Otro libro más en mi lista de
lectura. Un tocho de 745 páginas, de las cuales las últimas 90 son notas, mapas
y citas.
El libro es la segunda parte del
Yo Julia, Premio Planeta de 2018.
Sigue el mismo ritmo, el mismo
estilo, la misma protagonista cuya ambición, belleza e inteligencia cambiaron el modo de
administrar el Imperio Romano, apoyándose en la fuerza militar y relegando al
Senado.
Pero dicen que segundas partes
nunca fueron buenas, y quizá por eso este libro no me ha gustado tanto como el
primero.
Yo Julia es Historia pura, uno
lee y aprende cosas de un imperio que ocupó España y nos dejó abundantes
monumentos, carreteras y acueductos para llevar el agua a las ciudades.
Concretamente, aquí en Cádiz construyeron un viaducto que traía el agua desde mi
pueblo, Algar, y tras recorrer 64 kms a través de túneles, acueductos y puentes
llegaba a Puertas de Tierra en la capital gaditana.
Las luchas y
maquinaciones por el poder, las guerras
por mantener el territorio conquistado, la admiración del emperador por su
esposa, quien lo aconseja y dirige en la táctica de las batallas atraparon mi
atención del principio al fin.
Esta segunda parte sigue el mismo
tema. La ambición por el poder de Julia, senadores y pretorianos, el proyecto
de Julia por crear una dinastía en la que sus hijos y nietos heredasen el trono,
se ve amenazado continuamente por las intrigas y traiciones del entorno del
Senado, que logra enfrentar a los dos hijos de Julia.
Este libro me hubiera gustado más
que el anterior si el autor no hubiera incluido cinco o seis capítulos que en
nada tienen que ver con la Historia de Roma, y me confundían.
Al parecer, los dioses romanos: Júpiter,
Minerva, Apolo, Diana y Marte, divididos en dos bandos, unos a favor de Julia, y otros en contra, programaban las
batallas, las intrigas y las penurias que la emperatriz hubo de sufrir hasta
conseguir que un nieto suyo tras la muerte de sus dos hijo, ocupara el cargo de emperador.
Incluso después de muerta,
esperando su paso al Olimpo en el Hades, Julia encuentra al que asesinó a su
hijo y logra vengarse de él, destruyendo su alma y arrojándola al olvido.
Una cosa es la Historia, otra la Ciencia
ficción.