lunes, agosto 01, 2016

QUERIDA ESCRITORA:




 Querida escritora: Son las doce de la noche y te imagino sentada al fresco con la mirada perdida en el cenit oscuro donde titilan algunas lejanas estrellas. Vas imaginando cosas, recordando hechos, creando historias. Te veo mordiendo la punta del boli y de vez en cuando tomando notas, ajena a lo que despiertas en tu entorno.



En mi caso, un tornado que me arranca del mundo y destruye todas las enseñanzas e ideas que me inculcaron a lo largo de mi ajetreada y a la vez sencilla vida.


Me veo reflejado en tus pupilas color miel y quisiera ser el protagonista de tu historia, ése en quien piensas ahora y le das vida, modelándolo a tu antojo.

Recuerdo la delicada y fina piel  y el olor a bebé que abrazó mi alma cuando inocentemente me pusiste la mejilla para depositar mi beso cuando nos presentamos. Ya no he vuelto a hacerlo, creo que te diste cuenta de mi arrobo y ahora me saludas desde lejos. Haces bien, no te merezco y temo no saber comportarme como amigo si te beso de nuevo. Eres tan hermosa... Y es tan fuerte lo que por ti siento...

Y si a ese rostro dulce de niña añades la belleza y elegancia de tu cuerpo, la simpatía y encanto de tus gestos, la inteligencia de tus razonamientos, entonces... Entonces ya no soy yo, soy un ser embriagado de sentimientos, de deseos indecorosos, de sueños imposibles, un náufrago que lucha por la vida en medio del océano sabiendo que no lo logrará. Un ser sin voluntad, esclavo de tu recuerdo.

Un ser que te ama en silencio.






3 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias, Pepa! Me halagas demasiado, amiga. Pero me gusta que te gusten mis publicaciones. No has dicho nada sobre mi novela. Me gustaría saber qué te ha parecido. Un beso

    ResponderEliminar