No
suelo pagar por ver cine español. Nuestro cine no es bueno, por muchos
autopremios que se adjudiquen con los Goyas. Si fuera bueno, no estaría
subvencionado con nuestros impuestos; una película buena se vende sola, paga sus costes y obtiene beneficios.
«Tengo
ganas de ti» está cosechando un gran éxito: casi un millón de personas la han visto en la primera semana de estreno, y en mi ciudad tres salas le dedican
actualmente cinco sesiones diarias cada una. Convencido de que tanta gente no puede estar
equivocada, compré las entradas.
Para
ser martes, en la temprana sesión de las seis de la tarde hubo poco más del centenar de personas. A pesar de ser
una película no apta para menores de 12 años, el 90% del público que ocupaba la
sala estaba formado por adolescentes como los que gritan exaltados y lloran en los conciertos
al ver a sus ídolos y pidiendo autógrafos. Un público que luego, al madurar, se
reirá de sus locuras al constatar que la realidad es muy distinta a la que nos muestran en
la pantalla.
Yo
ignoraba que «Tengo ganas de ti» es la segunda parte de la película «3 metros sobre el
cielo», la que al parecer fue la más taquillera del año 2010. Yo no la
vi porque me dijeron que se trataba de una obra totalmente incomprensible para los adultos y generosamente
adictiva para los jóvenes, que se veían identificados con sus protagonistas.
Y
porque no vi la primera parte la segunda se me ha hecho difícil de entender. Es
como cuando encendemos el televisor y la película lleva media hora proyectándose: uno no sabe de qué va. En ésta
se hace mucha referencia a errores pasados que todos quieren que el protagonista
perdone y olvide; pero como esos errores se cometieron en la primera parte, y
yo no la he visto, me pasé el tiempo preguntándome qué sucedió.
Mientras disfrutaba de la película no pude
evitar recordar a James Dean en “Rebeldes sin causa”. Si leeis su argumento veréis que ésta presenta a "un chico muy difícil: confuso y desorientado, que se ve
frecuentemente envuelto en peleas y conflictos, a consecuencia de los
cuales se ve obligado a trasladarse a otra ciudad. Llegado a Los Ángeles,
también encontrará nuevos sentimientos hasta entonces desconocidos, el
amor de Judy..."
«Tengo ganas de ti» es más de lo mismo. Si James Dean corría peligrosamente con su coche, en ésta el chico lo hace con una moto; también regresa de otra ciudad y encuentra un nuevo amor; las cazadoras de cuero, los enfrentamientos
entre los jóvenes por la chica, las apuestas peligrosas... Todo me sonaba a "dejá vu".
Yo creo
que los guionistas españoles no se han esforzado mucho para realizar esta película.
Su receta está más que repetida.
Ingredientes:
1º Un joven
musculoso y guapo, chulo, descarado, violento pero con buen corazón, que defiende
a las damas y es leal a sus amigos — incluso llora como un niño al recordar la
causa de la muerte del mejor de ellos—, que luce a menudo sus tabletas abdominales
y musculatura sin camisa, conoce a una chica morena, de ojos grandes, esbelta,
alta y con larguísimas piernas, carita infantil, ¡preciosa! Ambos juegan a
conquistarse con peleas y juegos temerarios al volante de un coche o sobre una
moto.
2º Un
rival, con el que peleará y apostará en una temeraria carrera, imitando a James Dean en “Rebelde sin causa”, pero teniendo en cuenta los avances en las costumbres sociales sazonando todo ello con escenas de sexo contra la pared o sobre el lavabo, y el ambiente
de la discotecas de moda con su correspondiente
dosis de drogas, desfogues e intento de violación.
3º Abundantes
planos del mejor lado de rostro del chico con su cazadora negra, con el objeto de volver
locas y mojar las bragas de las adolescentes soñadoras, mezclado con la fugaz visión del trasero
de la precioas protagonista, que yo esperaba ver con más detalle y en plena acción, pero
que llega el final y me deja con las ganas.
4º Copiar algunas ideas de películas que lograron éxito y fama, como el personaje de John Travolta en «Grease» y el argumento de «Rebelde sin causa».
Al
contrario de otras películas que tratan el abismo generacional a base de críticas
a los jóvenes ansiosos de vivir por parte de padres educados en un sistema hipócrita y de falsa moral, que sienten algo
de celos al ver que los años pasan y ya no disfrutan de las experiencias y libertades que viven sus
hijos, en esta cinta son los
padres de los protagonistas quienes han cometido errores y los hijos quienes los perdonan.
A pesar de todo lo que señalo la
película es entretenida, la verdad. Tiene momentos altos
y bajos, pero está bien realizada, nada que envidiar a otras de Hollywood
del mismo estilo y protagonizadas por actores famosos. Es del género romántico,
pero tiene momentos muy dramáticos y emotivos.
Una de las
cosas que más me ha gustado es que toda ella se desarrolla en Barcelona. Ya
estoy un poco harto de ver las persecuciones policiales en las calles de San
Francisco, con sus subidas y bajadas y vuelos en badenes y rasantes con el famoso puente al
fondo cada dos por tres. En «Tengo ganas de ti» conocemos la Barcelona diurna y la nocturna, sus playas sus locales de moda. La escena del encuentro amoroso en una
terraza de Montjuit de madrugada, con la ciudad a sus pies, es bellísima.
No encontré otra oferta mejor en la Cartelera.
SINOPSIS:
En Barcelona, dos
jóvenes que pertenecen a mundos opuestos se conocen. Ella, la dulce Babi (María
Valverde), es una chica de clase alta que vive en un entorno tan protegido como
poco excitante. Él, Hugo (Mario Casas), conocido como el duro "H", es
un chico impulsivo e irresponsable, aficionado a las peleas y a las carreras
ilegales de motos. Esta es la crónica de un amor inicialmente imposible que
arrastrará a ambos a un frenético viaje iniciático a través del cual
descubrirán el amor.