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miércoles, diciembre 18, 2013

CAMINANTE, NO HAY CAMINO

foto de José González García
Amanece un día triste bajo un manto gris de nubes lloronas. Están tristes la nubes, lo sé: no podía ser de otra manera visto el trato que reciben al caminar por el cielo. A ningún ser puro le gusta que lo asocien con la canallesca, y ellas, las nubes, vapor de agua limpio y puro, esencia de los mares, sufren al ser obligadas a convivir con los gases —putos gases fétidos y corrosivos—,  que produce el ser humano y sus inventos.

Sus lágrimas resbalan lentamente por los cristales de mi ventana, se detienen a veces para mirarme y yo siento su angustia penetrarme e incrustarse en mi alma. Las entiendo. Mi alma también llora a veces, muchas veces.
Pero mis lágrimas difieren de las que vierten la nubes: éstas son limpias, sirven para beber, para regar,  incluso para rellenar las baterías de los autos que contaminan el aire y provocan la sequía y el calentamiento del planeta, por tal motivo provocan el llanto en las nubes...
Las mías son saladas y corrosivas,  producto de la corrosión de mi alma incomprendida. Son invisibles para el resto, pero reflejan mi tristeza. Quizás servirían para aflojar tornillos, como la Coca Cola; pero lo dudo: mis lágrimas son inútiles, no aflojan nada, no mueven a nada, no son apreciadas, al contrario: provocan rechazo. Y risas.

Voy cabalgando en el brioso corcel de la vida hacia un horizonte de mar color fuego cada vez más cercano. Miro hacia atrás y veo a la gente en masa, gritando y levantando sus puños en gestos amenazadores hacia mi persona, deseosa de perderme de vista. El sol se hunde en las aguas y de detiene  un poco para esperarme. No llego a tiempo, tal vez mañana...
Tengo que seguir corriendo en la oscuridad de la incomprensión y el rechazo. No huyo: me llevan.

 Nunca he sido como el resto, y al ser diferente me han despreciado: Cuando he luchado por la Justicia me han llamado iluso;  si hablo de Amor, obseso. Cuando hablo de sexo, ¡jajajaja!, mejor no hablar de eso. No es justo.
Cuando he trabajado duro para ganarme el pan y el puesto de trabajo me han tildado de pelota; y si ahora no acompaño a quienes cortan carreteras y queman contenedores de basuras exigiendo una carga de trabajo que no llega (los clientes encuentran otros lugares donde comprar más barato, donde los sindicatos no exigen que lleven en 30 autobuses y varios taxis a los  obreros al trabajo y en cambio admiten que un 20% de la plantilla esté permanentemente de baja por enfermedad, muchos de ellos  para trabajar en otro lado clandestinamente, como sucedía antes de la crisis en los astilleros), me llaman facha. Los puestos de trabajo deben defenderse a priori, mirando por la empresa, trabajando y dando lo mejor de sí. Pero eso no suena bien en esta sociedad.

Al final el tiempo pone a cada cual en su sitio.
Mientras tanto, sigo cabalgando con mi pena a cuestas.



6 comentarios:

  1. Cuantas verdades enredadas en poéticos renglones, cuanta lágrima vertida sin provecho por la necedad del hombre, incapaz de ver la verdad y la razón y se rodea de ambición que destruye nuestro entorno, Enhorabuena Juan, por tan bello escrito.

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  2. Me identifico contigo, Juan, a mí, desde hace ya muchos años, los de derechas me llaman "roja" :-) y los de izquierda me llaman facha. Es el precio a pagar por abogar siempre por el criterio independiente, que consiste, ni más ni menos, que en concederle la razón a quien creemos sinceramente que la tiene, sin importar que nuestra opinión pueda resultar más o menos "políticamente correcta". Dicho más castizamente: que no nos casamos con nadie :-)Pero el común de la gente suele ser amiga de "etiquetas". Situar al otro dentro de un "grupo" cerrado parece otorgar cierta tranquilidad a muchos. Es algo que nunca he entendido.

    Aprovecho para felicitarte las fiestas, Juan, confío en q esos problemas de los q me hablabas en mi blog se vayan solucionando y el próximo año venga cargado de buenos momentos, salud y soluciones. Un abrazo grande.

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  3. "El sol se hunde en las aguas y de detiene un poco para esperarme. No llego a tiempo, tal vez mañana..."

    Qué pedazo de frase...

    Por cierto: hola, Juan. Cuánto tiempo sin pasarme por aquí. :)

    ¡Saludos!

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  4. Muchas gracias Oreneta.Sé quien eres, guapa. Un beso muy fuerte.

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  5. Así es Ana: en el momento que dices cuatro verdades te buscan un ejército de enemigos, incluso entre tus mejores amigos y familia. Un besazo. Feliz año 2014.

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  6. Efectivamente, Phausto,¡cuánto tiempo! Gracias por tus amables palabras. Espero reanudemos nuestra amistad y visitas desde ahora. Un abrazo, felices fiestas y próspero año 2014

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