Hubo un tiempo en que de las rocas brotaba el agua clara y corría
cuesta abajo formando torrentes entre helechos y árboles; las ardillas poblaban
las cimas de los pinares y atravesaban el país sin tocar el suelo; los animales
herbívoros pastaban en los bosques cerca de los ríos de aguas frescas y
cristalinas. El hombre se erguía en
medio de ellos domesticándolos para las tareas
de la tierra y para alimentos.
El hombre cultivaba la tierra, pastoreaba el ganado o hacía vasijas de barro para guardar y transportar los productos. Los mares estaban limpios y llenos de peces. No había dinero, se trocaban los objetos.
El hombre cultivaba la tierra, pastoreaba el ganado o hacía vasijas de barro para guardar y transportar los productos. Los mares estaban limpios y llenos de peces. No había dinero, se trocaban los objetos.
Mas un día alguien
acuñó una moneda y ordenó que se pagasen con ella todas las cosas. Dejó de existir el trueque y nacieron los prestamistas y
usureros, llamados más tarde Bancos.
Con la moneda llegó la codicia, el afán de acumular; y hubo
quienes amontonaron muchas y se enriquecieron tanto que hubieron de contratar a
ejércitos para protegerles, mientras otros perdían su tierras y libertades,
debiendo trabajar como esclavos para pagar sus deudas. Así pasaron varios
siglos.
Con el tiempo la
gente se rebeló contra los tiranos de la Nobleza y nació la época de la Luz y el Conocimiento. Se edificaron nuevas estructuras de
convivencia en libertad se propagó la Enseñanza y el pueblo llano pudo
instruirse en las Letras y en las Artes; se eligió a los gobernantes mediante sufragio
universal, se entendió que todos, hombres y mujeres, teníamos los mismos
derechos y por tanto debían percibir los mismos sueldos y ocupar los mismos
puestos en el trabajo o en el Gobierno. Y
los hombres libres lucharon durante años por conseguirlo. Para combatir las enfermedades se dotaron de un sistema de Sanidad Pública.
Pero el dinero sigue estando en las mismas manos usureras,
la Banca, y ésta se ha rodeado de un ejército
de gobernantes corruptos que les hacen el juego. Cada seis meses hacen balance
de sus ingresos, y mientras los beneficios de sus inversores aumentaban por
billones en los últimos años, el pueblo se empobrecía cada día
más hasta llegar a la situación que vivimos hoy: las clases medias buscando en
los contenedores de basura alimentos, un tercio de la población sin empleo y
mendigando un puesto de trabajo por lo que le quieran dar. Endeudados de por
vida, han vuelto a la esclavitud de nuestros antepasados.
La avaricia por ganar
más dinero destruye cada año en los bosques amazónicos una extensión de 90, 000 kmts cuadrados, igual a Portugal, fundamentalmente para la industria papelera. Si observan en las películas, exceptuando los edificios de las grandes ciudades americanas, que son de acero y vidrio, las preciosas y confortables casas de las urbanizaciones y pequeñas poblaciones son de madera; las exploraciones de petróleo dejan enormes espacios huecos
en el interior de la tierra, que no soportan las presiones del magma y causan
terremotos; las aguas de los mares y ríos están contaminadas, millones de toneladas de
peces mueren al tragar plásticos o llenarse
de alquitrán; las inacabables y extensas urbanizaciones nos han dejado sin tierras para
cultivar, y ello nos obliga a importar los alimentos de otros países. Los automóviles
consumen millones de toneladas de gasoil y gasolina diariamente, lo cual lleva
al espacio la contaminación que recalienta el planeta y derrite los polos.
Se calcula que en cincuenta años el nivel del mar habrá subido e inundado las playas, paseos marítimos y sus edificaciones turísticas cercanas.
Se calcula que en cincuenta años el nivel del mar habrá subido e inundado las playas, paseos marítimos y sus edificaciones turísticas cercanas.
Todo ello hace que el problema sea gigantesco, irresoluble,
tremendo. Y mientras eso ocurre el Presidente del gobierno se ufana en decir
que hemos salido de la crisis, que la hemos vencido.
¡Pobre hombre! El número de millonarios españoles ha crecido en 47 mil, mientras que el numero de familias que no tienen ninguna clase de ingreso ha subido a 700,000. Y ahora va el Ministro Montoro y le prohíbe a Cáritas difundir datos sobre el número de pobres que acuden a pedir comida a su centros.
Si no se rebela el hombre de a pie lo hará la Naturaleza.
Si no se rebela el hombre de a pie lo hará la Naturaleza.
Cuando la Naturaleza se rebele en la próxima o siguiente generación
no habrá fuerza que la contenga y el Hombre, el mayor depredador del planeta Tierra, pagará con la vida sus crímenes.
¡Unámonos todos en la defensa del planeta, nuestra casa! ¡Votemos
en consecuencia!
El hombre es el mayor destructor del planetas tierra.
ResponderEliminarY el mundo le pasará factura, pagando un precio muy alto con sus vidas
y pagarán justos por pecadores.
Me gusta tu post dice verdades y a muchos les duelen esas verdades, a otros les abre los ojos.
Felices Reyes, seamos como niños para no perder la ilusión de la inocencia.
Besos.
Muchas gracias por tus amables y sentidas palabras, MA. La verdad es que las verdades duelen, pero si nadie las dijera clamarían la piedras. Y sí, tenemos que ser inocentes como niños para descubrir el misterio de la vida. Un beso, amiga.
ResponderEliminarVoy a muerte con tu post.
ResponderEliminarY a muerte contra esos usureros que tan servilmente defiende el maldito presidente.
Saludos.
Juntos podríamos limpiarlo todo, Toro Salvaje. ¡Pero cómo abrir los ojos de la gente ciega!
ResponderEliminarGracias por venir. Saludos