Ayer fui con mi esposa a ver "Los archivos del Pentágono", una película que nos había recomendado mi amiga la escritora M. Carmen Rubio.
Los archivos del Pentágono es una excelente película que hace honor a todos los artistas y directores que la han hecho posible. Especialmente a: Spieberg, Meryl Streep y Tom Hansk,
Un antiguo trabajador de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, convertido al pacifismo, entrega al New York Times, el periódico más importante del país, unas cajas de documentos clasificados como secretos. En ellos están las actas de los Consejos militares y decisiones de sucesivos presidentes del Gobierno en la guerra del Vietnam.
Al día siguiente, millones de americanos se enteran de que sus gobernantes sabían que esa guerra estaba perdida de antemano, que nunca podrían mantener a sus ejércitos a miles de kilómetros de América. Y sin embargo continuaron enviando a miles de soldados jóvenes a la muerte.
El fiscal del Estado prohíbe la publicación de los documentos bajo pena de cerrar el periódico y enviar al consejo de administración a la cárcel, y el periódico obedece.
Pero he aquí que existe otro periódico, el Washinton Post, una empresa pequeña y familiar que ha heredado una mujer a la muerte de su marido. Ella no tiene idea de cómo funciona el mundo periodístico, y deja en manos de sus consejeros y de su jefe de producción la dirección del negocio, quienes la ignoran prácticamente a la hora de tomar decisiones.
Pero los documentos también llegan al Wasinton Post y revoluciona a toda la empresa ante la pregunta:
¿ Qué hacemos con esa tremenda e importantísima información?
¿Se enfrentarán al Gobierno, al FBI y la CIA para acabar en la cárcel, siendo expropiados de todos sus bienes para pagar las millonarias multas, o guardarán silencio, como exige el consejo de administración del periódico, temeroso de perder sus privilegios y acabar condenados por traición tras recibir llamadas del fiscal del Estado y de miembros del Gobierno?
Y he aquí que la viuda, la propietaria del periódico a quien nunca han tenido en consideración, la que permanecía en silencio siempre escuchando las propuestas de sus consejeros, la que en el ascensor era relegada sin miramientos al rincón, a espaldas de los directores, la única que arriesga su fortuna y su medio de vida, toma la palabra y dice: "El periódico es mío. Ningún gobierno ni político ni consejero me va a decir a mí lo que debo o no publicar."
¡Y se lía!
"Los archivos del Pentágono" es un reto a la libertad de expresión y un canto a la lucha de la Mujer por la igualdad, por ocupar los mismos puestos, tomar las decisiones y dirigir empresas y todo lo que se preste.
Durante varios minutos he sentido una emoción intensa que me oprimía el pecho y la garganta, ¡es una película buenísima!
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