martes, agosto 23, 2016

LA RIBERA SACRA


Foto de internet.

En las escarpadas laderas del río Sil se cultiva desde tiempos romanos la vid, cuyo fruto lleva por dominación de origen "La Ribera Sacra". 
Desde el catamarán que nos permite contemplar tal belleza, los visitantes no podemos más que admirar el inmenso trabajo que deben hacer los vendimiadores, pues la uva recolectada debe subirse por esas empinadas paredes hasta la cima, donde se cargan en camiones o tractores y se lleva a la bodega. 

Imaginen por un momento un grupo de mujeres bajando con mucho cuidados la abrupta pendiente hasta abajo del todo, con sus pañuelos o sombreros cubriendo sus cabezas para protegerse del sol, y luego comenzar a vendimiar las hileras de cepas y acercándolas a una esquina donde los porteadores la irán cargando en los serones de los burros, que subirán la uva pacientemente haciendo zigzag hasta llegar a la cumbre. Una vez vendimiada una fila, las mujeres y hombres subirán hasta la siguiente, y a recomenzar de nuevo. 
Así cada día durante la época de la vendimia. Así desde hace más de veinte siglos. 



Foto de internet.
Actualmente el trabajo se ha modernizado un poco, ya no hace falta subir la uva en burros ni a hombros. Se instalan unos raíles por donde circula una pequeña vagoneta sujeta a un cable accionado por un motor. En ella echan las vendimiadoras los capazos de uva cortada y cuando la vagoneta está llena la sube hasta la cumbre. Aun así, el trabajo resulta penoso.

Diseminados a lo largo de la Ribera Sacra se encuentran conventos y monasterios antiquísimos, a los cuales pertenecieron sin duda estas fértiles tierras. Hoy la tierra está más repartida y los propietarios comercializan un vino tinto de estas cepas, originarias de Francia y Cataluña, que son catalogadas como de la variedad Mencía. Se venden botellas con distintos nombres pero con la misma denominación de origen, "Ribera Sacra".

El año pasado les hablé de uno de los vinos procedentes de estos accidentados viñedos: Abadía de Amanti

Hoy he degustado otro: Val de Quiroga.





Ambos son vinos tintos, tienen el mismo sabor y casi el mismo precio, entre 5 y 7 euros la botella. Las carnes y embutidos saben mucho mejor regadas con este vino.

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