NO SOY SICÓLOGO NI PSQUIATRA. Soy un hombre que aprende de las lecciones que da la vida. Y una de las lecciones más importantes que he aprendido es la relación que existe entre la confianza y la amistad.
La confianza y la amistad van de la mano; si no hay confianza no puede haber amistad, y si temes decirle algo a una persona porque no confías en su reacción es que no la consideras tu amiga, porque con los amigos verdaderos se debe hablar y hasta pensar en voz alta: es eso lo que los distingue de la masa social.
Y cuando uno se entera de cosas o acontecimientos a través de la prensa o por mediación de otros relacionados con una persona a la que consideramos la mejor amiga y con la que hemos hablado horas antes y nada te ha dicho, es que esa persona no es tu amiga: no confía en ti. Y es entonces cuando recibes un mazazo tan grande como grande es el cariño que sientes por esa persona. De pronto descubres que te has equivocado, que has depositado todo tu dinero en el banco malo, en el que nunca producirá beneficios sino pérdidas, dolor y lamentos.
Por tu mente pasan en un instante todos los momentos pasados con esa persona, las conversaciones, las confidencias íntimas (que ahora no sabes si seguirán siendo confidenciales o públicas), los regalos, las promesas de amistad eterna, los viajes conjuntos...
¿Qué hacer en esos casos?, me pregunto.
Lo primero es serenarse, intentar que el desengaño no te haga tanto daño como para hundirte en la depresión y el desánimo. Respeta su decisión. Nadie está obligado a quererte ni a confiar en ti.
Lo mejor es no decir nada, no reprochar nada, sino aprender de la experiencia y cambiar de actitud. A partir de ese momento no confiar tanto en las personas, ser más reservado, salir y disfrutar con la gente pero sin abrirles por completo el acceso a tu interior. Porque si el mejor amigo te ha defraudado, qué no te harán los simplemente conocidos.
Y confiar en que habrá más primaveras, más días soleados y nuevos motivos para amar la vida. Hoy en día, toda clase de dolor se calma con la medicación apropiada.
Y con esa convicción veremos la luz del sol a través de la niebla
Asi es Juan! Cada vez más hay personas que no merecen nuestra confianza y en la net peor. Hay veces que yo leo ciertos comentarios, no en mi página más en la de amigos, con tanta alabanza, con tanta hipocresía, que hasta me duele y no es nada conmigo. Frases hechas, palabras hechas, que cara dura tienen!!!
ResponderEliminarAprovecho para desearte a ti y a Carmen una muy Feliz Navidad. Trata de no excederte, me refiero a la comida y bebida jajajajaja.
Besitos Juan.
Tu amiga Florecilla.
Ay! tu tienes aqui al lado derecho una camera que me dá miedo, será de la policia secreta?????????
ResponderEliminarJajajaaj la cámara es para que no me roben, está conectada con la CIA y con el M15. Esta Navidad viene mis hijos de Galicia y de Madrid, me gfaltarán dos con mis nietos. FELICES FIESTAS Y UN AÑO 2014 COLMADO DE FELICIDAD. Besos
ResponderEliminarVan estar bien acompañados. Ya tendras los que faltan en otras fechas.
ResponderEliminarPasadlo bien!!
Besitos.
Esa lección hace años que la aprendí.
ResponderEliminarPor desgracia.
Ahora vivo con mil corazas.
Saludos.
Todos aprendemos de la vida, Toro Salvaje unos con mejores enseñantes que otros, pero aprendemos. Saludos
ResponderEliminarSabia reflexión!
ResponderEliminarAsí es querido Juan, aveces, sólo a veces, la confianza mata al hombre...pero tampoco hay que ir al otro extremo, el otro no es siempre un lobo...
Hay que saber aprovechar las experiencias para crecer en sabiduría.
Abrazos cálidos y Felices Fiestas!!!
Esas amistades de las que hablas no llegan ni a conocidos.
ResponderEliminarPasando que es gerundio.
Felices Fiestas
Efectivamente, amiga genessis, no todos son lobos; hay que separar las ovejas de ellos. Te deseo felices fiestas y un año cargado de salud y de sueños cumplidos. Un beso
ResponderEliminarAsí es, Marian, pero no es hasta que uno se percata de ello que se da cuenta de ello. Un beso, amiga. Felices fiestas
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