miércoles, julio 20, 2011

LA SONRISA ETRUSCA


Cuando hace unos meses leí la recomendación de este libro en el blog de mi amiga Vero me propuse leerlo.

Formaba parte de la media docena de libros que por diversas razones guardo desde hace muchos años en mi vitrina sin leer o leídos a medias.

Éste, concretamente, lo compró mi esposa en 1990 y ella misma abandonó su lectura al poco de comenzarla porque le dolían los ojos al leer. Eso tal vez fue lo que me incitó a dejarlo en el estante hasta ahora.

La sonrisa etrusca es un libro enternecedor. Me ha recordado a "Donde el corazón te lleve", de Susanna Tamaro, que fue un éxito mundial el año 1994.

Ambas historias las protagonizan personas muy mayores quienes, intuyendo el inminente final de sus vidas, abren sus corazones y entre diálogos, confesiones muestras de cariño y arrepentimientos, rebuscan entre los recuerdos que modularon sus caracteres y comportamientos y nos lo cuentan, la una por escrito y el otro de forma oral, para que sus sucesores les comprendan.

La sonrisa etrusca comienza con la admiración que siente Bruno, un viejo recien llegado de un pueblo del sur de Italia, por la estatua etrusca de “Los esposos”. Cuando llega a recogerle su hijo Renato le pregunta qué significa el monumento, y éste se lo explica. La figura de la pareja, construida en terracota, marcará los últimos meses de la vida del protagonista.

Bruno, un anciano gravemente enfermo, ha venido a Milán para ver a un especialista. Al principio rechaza la gran ciudad y añora su pueblo natal, aquél que tantas vivencias le ha proporcionado. Un pueblo donde también vive su peor enemigo, también aquejado de una grave dolencia. El único deseo del viejo es que éste muera antes que él.

Pero en casa de su hijo conocerá a Brunito, su nieto, a quien sus padres se han propuesto educar siguiendo las pautas de un libro de autoayuda: dejándole en su cuna solo de noche en una habitación apartada, no cogiéndole jamás en brazos.

El abuelo se rebela contra esa decisión, dice que el niño siente miedo y por eso llora; afirma que al niño le falta el cariño de los padres y critica a los modernos matrimonios que valoran más sus puestos de trabajo que a la familia. Decide educar a su manera al niño y éste le toma un gran cariño.

En un parque, paseando el cochecito del nieto, Bruno conoce a Hortensia, una anciana bondadosa cuya mirada atrapa al viejo y va ganando poco a poco espacio en su corazón hasta que decide que es la mujer de su vida, aquélla que siempre le hubiera gustado tener, y aun sabiendo ambos la cruda realidad, deciden casarse y llevarse al nieto al pueblo del viejo.

La mente le juega malas pasadas y le hace revivir escenas como héroe partisano, atacando a los alemanes cuerpo a cuerpo y en emboscadas hasta lograr liberar a su pueblo, un gran acierto del autor para describir magistralmente al personaje: un hombre rudo de la sierra, capaz de enfrentarse al enemigo hasta la muerte, de sufrir vejaciones y torturas hasta morir si es preciso en un interrogatorio antes que denunciar al compañero; un machista que piensa que las mujeres están para desahogarse y darles lo que necesitan sin más, y guardar respeto y sumisión al marido, un hombre que piensa que a los niños hay que educarlos como machos, como él mismo es.

Todas sus convicciones irán desvaneciéndose poco a poco ante la bondadosa actitud y comprensión de Hortensia; su ternura, su sosegada belleza y su entrega, su amables razonamientos harán que se cambien los roles: el viejo acabará sumiso y entregado ante la maravillosa mujer que ha conocido al final de su viaje y lamenta profundamente no haberla conocido antes.

Sentados ambos en la cama sin apetencias sexuales pero embargados de cariño, al viejo le viene a la mente la sonrisa que lucen “Los esposos” de la figura etrusca, y comprende la serena felicidad que emana de ellos.

Hay momentos en que al lector le picotean los ojos y siente la necesidad de tragar saliva ante la gran sensibilidad del autor y su arte en revelar la riqueza de los sentimientos que permanecen ocultos. Una obra exquisita que enseña a conocer mejor la naturaleza de las relaciones humanas.

La sonrisa etrusca es una novela que en mi opinión merece ser más reconocida por los que dirigen la Cultura en este país.

10 comentarios:

  1. Muy buena reseña del libro, había oído de él, así dan ganas de leerlo.

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  2. Un gran escritor y una mejor persona.
    Recomendable toda su obra.

    Saludos.

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  3. muy bien expuestopor tu pluma la reseña muchas gracias amigo! nos seguimos viendo entu blog!!

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  4. Qué bien te ha quedado la reseña, has dado en el clavo. Veo que te ha encantado, como a mí. El abuelo es tan tierno. Yo que quería (y quiero) a mi abuela con locura y que falleció ya hace 10 años de un cáncer también... vamos, casi lloro leyéndolo.
    Tendré que leer más libros suyos, es un hombre muy interesante. Besos Juan!

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  5. Hola, Chary, gracias por tu visita. El libro te emocionará, te lo aseguro.Es una delicia.Un beso

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  6. Toro, yo no había leído novelas de este gran hombre, sino artículos de opinión. Es un valiente, no teme a nadie, ni tiene precio su honrradez.Loúltimo que había visto de él es esto:

    http://www.youtube.com/watch?v=8DmYGz3EvXk&feature=share
    Saludos.

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  7. Hola. M.Susana, gracias amiga por tu visita. Mañana me voy. Estaré unos día de viaje. Nos seguiremos viendo a la vuelta. Besos.

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  8. Hola Vero. En primer lugar te agradezco la recomendación, si no es por ti no lo hubiera sacado de la vitrina.Sí, la verdad es que me ha gustado mucho.También buscaré más obras de este Grande de la Literatura.Un beso.
    ¿Sabes que te leo seguido y escucho la música que pones? Queen es fantástico!

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  9. Juan, me alegro que me sigas, yo desgraciadamente ahora puedo seguir poquito los blogs amigos pero de vez en cuando te leo, pa' que no te enfades jeje Besos.

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  10. Que bien describiste ese libro que yo no conocía.

    Un beso
    Flor

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