Esta mañana fui a tomar el aperitivo al bar Andalucía y Antonio “el Poli”, un hombre de casi ochenta años, jubilado de Astilleros Españoles, me ha dado una soberbia lección de Geografía Económica, de Política Ambiental y de Savoir Vivre.
Se hallaba el hombre empujando hacia abajo el mostrador con ambos codos, la cabeza gacha y la nariz morada, y no del frío precisamente, sino a causa de las copas de manzanilla de Sanlúcar que ya había ingerido, y murmuraba algo para sus adentros.
Cuando yo he hecho mi triunfal entrada en el bar, saludando a todos y apropiándome del periódico para leer las últimas noticias, el señor Antonio, al ver a Zapatero en la portada con su frase a pie de foto sobre
«La culpa de todo la tiene CHINA.
En la cumbre de Copenhague, todos le piden a China que modere sus emisiones a la atmósfera si no queremos perder este planeta, que, por cierto, no nos pertenece, pues está registrado a nombre del Viento, según el Presidente Zapatero.
Presumen los países europeos de haber dado los primeros pasos, de haber invertido multimillonarias cantidades en adecuar y transformar nuestras fuentes de energías, en reciclar nuestros desechos y reducir nuestros humos tomando medidas antipopulares, como la de prohibir fumar, porque de eso se trata: de fabulosos contratos para empresas que fabriquen medios que reduzcan el humo. Sabido es que nuestra salud les importa un pepino a nuestros gobernantes.
Es fácil decir a otros que tomen medidas cuando partimos con ventajas. No es lo mismo prohibirle comer tocino a un ciudadano de Nueva Delhi que a un andaluz. Sencillamente porque el andaluz lo puede sustituir con jamón ibérico y el hindú, senegalés o etíope, no tendría otra cosa para llevarse a la boca y se moriría de hambre.
No es lo mismo invertir en Sanidad en un país de 40 millones de habitantes que en otro de mil trescientos millones.
Vamos a verlo con cifras (he descubierto que mi teléfono móvil tiene calculadora y desde entonces estoy como loco haciendo números):
Convendrás conmigo en que una persona bebe un litro de agua al día. Eso significa que en China necesitan 1, 300 millones de litros de agua potable cada día, más que en EE.UU y Rusia juntos (EU. tiene 305 millones de habitantes y Rusia 142)
Por la misma razón excretan mil millones trescientos mil litros de orina al día, lo que equivale a 1, 300,
Si una persona produce medio kilo de excrementos diarios, puedo decir que en China cada día depositan 650 millones de kilos de caca. ¿Son los chinos unos cagones? No, he puesto la misma cantidad que defecamos nosotros, pero como ellos son tantos…
O sea, que en la famosa Cumbre han hablado de vertidos de humos; pero se han olvidado de los otros, como si depositar 650 millones de kilos de excrementos diarios no fuese un problema. Y eso que ellos desde siempre han estudiado la manera de reciclar sus desechos amontonándolos y formando bonitas montañas en las bahías y en el interior.
¿Por qué creéis que comen tanto arroz? Porque el arroz estriñe y las deposiciones son duras y se pueden amontonar, y luego, con la humedad, se forman esas bonitas montañas que tanto gustan a los directores de cine. El esfuerzo que realizan estos ciudadanos para hacer sus necesidades es tal que sus ojos han tomado la forma de raya que los caracteriza.
Los millones de litros de orina vertidos diariamente hacen que los ríos sean caudalosos y amarillos. Ante eso, ¿qué pueden hacer? ¿Por qué
Pues nada, no se ha comentado nada de eso en Copenhague, solo el vertido de humos les interesa. Normal, la tecnología para filtrarlos se la venderíamos nosotros. Y son las transacciones comerciales lo único que en verdad interesa.
La caca para ellos.
Los chinos quisieron embalsar las materias y aguas fecales y construir una enorme planta de gas Metano para producir electricidad; pero el coste era tan elevado que no pudieron asumirlo. ¿Por qué no le ayudamos nosotros a eso? Los EE.UU alegan que una central eléctrica de esa envergadura aumentaría el vertido de gases y humos a la atmósfera
¿He dicho gases? Veamos, calculadora al tanto: si un pedo ocupa un espacio en el aire de 10 cl, y cada día los humanos nos tiramos diez por cabeza, resulta que diariamente lanzamos a la atmósfera 100 cl =
Calculemos: China produce 1, 300 millones de litros al día en gases humanos, por decir algo, pues algunos de esos gases
¿Y quién no dice que son esos gases precisamente los que hacen el agujero en la capa de ozono porque el oxígeno, hidrógeno, nitrógeno y los demás gases nobles que componen el aire huyen despavoridos ante la llegada de esa inmensa bola fétida?
Quién sabe... A lo mejor no es necesario cerrar las chimeneas de las fábricas ni poner catalizadores en los coches (el mío lo cambié la semana pasada y me ha costado 500 euros) y sería suficiente con poner un filtro como los que traen los cigarrillos Fortuna en la salida humana de los gases inhumanos.
No, no, amigos, no es coña. Esto es muy serio. Dentro de veinte años la población de China habrá aumentado en un tercio, la cantidad que hoy vive en
Es hora pues de exigirle a China que controle sus gases personales, reciclar su orina y aprovechar sus excrementos para sacar fibra y hacer chándals, aunque sean con el logotipo de Adidas o del Real Madrid, y venderlos a su justo precio. Y
Y que dejen de comer arroz y celebren con nosotros las navidades o las fiestas de fin de año comiendo turrón, cochinillo de Ávila, jamón serrano y gambones del Carrefour, todo ello regado con vino tinto, fino de jerez y champán. Y que se dejen de beber Sake con lagartos dentro.
La sociedad global: todos iguales ante
Y ya me callo, porque mientras yo hablo vosotros os estáis poniendo morados de tapas de chorizo a la llama y pescado frito.
¡Antonio, llena esta copa!»
Yo, pasmado ante la sabiduría del anciano, sólo he podido añadir: ¡Esa copa la pago yo!