Esta vez me ha tocado ver un espagueti western: «Django desencadenado»
La película llega precedida de un gran despliegue de publicidad: que si está nominada para cinco oscars, que si ha recaudado más de 97 millones de euros desde diciembre en Estados Unidos y Canadá....
Tal vez se lo merezca, pues la fotografía es preciosa, la banda sonora es muy bonita, y la interpretación de sus actores es genial. Y sobre todo, está basada en hechos históricos: la cara cruel y vergonzosa de la Humanidad al permitir que se produjera algo tan criminal como la esclavitud de los negros en el sur de los Estados Unidos.
Las dos horas y media que dura la proyección pasan sin darse cuenta y mantiene al espectador clavado en su silla con los ojos grandes abiertos como espantados o llenos de admiración.
Tarantino no se calla ni una a la hora de mostrar los abusos y la enorme riqueza acumulada gracias a la explotación de generaciones de esclavos que se producía en el país líder de las libertades y oportunidades. El estado de Missisipi era entonces el Auswicht del siglo XVIII. Y nadie decía nada, todos los países intentaban imitarlo o sacar beneficios proveyéndolo de esclavos.
Al salir de la sala, vi a un grupo de un centenar de personas esperando para entrar a verla.
SINOPSIS PUBLICADA:
A mí, la verdad sea dicha, sin dejar de reconocer el enorme trabajo de los actores y del director, y sin pasar por alto las bellísimas imágenes y la música hermosa y envolvente que ofrece la cinta, me ha dejado un mal sabor de boca. Incluso he sentido náuseas en algunos momentos: con la sangre que se ha derramado innecesariamente en el rodaje de esta cinta se hubieran cubierto las necesidades de todos los hospitales españoles durante un año. Creo que Tarantino se ha pasado tres leguas y doscientos cuarenta y seis metros.
Ambientada en los estados del
Sur estadounidense dos años antes de estallar la Guerra Civil, DJANGO
DESENCADENADO está protagonizada por el actor ganador del Oscar® Jamie Foxx en
el papel de Django, un esclavo cuyo brutal pasado con sus antiguos dueños le
lleva cara a cara con el cazarrecompensas de origen alemán, el Dr. King Schultz.
Schultz le sigue la pista a los
hermanos asesinos Brittle y Django es el único que podrá llevarle hasta ellos.
El poco ortodoxo Schultz compra a Django con la promesa de dejarlo en libertad
tras capturar a los Brittle – muertos o vivos.
Tras la exitosa misión Schultz deja en libertad a Django pero ambos optan
por no separarse y seguir el mismo camino. Con la ayuda de Django, Schultz
emprende la búsqueda y captura de los delincuentes más buscados del Sur. Según
va puliendo sus capacidad como cazador, Django se centra en su única meta:
hallar y rescatar a la esposa que le arrebató el
tráfico de esclavos muchos años atrás.
La búsqueda de Django y Schultz los guiará en última instancia a Calvin
Candie, el
propietario de “Candyland,” una infame plantación donde los esclavos son
preparados por el entrenador Ace Woody para luchar unos contra otros por
diversión. Al reconocer la propiedad bajo pretensiones falsas, Django y Schultz
levantan la sospecha de Stephen,
el esclavo doméstico de confianza de Candie. Ahora siguen sus pasos, y una
despiadada organización se les aproxima. Si Django y Schultz quieren escapar con
Broomhilda, se verán obligados a escoger entre la independencia y la
solidaridad, el sacrificio y la supervivencia...
¿De dónde ha sacado eso rifles que a cada disparo descuartiza el cuerpo de quien lo recibe? ¡Si a un caballo casi le corta la cabeza con un disparo!
Y los revólveres... Entran cuatro hombres uno detrás de otro por la puerta y Django dispara: la bala atraviesa al primero, reventándolo, y mata al segundo y...
Todas las paredes y techos del enorme salón de la mansión se tiñen de sangre, las alfombras empapadas tras el enfrentamiento de Django con los guardaespaldas del cacique.
Hay varios cadáveres tirados por el suelo y los hombres que aún está vivos se protegen con ellos. Los cadáveres saltan y muestran sus entrañas a cada balazo, y de cada disparo que reciben mana un geiser de sangre del agujero que produce en los cuerpos ya muertos.
Dice que es un cine para adultos y que refleja la realidad. No sé, yo no he tenido nunca un arma, pues no he hecho el servicio militar y detesto la caza; pero siempre he visto en el cine que cuando alguien recibe un disparo en el pecho se le forma un agujerito y una manchita, el tío cae al suelo y comienza a desangrarse.
En esta película, el que reciba un disparo sale despedido violentamente, explota prácticamente, las tripas salen volando y la sangre sale a chorros por delante y por detrás como si fuera un grifo.
Si los yanquis hubieran tenido esas armas no hubieran perdido la guerra del Vietnan ni hubiesen estado tanto tiempo inútilmente en Iraq y Agfanistàn. Eran pistolas, pero parecían bazookas o cañones antiaéreos.
Puede que le otorguen los Oscars a la película y a Tarantino, pero lo que es a mí, ya no pienso volver a ver una obra suya.
He leído hace un rato criticas en las que la puntúan del uno al diez con un once. Yo no me quito de la mente ese derroche de sangre innecesario, la película hubiera estado perfecta sin ella. Por eso no paso de darle un 6
Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!
ResponderEliminarHabrá que ir preparado para ver semejante sangría como afirmas, pero a veces la realidad supera con creces la ficción, incluso los hechos reales que algunas películas quieren o pretenden reproducir.
ResponderEliminarGracias Juan. abrazos.
Hola, manipulador de alimentos. Gracias por tu lectura y comentario.Efectivamente: una decepción.Y es una pena, porque la historia en sí es buena. Saludos
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que a veces la realidad supera la ficción, Mercedes; pero en literatura, en el cine y en otras facetas de la vida hay que dejar espacio para la imaginación, no se debe ser tan explícito.Ver a una chica en top les en la playa no excita tanto ni hace volar la imaginación y los sueños como verla en ropa interior.Es mi opinión, que no tiene porqué ser compartida. Un abrazo también. (¿Estamos de recortes?)
ResponderEliminarUf...tiene que ser durilla por lo que te leo. Yo hace un tiempo, creo que desde que tengo hijos, que no puedo ir a ver películas donde se muestra la crueldad de esa manera brutal porque no puedo evitar pensar en los peligros (aunque en este caso sea algo del pasado) a los que se enfrentan cada vez que salen a la calle. No me cabe en la cabeza que un ser humano puede ejercer tanta crueldad sobre otro.
ResponderEliminarUn saludo, Juan
Sabemos que la realidad supera la ficción, pero cuando salimos de ver un film con muchas atrocidades nos aliviamos pensando que eso fue una ficción.....
ResponderEliminarHiciste como siempre una completa y significativa exposición del argumento.
Gracias
y feliz domingo.
Un beso caro Juan.