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miércoles, abril 10, 2013

MONTE ORIOL



En esta ocasión me he decidido por un clásico. Monte Oriol  es  el segundo libro que leo de este genial autor francés. El primero era un libro de cuentos que incluía "Bola de sebo", la obra que le encumbró a la fama.
Guy de Maupassant era  alumno aventajado de Gustavo Flaubert, quien le animó a publicar y lo apadrinó introduciéndole en los círculos de la élite literaria de la época acompañando a Emile Zola, Goncourt, Turgueniev, etc.

Guy de Maupassant se convirtió en el novelista favorito de las mujeres, hechizadas por el romanticismo y realismo de sus obras. Afectado por graves problemas nerviosos intenta suicidarse en 1892 y acabó sus días en un manicomio después de 18 meses agónicos.
 La novela Monte de Oriol ha ido atrapándome poco a poco hasta llegar a las 50 últimas páginas, las cuales me atraparon por  la belleza del lenguaje usado al narrar el doloroso drama del desamor entre los dos principales personajes.
 Tiene momentos jocosos, pasionales, divertidos y tristes.

El final, sin embargo, no me ha gustado: ha sido brusco, inesperado en ese momento, dejando la puerta de la imaginación abierta para que cada lector haga su propias reflexiones.

Pero mejor será que  os muestre la crítica de Monte Oriol  que apareció en el diario «La Época» en 1888:

"Guy de Maupassant es, de igual manera que Paúl Bourget, uno de los novelistas favoritos de las lectoras parisienses. Sus obras aparecen rodeadas de ese prestigio que da el nombre del escritor de moda, y aunque su fama es de fecha reciente, sus libros son de los que se colocan en primera línea en los escaparates de las librerías, se leen con avidez y merecen la atención preferente de los críticos.
En su última novela, Las termas del monte Oriol, ha escogido un establecimiento balneario como escena en que se desarrolla una pasión amorosa, tan ardiente como pasajera, uno de esos amores que brotan y se extinguen como una llamarada fugaz. Allí ha pintado Guy de Maupassant con singular maestría las bellezas de una naturaleza selvática, el típico carácter de los médicos y de los bañistas de Enval y las dos figuras de Cristiana y de Bretigny, unidas un momento por el amor y separadas luego por el olvido, que comparten el interés principal de la novela.

Pero donde más resalta la poesía de este relato es en su última parte, que pinta como se va extinguiendo la pasión de Bretigny hacia Cristiana, para seguir en eso la suerte de casi todos los amores culpables. Hay ráfagas de intensa melancolía en la pintura de ese amor, que muere sin luchas y sin conflictos por la acción silenciosa y lenta del hastío. Guy de Maupassant ha sabido realzar con raro acierto la figura de Cristiana de Audermatt, presentándola altiva y digna cuando se ve olvidada. Y por esa íntima simpatía que provoca el dolor, la heroína de Las termas del monte Oriol resulta regenerada cuando va a consolarse junto a la cuna de su hijo de su amor perdido y de sus ilusiones muertas.
La traducción que ha hecho el Sr. Olavarría y Huarte de este libro es muy esmerada. La precede un estudio crítico sobre Guy de Maupassant, interesante en extremo." 

2 comentarios:

  1. No he leído nada de él.
    Ahora tengo curiosidad.
    Saludos.

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  2. interesante reseña Juan :
    yo no soy muy de leer novelas románticas
    pero quiza pueda hacer una excepción con esta.

    un gusto saludarte y ... hasta pronto

    Mario

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