al trabajo
con un salario digno.

Cuando el futuro espera cargado de promesas
a todos nuestros jóvenes
y no tienen que irse a vivir a otro mundo.

Cuando a nuestros ancianos los atiende el Estado
en justa proporción a lo que dieron,
cuando a los inmigrantes que se juegan la vida
los acoge un país con los brazos abiertos.

Pero yo, que no entiendo, ¡qué ocurrencia!
voy y me pongo en huelga
cuando el hambre se adueña de las calles,
cuando el miedo se agarra en las tripas vacías,
cuando el trabajador está dispuesto
a agachar la cerviz por un sueldo de mierda
y se deja pisar por que coman sus hijos.

Cuando a los que son jóvenes
se les muere el futuro
y ni siquiera tienen ni fuerzas para amarse,
cuando los que son viejos ambicionan la muerte
como única salida.
Yo, es que, como no entiendo,
voy y me pongo en huelga.


6 comentarios:

  1. hola queido amigo estoy contigo y tus palabras yo hice lo mismo

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  2. Muchísimas gracias, Juan.

    Un beso

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  3. Genial la entrada y mi más sincera enhorabuena también a Ana Montojo porque la poesía es buenísima.
    Mi marido y yo no pudimos ir a la manifestación de Cádiz como otras veces porque él era servicios mínimos en su Empresa y por lo tanto yo tenía que serlo en casa, pero a cambio hice de canguro de mi sobrina para que pudieran ir mi hermana y su marido que me fueron contado vía móvil cómo transcurría todo. Eso y no aparecer por facebook y las redes sociales fue mi pequeña aportación a la huelga. Fíjate, comprendo que suene absurdo, pero a mí me hizo sentir solidaria con la gente que estaba allí y con mis convicciones. Me decía mi hermana por teléfono ¿has visto en facebook la foto de esto o aquello? Y yo no podía entrar hasta el día siguiente porque así lo escribí en mi estado y porque era mi pequeña muestra de rebeldía y de "perroflautez".
    Gracias Juan.

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  4. ¡Muchas gracias por tu visita, Hacedor de sueños! Saludos

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  5. Gracias a ti por ser como eres. No cambies jamás, Ana. Un beso

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  6. ¡Hola, Mamen! Perdona, guapa, llevo días sin comentarte aunque he leído tus entradas: me faltan horas en el día.Pero ya estoy más tranquilo y todo volverá a ser lo de antes.

    Entiendo tu postura, sé que hacer de canguro es una forma de participar en algo cuando las circunstancias mandan. El rebaños de los perroflautas cada día es más numeroso. Soy muy feliz de que ambos pertenezcamos a él. Un beso

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